Milei atribuyó al aborto la baja en la natalidad, pero el descenso comenzó antes de la legalización

Efectivamente, la baja en la natalidad es notoria en el país y Mendoza no escapa al fenómeno. Un escenario que ya había comenzado hace décadas en países europeos y que, aunque tardó el llegar, finalmente también tuvo impacto a nivel local. La preocupación por el envejecimiento de la población y los desafíos por sostener una sociedad en esas condiciones ha sido motivo de preocupación también desde hace décadas en aquellos países antes afectados. Pero, la realidad es que los datos arrojan que la baja en la natalidad comenzó antes de la sanción de la ley que legalizó el aborto voluntario en Argentina y que, según analizan los especialistas, el marcado descenso obedece a cuestiones multifactoriales.
La Ley 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) se aprobó en el Congreso de la Nación en diciembre de 2020. El decreto que la promulgó fue firmado por el entonces presidente de la Nación, Alberto Fernández, en enero de 2021. En el mismo acto promulgó la Ley 27.611, de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia. En definitiva, hace 4 años y medio que tiene vigencia.
Pero los datos estadísticos dan cuenta de que la baja en la natalidad es anterior, atada a diversas variables socioculturales pero en lo cual no puede soslayarse el impacto que suele mostrar cuando se producen crisis económicas, años en lo que se aprecia un notorio descenso.
Italia se queda sin "bambini": la tasa de natalidad toca fondo

Los últimos datos disponibles a año cerrado dan cuenta de que en 2023 nacieron en Mendoza 20.051 niños, es una baja de 44,5% en relación a los 36.131 bebés que nacieron en 2014, el último año que marcó un pico en la natalidad. Es casi la mitad en 9 años. Los años previos rondaban entre 33.000 y 34.000, para hablar de números redondos.
Los datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas en base a los registros del Departamento de Bioestadísticas, muestran que después de 2014 comienza una sostenida curva descendente, ya en 2018 llegaron a 30.122 y al año siguiente el salto fue hasta un notorio 27.425, traspasando la línea de los 30.000.
Luego fueron 23.459 en 2020, 22.911 en 2021, 21.296 en 2022 y 20.051 en 2023. Incluso el descenso en la cantidad de niños nacidos fue mayor los años previos a la norma mientras que los últimos se sostiene pero se ha ralentizado. Desde 2021 hasta 2023 bajó 12,48%.
La tasa de fecundidad (TFG) es otro dato que muestra un cambio de tendencia. Refiere a la cantidad de hijos promedio de cada mujer en edad fértil. Desde 2001 se mantenía más o menos estable, en torno a 2,4 a 2,5 hijos, pero 2016 marcó el inicio de un descenso paulatino. Se pasó de los 2,45 de 2015 a 2,26 en 2016, luego 2,14 en 2017 y 2,04 en 2018. La baja sigue para llegar a 1,34 en 2023, prácticamente la mitad en 22 años, lo que denota una tendencia más allá de la legislación del aborto en 2021.
Consultado sobre el tema, el Ministerio de Salud de Mendoza informó que no tenía disponibildad hoy de los datos respecto de la cantidad de abortos que se realizan en la provincia y que esta semana no podrá emitir una opinion sobre este asunto.
La baja en los nacimientos es un fenómeno mundialEl descenso en la natalidad es un fenómeno al que no escapa ninguna provincia argentina. Un informe reciente de la organización Argentinos por la Educación tomó datos entre 2014 y 2022, periodo en el que todas las jurisdicciones mostraron un descenso. Mendoza es la tercera con mayor baja, 41% en ese lapso. Sólo la superaron Jujuy y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Según el Registro Nacional de las Personas (Renaper), en el país la Tasa Bruta de Natalidad (frecuencia de nacimientos por cada mil habitantes) se redujo un 52,8% entre 1980 y 2020, antes de la ley. Asimismo, la Tasa de Fecundidad General (TFG) disminuyó en 54,9% durante el mismo período.
El mundo asiste al fenómeno desde mucho antes. “Los países desarrollados fueron pioneros en la caída de las tasas de fecundidad desde finales del siglo XIX. Este descenso se acentuó en la década de 1930, incrementándose nuevamente la fecundidad en la posguerra hasta estabilizarse en niveles moderados entre 1950 y 1960″, resume un estudio de la Dirección Nacional de Población del Renaper. Y agrega que “los países en vías de desarrollo registraban altas tasas (de fecundidad) en la década de 1950 y comenzaron la transición de manera heterogénea en la segunda mitad del siglo XX. En el caso de Argentina, la transición fue más temprana con marcados descensos desde 1914, aunque se estancó hacia 1947″.
Miles de personas se manifestaron en el Congreso a favor del aborto legal

