Las 48 horas más convulsas del histórico año de Morante de la Puebla, en exclusiva en EL MUNDO

Morante de la Puebla ha protagonizado 48 horas cruciales en la historia del toreo, y EL MUNDO ha sido testigo privilegiado de ese periplo. El especialista en toros del diario, Zabala de la Serna, y el fotógrafo Alberto Di Lolli han acompañado al maestro desde el sábado por la mañana hasta este mismo lunes, un fin de semana trepidante y convulso durante el que Morante se enfrentó con Roca Rey en la plaza de El Puerto de Santa María, el sábado, y sufrió una grave cornada en Pontevedra, el domingo. Sin separarse de Morante y su cuadrilla durante estos días, redactor y fotógrafo han vivido un momento histórico y lo cuentan en un extenso reportaje especial que publicamos mañana.
"Me paso los toros más cerca que nunca", asegura Morante, en referencia a su temporada antológica y sembrada de hitos. No solo es el torero del año, sino el de muchos años, y es consciente de ello. "El invierno fue muy duro, pero la temporada está siendo milagrosa", nos confiesa, mientras viaja en avión privado desde Andalucía hasta Galicia.
El torero nos abre por completo las puertas de su espacio privado en habitaciones de hotel, furgonetas, restaurantes, plazas de toros y el avión con el que cruzó España de punta a punta. Le acompañamos mientras le infiltran anestésico y se pega los esparadrapos en las espinillas, escuchando a Andrés Calamaro, enfundado en un elegante batín de seda de Gennaro Rubinacci.
"La rivalidad en la plaza es bonita, pero siempre dentro de un respeto", afirma en relación a su sonada discusión con Andrés Roca Rey, el sábado en El Puerto de Santa María. Morante se dirigió a Roca para recriminarle un quite ("Eso se hace en otro momento, después del segundo puyazo, no del cuarto. Aquí no es reglamentario") y el peruano contestó altivo: "Maestro, fúmate un purito despacito".
El maestro se fumó un puro, que no un purito, el domingo, antes de la grave cogida en la plaza de Pontevedra. La serenidad no abandonó al maestro de La Puebla en la camilla. "Gajes del oficio", nos decía antes de la operación.
Morante de la Puebla ha pasado la noche afebril tras el alta hospitalaria recibida anoche en la clínica Quirón de Pontevedra, donde fue sometido a nuevas exploraciones radiográficas para descartar otros daños de la cornada.
El torero fue operado en la plaza bajo anestesia local y, colocado el drenaje, fue trasladado al centro hospitalario, que abandonó de mutuo acuerdo para trasladarse al hotel Rías Bajas.
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