Playas de ensueño en Gozo, el lado salvaje de Malta
Gozo es la otra cara de Malta: más salvaje, más tranquila y más intensa. Sus playas no son evidentes a primera vista, pero hay que descubrirlas, quizá escondidas tras una curva, al pie de una escalera rocosa o tras un camino polvoriento que baja al mar. Entre arena roja, fondos marinos transparentes, arcos naturales y un silencio solo interrumpido por el viento, cada rincón de la costa cuenta una historia diferente. Aquí tienes las mejores playas de Gozo para el verano .
Bahía de Ramla, la más famosa
Este viaje a Gozo es muy fácil de comenzar en la bahía de Ramla , posiblemente la playa más famosa de la isla. Ubicada en la costa noreste, es una amplia extensión de arena rojiza y dorada enclavada entre verdes colinas y aguas turquesas. Se puede llegar en coche o a pie desde Xagħra, o descendiendo desde la pintoresca cueva de Tal-Mixta, y es una de las pocas playas de arena auténtica de Gozo.
Con aguas tranquilas y poco profundas, también se la conoce como " Ramla l-Ħamra " debido a su arena de colores únicos, que se vuelve aún más vibrante al amanecer o al atardecer. Los laterales de la bahía presentan zonas rocosas ideales para practicar snorkel (se recomienda usar calzado de snorkel), mientras que detrás de la playa se encuentra una zona protegida con dunas y flora autóctona, que no debe pisarse.
Recomendamos subir a la cueva de Tal-Mixta al atardecer, ya que la vista de Ramla es impresionante. Cuenta la leyenda que fue en esta misma playa donde Calipso detuvo a Odiseo, y aún se percibe un toque de mito en el ambiente.
Bahía de Ghar Qawqla, pequeña y rocosa
También es especial e interesante la bahía de Ghar Qawqla , una pequeña ensenada rocosa situada cerca de Marsalforn, en la costa norte de Gozo. Su curioso nombre deriva de la época en que una enorme cueva natural (għar en maltés) se adentraba en el mar. Aunque la cueva se ha derrumbado, aún se conserva un evocador arco de piedra caliza que emerge del agua cerca de la costa, uno de los símbolos más reconocibles del archipiélago maltés .
Más que solo relajarse, la gente viene aquí para disfrutar de espectaculares inmersiones desde rocas planas y cómodas, perfectas para tomar el sol lejos de las multitudes. El agua es increíblemente cristalina, un sueño para los amantes del snorkel, tanto que en días tranquilos se pueden ver claramente los peces y el fondo marino a pocos metros de la orilla.
Y al final del día, entre otras cosas, la zona ofrece un par de rincones panorámicos para un agradable baño al atardecer o un rápido aperitivo con vistas al mar abierto.
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Ħondoq ir‑Rummien, entre los más queridos
Ħondoq ir‑Rummien es una de las playas más queridas por los locales, y para ser sinceros, no es de extrañar: aquí la costa alterna una pequeña playa de arena clara con rocas lisas y plataformas de hormigón desde las que te sumerges directamente en el agua turquesa transparente que parece pintada.
Ubicada en la costa sureste de la isla, frente a Comino y la famosa Laguna Azul , su nombre significa "granada silvestre", una planta que antiguamente crecía abundantemente en la zona. Las aguas son poco profundas al principio, pero también son fantásticas para practicar snorkel, ya que hay pequeñas cuevas submarinas y barrancos para explorar.
La bahía es ideal para quienes buscan un baño lejos del caos turístico, pero con un mínimo de servicios: hay un quiosco con comida sencilla pero auténtica.
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Bahía de San Filep, escondida y espectacular
También está la bahía de San Filep , una pequeña cala escondida en la costa noreste de esta isla maltesa , alejada de las rutas turísticas más concurridas. Esta cala aislada es famosa entre los lugareños por su ambiente tranquilo e íntimo, con aguas transparentes que invitan a un refrescante chapuzón.
La playa es pequeña y está compuesta principalmente de rocas y guijarros lisos, perfecta para tomar el sol o bucear sin aglomeraciones. El fondo marino, rico en vida marina, ofrece un espectáculo submarino espectacular. Un detalle poco conocido es que la bahía toma su nombre de un antiguo santuario dedicado a San Felipe, ahora en ruinas, pero aún fuente de historias y leyendas locales.
