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¡Listos, ya! Consejos para niños en vacaciones

¡Listos, ya! Consejos para niños en vacaciones

Han terminado las clases y han comenzado las vacaciones para los niños. Los padres tienen la responsabilidad de organizarlas de la mejor manera posible. Pero, ¿cómo afrontar los viajes en coche, las picaduras de insectos, el sol o pequeños accidentes? Los expertos del Hospital Infantil Bambino Gesù tienen la respuesta: han desarrollado una guía práctica dirigida a los padres para afrontar el verano con serenidad en compañía de sus hijos. «El verano es la época de la libertad, del mar, de los juegos al aire libre: un momento precioso para todos los niños. Las altas temperaturas, la exposición al sol y las actividades al aire libre también conllevan riesgos específicos que no deben subestimarse —explica el profesor Alberto Villani , jefe de la unidad operativa compleja de Pediatría General y nivel DEA II del Hospital—. El vademécum que hemos preparado representa una síntesis de evidencia científica y recomendaciones clínicas útiles para prevenir afecciones potencialmente peligrosas, como golpes de calor, quemaduras solares o accidentes acuáticos. El objetivo es promover una correcta cultura de la prevención también en el ámbito pediátrico». En la página web del Hospital, hay un artículo detallado y una sección completa dedicada al verano y a los niños.

Medicamentos: ¿cuáles llevar contigo?

Al organizar un viaje con niños, es importante llevar solo medicamentos realmente útiles, teniendo en cuenta el destino y sus condiciones sanitarias. Antes de partir, es recomendable consultar fuentes oficiales actualizadas y con su médico, especialmente si el niño está en tratamiento específico o padece enfermedades crónicas. En caso de viajar en avión, los medicamentos pueden llevarse en el equipaje de mano, respetando el límite de 100 ml para líquidos y llevando consigo cualquier receta médica. Siempre es recomendable comprobar las fechas de caducidad y asegurarse de que cada medicamento tenga un prospecto.

Entre los productos útiles se incluyen antipiréticos y analgésicos (como paracetamol o ibuprofeno), un termómetro , desinfectantes , tiritas y gasas , protector solar de alta protección , una crema rehidratante , repelentes de mosquitos y una mosquitera para la cuna. También son útiles una solución salina para heridas o lavados nasales, antihistamínicos y cremas con cortisona para picaduras de insectos, así como geles específicos contra las toxinas de las medusas. En caso de mareo, puede llevar medicamentos para el mareo por movimiento , incluso en forma de chicles.

No olviden las sales de rehidratación para cualquier problema intestinal y, para los más pequeños, la comida necesaria. Para niños con enfermedades crónicas, se debe calcular un suministro suficiente de medicamentos para toda la estancia. Un botiquín bien organizado y preparado con esmero les permitirá afrontar cualquier pequeño imprevisto durante el viaje con mayor tranquilidad.

Mareo en el coche: cómo prevenirlo

El mareo por movimiento es un trastorno bastante común en niños de entre 3 y 12 años, a menudo asociado a una predisposición familiar. Se debe a una sensibilidad excesiva del sistema de equilibrio , ubicado en el oído interno, que puede verse anormalmente estimulado durante movimientos pasivos, como en coche, barco, avión o tren, pero también tras juegos que implican movimientos giratorios. Los estímulos visuales , como el paisaje que pasa lateralmente, también pueden contribuir al desencadenamiento de estos trastornos.

Cómo afrontar el viaje: los consejos del pediatra para un verano adaptado a los niños

Para reducir el riesgo, es recomendable salir temprano por la mañana, cuando el niño aún tenga sueño, y conducir con suavidad, evitando aceleraciones bruscas o curvas demasiado rápidas. Es importante mantener el aire fresco en el coche, evitar olores fuertes y asegurarse de que el niño esté sentado correctamente en el asiento, mirando hacia delante. Antes del viaje, es recomendable un pequeño refrigerio ligero; durante el trayecto, se pueden ofrecer palitos de pan o galletas, y se deben evitar las bebidas carbonatadas.

