Guillermo y Kate, con miedo de "abrumar" a George y de que Charlotte se sienta como el príncipe Harry

Tal y como el experto en la realeza británica Robert Jobson, autor de biografías como Our King: Charles III - The Man and the Monarch Revealed o Catherine: the Princess of Wales, le explicó a la revista Hello!, la decisión tomada por Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton ha sido, sin lugar a dudas, "un acierto", dado que nunca se sabe cuándo habrá una oportunidad como esta, un hito en su vida, sobre todo porque al tener 11 años, habiendo nacido en julio de 2013, poder "conocer y conversar" con quienes lucharon en las playas de Normandía es, en sí mismo, un inmenso honor y un triunfo.
"Con toda probabilidad, este es el último gran evento al que asistirán veteranos que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, por lo que se grabará en su memoria que conoció a personas que estuvieron en la batalla y sentirá una conexión para siempre con ellos", ha añadido el escritor y periodista sobre la decisión de los príncipes de Gales para con su primogénito, el príncipe George, segundo en la línea sucesoria al trono británico, al que cada vez están llevando e integrando en los actos y eventos protocolarios que le prepararán para sus futuras posiciones dentro de la monarquía.
Y es que había sido para las recientes conmemoraciones del 80º aniversario del Día de la Victoria en Buckingham Palace, en una recepción ofrecida por el rey Carlos III de Inglaterra y su esposa, la reina Camila, donde Guillermo y Kate habían puesto un punto de giro en la educación de su primogénito, la cual de por sí está estudiada y planificada al milímetro. Así, acompañó a sus padres en la merienda para los veteranos, llegando a entablar una conversación con un excombatiente de 101 años llamado Alfred que vivió en sus propias carnes lo que fue el Día D.
"¿Cómo fue la llegada?", quiso saber George, a lo que Alfred le contestó que "bastante horrible". Sin embargo, y tras una pequeña charla, el veterano le dijo al príncipe: "Es muy importante que hoy esté usted aquí. Tenemos que aprovechar días como este para conversar de estos recuerdos, para que las nuevas generaciones puedan comprender estas cosas". Y desde medios hasta seguidores británicos se han alegrado de ver al pequeño príncipe comenzar a tener una posición más pública, con compromisos más importantes y exigentes.
Pero precisamente ahí, sus padres, quieren echar el freno: esto no va a ser lo habitual a partir de ahora, sino que lo hará gradualmente para "no abrumar" al pequeño. "Le están preparando para la vida pública. A muchos niños les cuesta conocer gente adulta, dar la mano y mirarles a los ojos mientras conversan. [George] Lo ha hecho bien. Supongo que buscan que se empiece a relajar en estas situaciones. Y les ha salido bien", ha añadido Jobson. Asimismo, desde la revista Tatler puntualizan que no cabe duda de que el heredero crecerá bajo los focos de una forma más asfixiante que sus hermanos, por lo que ha de estar formado para que esto le suponga una normalidad.
Y precisamente sus hermanos es el otro tema que también preocupa a los príncipes de Gales. No tanto por el príncipe Louis, el benjamín, sino por la princesa Charlotte, que acaba de cumplir 10 años. Tal y como Robert Hardman, periodista y biógrafo especializado en Isabel II, ha contado a la revista People, la difunta reina "siempre fue muy consciente del tremendamente desafiante papel de quien es el número dos".
De ahí, ha añadido, la especial debilidad que sintió siempre por los 'repuestos', como han sido su hermana Margarita, el príncipe Andrés o el príncipe Harry. "Comprendía que ocupar el segundo lugar en una familia y una institución tan estrictamente jerárquicas [como la monarquía] conlleva unas dificultades" de las que, además, "todo el mundo es consciente".
El miedo con CharlotteEsa es la clave de la preocupación con la princesa Charlotte, quien con 10 años ya puede aprender a descubrir cuál es su puesto en La Firma, para siempre en un papel secundario de su hermano mayor. Y la vulnerabilidad con la que ven ese lugar, sobre todo con el ejemplo reciente del tío de la pequeña, Harry, que no dudó en titular su autobiografía, en su idioma original, así, Spare [Repuesto en inglés], se ha vuelto una enorme preocupación para Guillermo y Kate, que no quieren que sienta lo que el propio marido de Meghan Markle llegó a especificar en sus páginas: "Yo era la sombra, el apoyo, el Plan B. Me trajeron al mundo por si le pasaba algo a Willy [William, el príncipe Guillermo]".
De ahí que los príncipes de Gales vean con ojos temerosos la posibilidad de que Charlotte crezca guardándole rencor a su hermano, asumiendo una rivalidad, luchando por ganarse un puesto o incluso sintiéndose infravalorada. Según Hardman, la misión del matrimonio es la de evitar que la princesa siga los pasos de Harry, así como el objetivo del príncipe Guillermo es desde hace un tiempo no solo "prepararse para ser rey", algo que ya sabe que ocurrirá tarde o temprano, sino convertir "la vida en la realeza de sus hijos en algo accesible y que no les intimide".
Conocedores de las dificultades que esto entraña y de los posibles desánimos y dudas en el futuro, los príncipes de Gales están trabajando con los pequeños para que sepan equilibrar la vida privada y la esfera pública, anteponiendo como piedra fundamenta que "la familia esté bien, en especial en lo que respecta a lo que el país espera de ellos", como recalcó un amigo de la familia a People.
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