Entre disfraces y calaveritas, el Centro de Saltillo se convierte en pasarela nocturna por el Halloween

Desde las cinco de la tarde, el Centro de Saltillo comenzó a transformarse. En la esquina de Victoria y Allende se instaló un toldo con pintacaritas gratuitas, donde niñas y niños esperan aún su turno entre risas, glitter y disfraces. El clima es fresco y el papel picado colgando sobre las calles anuncia una noche de fiesta.
Por donde se mire, los disfraces cuentan su propia historia: Catrines y Catrinas de faldas amponas con luces, un Gohan de Dragon Ball Z, una reina de corazones, un Garfield naranja que va en brazos de su madre y hasta un Ronald McDonald ensangrentado de la mano de su papá. Los personajes de Minecraft, Naruto y Los Jóvenes Titanes no se hicieron esperar, mientras los perritos desfilaron con suéteres de esqueleto o alas de murciélago.
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“Es algo para los bebés, para que disfruten, que conozcan y que socialicen”, dice Brisa Martínez, quien trae a su hijo de cuatro años y a su bebé de nueve meses. “Muchas personas piensan que es malo, pero los niños no saben ni de géneros ni de religiones. Es sólo para que se diviertan”, agrega antes de continuar su recorrido.
Unos pasos más adelante, Carmen resume su preocupación en una frase: “Que cuiden a sus niños”. El llamado se repite entre padres que observan atentos las bolsas de dulces, recordando que la emoción no debe restar precaución.
Mientras tanto, Gustavo, padre de familia y conductor de aplicación que trabaja durante la tarde en la zona centro, decidió no sacar a sus hijos este año. “El año pasado a una amiga de mi esposa le tocaron dulces con alfileres. Mejor hoy no arriesgo”, comentó agregando que, en lugar de eso, él y su familia repartirían dulces dando vueltas en su vehículo.
El movimiento se intensificó sin dudas con el “viernes de nenis”, día en que vendedoras y vendedores de redes sociales acuden al Centro a entregar productos o promocionar lo que elaboran. “Se juntó todo: quincena, Halloween y las entregas. Por eso hay tanta gente”, explicó una comerciante mientras se acomodaba sus orejas de gato y ofrecía postres a los transeúntes.
En Plaza de Armas, Mickey Mouse saludó a los niños y las piezas monumentales de la exposición Calaveras Saraperas sirvieron de fondo para las fotos familiares. La mezcla de tradiciones se nota: mientras unos piden dulces, otros compran flores para los altares del fin de semana.
“Que siga la tradición”, dice Héctor Castro Lara, vecino de la Zona Centro quien estuvo caracterizado de chango por segunda ocasión. “No se trata de espantar, sino de divertirse”. Y así, entre luces, disfraces y el barullo sobre la de Victoria, nos dejan ver que la noche de Halloween sigue su ritmo en la Zona Centro de Saltillo.
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