Mantener al niño distraído ayuda mucho: puedes cantarle, escuchar música o involucrarlo en juegos que le hagan mirar hacia adelante. Es mejor evitar la lectura o los videojuegos. Durante los viajes largos, conviene hacer descansos cada dos o tres horas para que camine un poco. En algunos casos, por consejo del pediatra, se pueden usar medicamentos específicos o chicles medicados. Una opción alternativa son las pulseras que estimulan un punto de la medicina china: aunque no tienen una eficacia científicamente comprobada, no tienen efectos secundarios y se pueden probar incluso en los más pequeños.

El calor: qué vestir y qué comer

Durante el verano, los niños, especialmente los más pequeños, están particularmente expuestos al riesgo de golpe de calor , ya que sus cuerpos tienen una capacidad limitada para regular la temperatura corporal . El calor, la humedad y la mala ventilación son las condiciones que con mayor frecuencia causan este malestar, que puede manifestarse con síntomas como náuseas, fiebre, dolor de cabeza, calambres y, en los casos más graves, desmayos o alteraciones de la consciencia.

Para protegerlos, es importante evitar la actividad física y la exposición al sol durante las horas de más calor (de 11:00 a 17:00), usar ropa ligera y de colores claros, hecha de tejidos naturales y transpirables como el lino y el algodón, mantener las habitaciones frescas y bien ventiladas (posiblemente usando aire acondicionado con función deshumidificadora y prestando atención a los cambios de temperatura al cambiar de habitación) y asegurar una hidratación adecuada . La dieta debe ser ligera y rica en frutas y verduras , que aportan agua, vitaminas y minerales.

En caso de golpe de calor, es fundamental trasladar inmediatamente al niño a un lugar fresco y sombreado, acostarlo con las piernas elevadas y darle pequeños sorbos de agua . Si los síntomas no mejoran, es necesario contactar con un médico de inmediato o acudir a urgencias.

El sol

Exponer adecuadamente a los niños al sol significa protegerlos hoy y también salvaguardar su salud mañana —explica la Dra. May El Hachem , jefa de la unidad operativa compleja de Dermatología de Bambino Gesù—. La piel de los más pequeños es más fina y vulnerable, y cada quemadura solar puede dejar secuelas, no solo la propia quemadura, sino también el riesgo de envejecimiento prematuro y el desarrollo de tumores cutáneos. La prevención empieza con gestos sencillos: horarios adecuados, alta protección e hidratación constante.

El sol es beneficioso para los niños (es esencial para la producción de vitamina D , que promueve la absorción de calcio y estimula la producción de melanina), pero solo si se toma con las debidas precauciones. La exposición debe ocurrir en los momentos menos riesgosos del día : después de los 2 años, hasta las 10:30 de la mañana y después de las 17:00. Para los niños de entre 6 meses y 2 años, es recomendable evitar la exposición entre las 10:30 y las 18:30, mientras que para los menores de 6 meses es preferible no exponerlos nunca a la luz solar directa.

En todos los casos, es fundamental usar un protector solar con un factor de protección muy alto (50+) , que debe aplicarse 20 minutos antes de la exposición, reaplicarse cada dos horas y después de cada baño. El protector solar no previene el bronceado; al contrario, lo hace más gradual y uniforme, evitando quemaduras y descamación. Es importante desconfiar de la sombra de la sombrilla o incluso de la ausencia de enrojecimiento inmediato: los daños pueden aparecer incluso horas después . Con el bronceado, se puede optar por un factor de protección 30.

Incluso en casos donde el sol puede tener efectos positivos, como la psoriasis o el acné , las normas de exposición no cambian. Los lunares deben protegerse como el resto de la piel , sin aplicar parches ni coberturas directas exclusivamente sobre el nevo. Las quemaduras solares, si son leves, se tratan con cremas emolientes; si aparecen ampollas, es necesario consultar a un médico . Por la noche, después de la exposición, conviene hidratar la piel con una crema habitual, incluso la que se usa en invierno.

