El día que José Tomás 'vetó' a Miguel de Pablo

La Feria de San Isidro entra en su última semana y lo hace con una de las corridas preferidas entre los aficionados toristas. Los toros de José Escolar serán lidiados por Esaú Fernández, Gómez del Pilar y Miguel de Pablo.
El bravo torero de Colmenar Viejo, que cierra la terna, es el protagonista de la anécdota de hoy a través de una curiosa historia en su época de novillero:
La tarde del 26 de septiembre de 2010 la plaza de toros cubierta de Moralzarzal, en Madrid, contó con un espectador de lujo entre sus asistentes a la novillada de la Feria. El mismísimo José Tomás, que presenciaba el festejo apenas cinco meses después de haber estado al borde de la muerte tras una gravísima cornada sufrida en abril en Aguascalientes. De ello se percató Miguel de Pablo, que decidió brindarle la muerte de uno de sus novillos en una tarde en la que salió a hombros de la plaza. El triunfo de De Pablo le sirvió para cerrar ese mismo día con el Ayuntamiento su presencia en la feria del año siguiente.
Ese mismo invierno, José Tomás eligió la plaza de Moralzarzal para celebrar uno de esos entrenamientos especiales a los que se sometió de cara a su reaparición en los ruedos, que se produjo en 2011 en Valencia. Como suele ser habitual en este torero, las condiciones de aquel entrenamiento eran innegociables: que nadie, absolutamente nadie, más allá de su cuadrilla y de la gente de su confianza, estuviese presente en la plaza.
Pero Miguel de Pablo se enteró y no pudo resistir la tentación de acercarse desde Colmenar Viejo para intentar colarse en la plaza y ver en directo a su ídolo:
—¿Cómo no iba a ver yo a José Tomás sabiendo que iba a torear dos toros a diez minutos de casa, siendo mi ídolo y habiéndole brindado un novillo en esa plaza poco antes? —confiesa.
Como conocía bien la plaza, Miguel de Pablo supo por dónde colarse. Accedió por los corrales y de ahí al tendido para, con una gorra calada, escondido y en silencio, cumplir su sueño. Pero lidiado el primer toro, el colmenareño se dio cuenta de que alguien le había visto, así que, apresuradamente, emprendió camino vuelta hasta su coche.
—Me fui muy deprisa. Sabía que me habían pillado, que habían visto a una persona, pero no pensé que sabrían que era yo.
Cuál no fue su sorpresa cuando, al poco tiempo de llegar a Colmenar Viejo, recibió una llamada del concejal de Festejos de Moralzarzal.
—Hola, Miguel. Que sepas que te hemos visto, que has hecho una cosa que no se puede hacer y que hemos decidido quitarte de los carteles de la feria del año que viene.
Y, efectivamente, la afirmación se cumplió y cuando salieron los carteles de la siguiente feria, Miguel de Pablo no estaba... Y todo por ver a José Tomás.
- Anécdota incluida en el libro 'Otras 300 anécdotas taurinas', editado por La Esfera de los Libros
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