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Bahía de Xlendi, una de las más animadas
Si buscas un poco de vida, dirígete a la bahía de Xlendi , ubicada en la costa suroeste de la isla. Es una cala natural rodeada de imponentes acantilados de piedra caliza, famosa por sus aguas tranquilas y cristalinas. A diferencia de calas más apartadas, Xlendi también es un centro con un animado paseo marítimo, donde encontrarás restaurantes que sirven marisco fresco, cafeterías y bares frecuentados tanto por turistas como por lugareños.
La bahía está bien protegida del viento, lo que la convierte en un destino muy atractivo incluso en días de mar gruesa. El atardecer reflejándose en el agua salada y los acantilados es impresionante, pero para quienes deseen descubrir un rincón más apartado, a pocos metros de la playa principal se encuentran pequeñas cuevas y calas accesibles nadando o en kayak.
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Wied il-Mielaħ, lugar extraordinario
No es exactamente una playa, pero sin duda es un lugar impresionante: Wied il-Mielaħ es un valle escondido y poco conocido, famoso por su imponente arco natural de piedra caliza con vistas al mar cristalino. Lejos de las multitudes de visitantes, es un verdadero refugio para quienes buscan paz y paisajes salvajes.
La bahía es pequeña y rocosa, con agua cristalina, pero sin arena. Para disfrutar plenamente de Wied il-Mielaħ, conviene llegar despacio y estar dispuesto a caminar un poco, ya que el acceso es más complicado que en otras bahías más turísticas.
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Bahía de Marsalforn, amplia y rocosa
Además de ser un animado balneario, la bahía de Marsalforn es una amplia cala rocosa con aguas cristalinas, perfecta para nadar y bucear. Ubicada en la costa norte de Gozo, se trata más de un afloramiento rocoso y pequeñas calas que de arena. Es el lugar perfecto si buscas una combinación de naturaleza y vida social.
La zona también ofrece la posibilidad de practicar buceo, gracias a los fondos marinos ricos en flora y fauna marina, y a las condiciones para pasear por el paseo marítimo.
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Bahía de San Blas, aislada y salvaje
De la vida nocturna al silencio (casi) absoluto: la bahía de San Blas es una de las playas más recónditas y salvajes de Gozo. Ubicada en la costa noreste de la isla, cerca de Marsalforn, es una bahía única de arena roja, rodeada de colinas y tierras de cultivo que le confieren un ambiente tranquilo y virgen.
El acceso no es el más fácil: hay que descender por un sendero empinado que lo hace menos concurrido, pero es ideal para bañarse en aguas tranquilas y cristalinas, mientras que en los días de viento es un refugio seguro del viento mistral.
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Wied il‑Għasri, pequeño y sugerente
Wied il-Għasri es una pequeña y pintoresca cala situada en la costa noroeste de Gozo, una auténtica joya escondida, lejos de las rutas turísticas más concurridas. Este estrecho fiordo natural, rodeado de imponentes acantilados y aguas cristalinas, ofrece un entorno íntimo y aislado, a la vez que una atmósfera salvaje y auténtica, ideal para quienes buscan tranquilidad y contacto directo con la naturaleza.
Es el lugar perfecto para cualquiera que busque un baño relajante o hacer snorkel en el mar.
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Mgarr ix‑Xini, para nadar en aguas cristalinas
Volamos ahora a Mgarr ix-Xini , en la costa sureste, una bahía tranquila y apartada donde podrá evitar las multitudes y disfrutar de un baño en aguas cristalinas rodeadas de acantilados rocosos. La playa también es popular entre los buceadores por sus aguas tranquilas y la variedad de flora y fauna marina que se puede explorar con gafas y tubo.
Eso sí, ojo: los servicios son limitados, así que es mejor llevar todo lo necesario para un día de relax y contacto directo con la naturaleza.
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Mar Interior, un lugar único
Una verdadera obra maestra de Gozo es el Mar Interior , una piscina natural única y evocadora conectada al mar abierto por un estrecho túnel excavado en la roca caliza, que ofrece una experiencia casi mágica a quienes la visitan. Esta masa de agua salada, rodeada de imponentes acantilados, es apreciada por los lugareños por sus aguas tranquilas y cristalinas, perfectas para nadar, bucear o simplemente relajarse bajo el sol.
El acceso es directo desde la costa, pero aquí a menudo encontrarás un ambiente de calma y aislamiento, lejos del bullicio de los destinos más populares. Los curiosos también pueden explorar la cercana Cueva de la Roca Fungus , que añade un toque de misterio e historia a esta zona tan especial.