Miles de personas se manifestaron en el Congreso a favor del aborto legal
Allí se explica que para el año 2000, la mayoría de países ya evidenciaban tasas bajas de fecundidad y sostiene que en la actualidad, casi todas las regiones se sitúan por debajo del reemplazo generacional, exceptuando África Subsahariana y Medio Oriente. El reemplazo generacional hace referencia justamente al cálculo posible de reemplazo de la población mayor por la más joven, un balance entre nacimientos y fallecimientos. Implica, según los cálculos de los expertos, que cada mujer en edad fértil tenga 2,1 hijos.
Multicausal: de las crisis a los nuevos proyectos de vidaLos análisis de especialistas consultados por Los Andes apuntan que esta situación es multicausal, atada entre otras cosas a cambios en las concepciones culturales y proyectos de vida, acceso a planificación familiar y cuestiones socioeconómicas como las crisis, periodos en los cuales es notoria la baja en los nacimientos. De hecho, no puede soslayarse el impacto de la coyuntura reciente. La falta de seguridad económica y dudas sobre el futuro afectan la decisión de maternar o paternar, y eso tiene particular peso los últimos años, en medio de la crisis de la pandemia de Covid y la incertidumbre que ha afectado al país en el plano socioeconómico.
Además, los profesionales que trabajan en salud sexual y reproductiva, advierten que hay una tendencia a una mayor planificación familiar, de la mano del crecimiento en la oferta de métodos anticonceptivos así como el acceso a mayor información y asesoramiento.
Otro cambio tiene que ver con que se ha instalado entre los más jóvenes la preferencia por no tener hijos. De hecho, en los consultorios médicos se ve que son cada vez más los menores de 30 años que se realizan anticoncepción quirúrgica, tanto la ligadura de trompas, en el caso de las mujeres, como la vasectomía en el caso de los varones. Incluso sin haber tenido hijos antes.
Cada vez más menores de 30 años se hacen anticoncepción permanente. A los consultorios llegan cada vez más jóvenes que no tienen hijos y no quieren tenerlos, incluso de poco más de 20 años. Estiman un aumento en la demanda de 60% en los últimos 5 años.

Cada vez más menores de 30 años se hacen anticoncepción permanente. A los consultorios llegan cada vez más jóvenes que no tienen hijos y no quieren tenerlos, incluso de poco más de 20 años. Estiman un aumento en la demanda de 60% en los últimos 5 años.
El doctor Diego Santoni, ginecólogo, oncólogo y mastólogo, dijo que en los últimos 5 años se han incrementado entre 60 y 70% los procedimientos que se realizan en menores de esta edad.
Asimismo, se posterga el deseo de ser padres hasta mayor edad lo que reduce la posibilidad de tener más hijos. En una nota anterior con Los Andes, Valentina Albornoz, quien era responsable del programa de Salud Sexual y Reproductiva de Mendoza hasta hace unos meses explicó: “La decisión de no tener hijos o tener menos hijos es un fenómeno que se ve en todo el mundo y tiene que ver también con la realización de proyectos propios distintos a la maternidad o paternidad, a la evolución fuera de los tiempos biológicos, es decir, como la esterilidad secundaria o el deseo tardío de maternar y paternar”. Ante esto subrayó la importancia de que haya un sistema de salud que acompañe esas decisiones.
Hay otro aspecto a considerar: por mayor información y autocuidado, hay una marcada baja de embarazos adolescentes y por abusos en Mendoza. Esta tasa viene en descenso sostenido, en un segmento en el que más abundan los embarazos no planificados que pueden hacer suponer la elección de una interrupción voluntaria del embarazo. En la provincia la tasa de embarazo en este segmento se redujo a la mitad en 11 años: pasó de 15,6% del total de los embarazos en 2011 a 7,5% en 2022.
En paralelo, el deterioro en las condiciones socioeconómicas de los últimos años ha tenido entre sus consecuencias un aumento de la mortalidad infantil, un indicador que venía en franca mejora desde los 90 pero que sufrió un retroceso en 2024 y subió por primera vez en 4 años. Al informar la marca de 7,5 muertes cada 1.000 nacidos vivos (había sido de 5,5 el año previo) el Ministerio de Salud de Mendoza lo atribuyó en gran medida a una profundización de la pobreza y aportó datos sobre el aumento de este indicador en periodos de crisis económica.
losandes