¿Agua fría o a temperatura ambiente? ¿Cuál es la mejor manera de beberla cuando hace mucho calor?

Calor abrasador y bochorno. ¿Qué mejor que un buen sorbo de agua helada? Hay quien piensa que este simple gesto conlleva riesgos: algunos temen que pueda perjudicar la digestión, otros lo asocian con dolor de garganta o congestión, e incluso hay quien piensa que puede provocar dolencias más graves. En resumen, abundan los mitos y las ideas erróneas sobre la salud, incluso cuando se trata de un vaso de agua helada. "Doctor, ¿es cierto que...?", la columna antifake news de la Federación Nacional de Asociaciones Médicas (Fnomceo), arroja luz sobre este tema. Destaca que , en general, si se goza de buena salud, beber agua fría (aunque a pequeños sorbos) no es malo para la digestión ni para la garganta . Sin embargo, puede resultar incómodo para quienes sufren, por ejemplo, de migrañas o problemas gastrointestinales.
Riesgos y beneficiosEn cuanto a los trastornos digestivos, «el agua, a cualquier temperatura, favorece el proceso digestivo. No existe evidencia científica que demuestre que beber agua fría ralentice o bloquee la digestión. Sin embargo, en algunas personas especialmente sensibles, o que padecen trastornos como el síndrome del intestino irritable, beber agua muy fría puede causar cólicos o molestias leves. Sin embargo, para la mayoría de las personas sanas, el agua fría no tiene efectos negativos en el proceso digestivo. Incluso comer un helado después de las comidas no está contraindicado: no existe evidencia científica que demuestre un efecto negativo directo en la digestión. Sin embargo, si se consumen helados en grandes cantidades o muy rápidamente, pueden causar molestias estomacales leves, especialmente si se es especialmente sensible al frío o se padecen trastornos gastrointestinales», explican los expertos.
Otro mito es que el agua fría puede causar dolor de garganta. Es una creencia muy común, pero incorrecta. Los resfriados y el dolor de garganta son causados por virus, no por la temperatura del agua: beber agua fría no aumenta el riesgo de enfermarse. En cuanto al riesgo de lo que comúnmente se llama congestión, una digestión lenta debido a una bajada repentina de la temperatura corporal, no existe evidencia científica clara que lo respalde. Sin embargo, esto es fácilmente evitable: simplemente no beba agua helada de golpe, sobre todo después de hacer ejercicio, sino tómese su tiempo y beba a pequeños sorbos, recomiendan los médicos.
Sin embargo, para algunas personas, beber agua a temperatura ambiente o ligeramente fría puede ser preferible. Esto incluye a quienes sufren migrañas, ya que el contacto con el frío puede provocarles dolor de cabeza, y a quienes padecen trastornos esofágicos como la acalasia (un trastorno poco común en el que los músculos que recubren el esófago no logran impulsar correctamente los alimentos hacia el estómago), ya que el agua fría puede causar espasmos o dificultar la deglución. En estos casos, es mejor optar por agua que no esté demasiado fría.
Sin embargo, el agua fría tiene sus ventajas y beneficios. En primer lugar, puede ayudar a refrescar el cuerpo durante los meses más cálidos y a reponer los líquidos perdidos por la sudoración. Además, en algunos entornos deportivos, puede ayudar a regular la temperatura corporal con mayor eficacia que beberla a temperatura ambiente. Finalmente, dado que beber agua fría puede aumentar la presión arterial durante varios minutos, especialmente en adultos jóvenes sanos, se ha propuesto como posible medida de primeros auxilios en casos de hipotensión, en los que la presión arterial alcanza niveles muy bajos. Sin embargo, los médicos señalan que este tipo de intervención no se ha estudiado lo suficiente como para extraer conclusiones definitivas.
Adnkronos International (AKI)