Como si Alicante fuera una isla

Uno de los mantras que más se repitieron durante el proceso independentista por parte de los contrarios a cualquier votación era que había que gobernar con el fin de tratar y solucionar las cosas que realmente preocupaban a la ciudadanía. El mantra se contradice en sí mismo, porque si había una mayoría de personas que abogaba por ese proceso, automáticamente se convertía en algo “que realmente preocupa a la ciudadanía”.
Ahora en las Baleares y en el País Valenciano gobierna el Partido Popular con el apoyo de la ultraderecha. Y las primeras medidas que se han apresurado a tomar tienen que ver con el aniquilamiento de la lengua catalana en estas comunidades, que, según su punto de vista, y teniendo en cuenta el mantra tantas veces repetido por ellos mismos, debe de ser una de las cosas que más preocupan a la ciudadanía, por delante de la vivienda, la precariedad laboral, la crisis climática, la paz en el mundo...
Aniquilar la lengua catalana se ve que es “una de las cosas que más preocupan a la ciudadanía”En el País Valenciano, una de las primeras iniciativas fue la ley de libertad educativa. La Generalitat Valenciana preguntó a las familias por la lengua que querían en la escuela. La paradoja es que el resultado no tuvo nada que ver con lo que esas mentes preclaras presagiaban: los porcentajes significativos de familias que querían que el valenciano continuara presente en la enseñanza demuestran que no todo está perdido.
Pero como, en principio, un gobernante no convoca una votación para perderla, hicieron ver que los votos les daban la razón y continuaron con su cruzada contra la lengua valenciana. Ahora, el nuevo episodio que alientan los pepevoxeros, si no fuera por la gravedad de los hechos, haría partirse de risa. El 26 de junio, el Ayuntamiento de Alicante puso en marcha la petición de mover su ciudad a la zona lingüística castellanohablante del País Valenciano. Si la iniciativa sale adelante, la emblemática capital meridional se convertiría en una isla idiomática en una zona catalanohablante. ¿Hay razones lingüísticas que lo justifiquen? No, claro que no. Pero hay ideologías que se sustentan en la ignorancia para imponer criterios humillantes.
El sociolingüista Miquel Àngel Pradilla analizó dos periodos politicolingüísticos de los gobiernos valencianos, que denominó “etapa de infraplanificación lingüística” y “etapa de contraplanificación lingüística”. La primera correspondía a los gobiernos socialistas de 1983 a 1995, y la segunda a los veinte años de la derecha gobernante hasta el 2015. Es evidente que, según la nomenclatura establecida por Pradilla, los valencianos vuelven a vivir una etapa de contraplanificación lingüística, donde los criterios académicos sobre lengua, historia e incluso geografía son borrados con el objetivo de imponer criterios ideológicos. ¡Viva la incultura!
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