El baño: consejos y reglas

Durante los primeros 6 meses de vida , cuanto más pequeño sea el bebé, menos necesario será sumergirlo en agua de mar o de piscina. Después, puede sumergirse en el agua, durante unos minutos y si el clima y la temperatura del agua son agradables, en brazos de mamá o papá, teniendo cuidado de enjuagarlo después con agua fresca para eliminar la sal y/o el cloro de la piel.

Cada año en Italia, unas 400 personas mueren por ahogamiento. De ellas, aproximadamente 40 (10%) son menores. Para prevenir el ahogamiento infantil , la regla fundamental es la supervisión constante y activa : no basta con observarlos de lejos, hay que estar cerca y listo para intervenir. Incluso unos pocos centímetros de agua, como los de una bañera o una piscina infantil, pueden ser peligrosos, especialmente durante los primeros años de vida. Hasta los 5-6 años , es necesario que un padre o madre esté siempre en el agua con el niño.

Es importante evitar el acceso incontrolado al mar y a las piscinas mediante puertas, barreras y cubiertas. La temperatura del agua debe controlarse constantemente para evitar enfermedades. Los brazaletes y anillos ayudan, pero no sustituyen la supervisión. Familiarizar a los niños con el agua desde pequeños y comenzar las clases de natación a los 2-3 años es útil, pero no elimina el riesgo . También es necesario que tanto niños como adultos respeten las normas y señales, y que den buen ejemplo .

Picaduras y mordeduras: desde insectos hasta medusas

Durante el verano, la vida al aire libre aumenta la posibilidad de tener contacto accidental con el mundo animal, Comenta el Dr. Marco Marano , jefe del Centro de Control de Envenenamientos Pediátricos del Hospital: Conocer las medidas correctas de primeros auxilios, a menudo sencillas y eficaces, puede marcar la diferencia a la hora de reducir el dolor, limitar las reacciones cutáneas y prevenir complicaciones. En caso de duda, siempre es mejor consultar a un médico o contactar con el centro de control de intoxicaciones.

Qué hacer en caso de contacto con una medusa o un pez araña: consejos del pediatra

Antes que nada, cabe mencionar que siempre que decida pasar un día en la naturaleza, debe adoptar medidas preventivas , como aplicar repelentes de insectos , por ejemplo, los basados ​​en icaridina en aerosol, que son muy eficaces y protegen contra la mayoría de los insectos. Si le pica un himenóptero (avispa, abeja) o un mosquito , para aliviar la picazón y la hinchazón, puede, tras limpiar la zona afectada con agua y jabón, aplicar localmente cremas con cortisona o antihistamínicos . Aplicar compresas de hielo envueltas en un paño sobre la zona afectada durante unos 10 a 15 minutos puede ayudar a reducir la hinchazón y el dolor. La presencia de una reacción local importante puede requerir una evaluación de alergia no urgente.

Pasear por los prados es agradable, pero es mejor que el niño lo haga con ropa fresca de fibras naturales y zapatos cerrados con calcetines para evitar posibles picaduras de serpientes venenosas. En caso de que esto ocurra, se recomienda no transmitirle ansiedad y aplicarle un vendaje ancho, no apretado (sin cordones) sobre la picadura para retrasar la propagación del veneno a través del sistema linfático, y acompañarlo al hospital para una visita.

En el entorno marino, las medidas preventivas son difíciles porque las exposiciones son Impredecible. El contacto con la piel de una medusa o un pez con aguijón, como la araña araña, puede incluso provocar un dolor intenso. No existen medidas 100 % seguras, pero más allá de las numerosas prácticas utilizadas, a veces incluso cuestionables, la indicación terapéutica más adecuada es aplicar ácido acético al 5 % (vinagre de cocina) y sumergir la zona afectada en agua caliente o, en su defecto, en arena caliente. La temperatura del agua debe ser la más alta tolerable durante al menos 20 minutos (la toxina es sensible al calor), y luego lavar con agua de mar. Se pueden usar cremas a base de cortisona o antihistamínicos.

repubblica

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