Música y mensaje en un Cruïlla reivindicativo

Si es verdad que las tradiciones están para romperlas, el Cruïlla pudo ponerse este jueves una medalla hecha de imperdibles, telas gastadas y ruidosas tramas sonoras en la segunda jornada de esta 15.ª edición. El mensaje tomó la segunda jornada del festival, que comenzó con un guiño a la historia del propio festival: La presencia de Reig Bord, mestizaje reggae de la banda que tocó en el primer Cruïlla en Mataró, en el 2005.
De regreso al presente, la jornada del jueves reflejó la apuesta del festival por lo que prevé como el próximo arreón sonoro, con artistas comprometidos como Fermín Muguruza, Remei de ca la Fresca, Mr. Kilombo o Dr. Calypso, por no hablar de los renacidos Sex Pistols, ante 16.000 personas. Palestina, los acuíferos, el pueblo mapuche o las brigadas internacionales compartiendo protagonismo con músicos expertos en exploraciones musicales que abren los límites a la audiencia, como Goran Bregovic, Anne Clark, más conocida como St. Vincent, o Seu Jorge, que vestido de verde Brat y con una orquesta de nueve músicos explicó con música lo que es la nueva bossa nova.
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Bastante cambió el público de este jueves respecto a ediciones anteriores, cuando este día se reservaba a los sonidos latinos y caribeños. El éxito de la idea fue tal que ha acabado absorbido por otras propuestas más allá del festival de la doble equis, que en lugar de lamentarse ha optado por buscarse la vida por otro lado. Y ese lugar es la reivindicación de artistas legendarios como Fermín Muguruza, padre de Kortatu y Negu Gorriak, referente de la contestación, la crítica social y el mensaje sin cortapisas, que con 62 años anda celebrando las cuatro décadas sobre el escenario.
Muguruza repartió entre el público banderas de Palestina antes de arrancar con Maptuxe y mandar en perfecto catalán “a cagar a la via” a los negacionistas del cambio climático. Reggae de entrada en una hora y cuarto donde no faltaron de su etapa en solitario Dub manifest y Yala Yala Ramalah, más adecuada que nunca, o el rap Radio Rahim, de la época en la banda de las dos hachas. Hubo espacio para el reggae Euska Herria Jamaica Clash adornado con trikitixa, y sobre todo para rememorar los años de Kortatu.
De aquella primera época sonaron la poderosa Zu atraparu arte, con gritos de “Visca catalunya lliure”. También Etxerat, La línea de enfrente o He visto las calles arder otra vez, Y claro, la alegre y controvertida Sarri Sarri, la historia de la fuga de prisión que cerró la actuación con los miles de asistentes botando como cabras huidas del redil, en esta velada reivindicativa con palcos vip y terraza Ballantine's.
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Antes que el irundarra, los fans del reggae y el ska se habían congregado alrededor de Doctor Calypso, formación resucitada a raíz de su 35 aniversario que demostró buen hacer con clásicos como 2.300 milions o Pardalets que retratan la codicia o la destrucción del medio ambiente con la misma actualidad que cuando fueron compuestos, a finales del pasado milenio. Con los vocalistas Sergi Monlleó, Xeriff, y Lluís López, Luismi, y la guitarra de Jordi Manyà, Maniac, la banda convirtió el escenario Vueling en una fiesta a base de Maria, la coreada Aquesta nit, Born to be alive o la marchosa Toxic, que convirtió el anfiteatro del Fòrum en un vibrante hormiguero de cabezas.

Fermín Muguruza durante su actuación en el Cruïlla
Àlex GarciaTemas descarados cuyo espíritu recogió en parte Remei de ca la Fresca, que a la misma hora presentaban las letras lacerantes de su segundo disco, L’ham de la pregunta, pop contra los alcaldes mafiosos y las multinacionales abusivas que Xantal Rodríguez descargó con rabia en un espacio reducido como aquellos donde Muguruza comenzó décadas atrás. Ayer llenaron la carpa Vallformosa mientras aprovechaba para cargar contra el patrocinador del escenario, Vichy Catalán, como ejemplo de las empresas que destruyen su Montseny, a las que combate el Col·lectiu Aigua Clara, del que colgaron un cartel sobre las tablas.
Entre Fermín y los Sex Pistols hubo espacio para dos sugerentes propuestas. Goran Bregovic se presentó de blanco y sentado al frente de la pintoresca orquesta gitana Wedding and funeral band en versión de nueve componentes (tiene otras de 19 y 37 miembros) para una alegre sesión del autor de la compulsiva Kalashnikov o In the deathcar, banda sonora del filme Arizona baby.
A la misma hora actuaba St Vincent, que repitió la escenografía oscura que acostumbra en esta gira de presentación de All born screaming. La cantautora de Tulsa lucía caperuza blanca, medias rasgadas al comenzar con Reckless un recorrido por los nuevos temas del disco. Cargada de energía, Clark calculó mal y chocó contra el micro al comenzar Fear the future, estropicio sin más recorrido en una noche donde sonaron Broken man (acabó de nuevo en el suelo por un resbalón) de guitarras industriales y algunas incrustaciones de castellano con acento de Oklahoma, o Big time nothing. Nada que importara a sus fans, que disfrutaron con Los Ageless, interpretadas con la entrega física e interpretativa a que acostumbra la artista.

Ambiente del Cruïlla, este jueves en el Fòrum
Àlex GarciaNada más terminar el show de St Vincent, el público recibió con espectación a los Sex Pistols, ávidos por valorar el reemplazo de Johnny Rotten por Frank Carter, vocalista de larga carrera musical al frente de Gallows y The Rattlesnakes. El de Hempstead aceptó la arriesgada tarea de encabezar al trío original de los Pistols, que rondando la setentena (Matlock, el más joven, tiene 68) dan a Carter la apariencia de un retoño cargado de energía. Una presencia rejuvenecedora que enlaza mucho más con el espíritu original de la banda que los tres geriátricos fundadores presentes anoche en Barcelona, dispuestos a repasar el único disco que llegaron a publicar arrancando con Holidays in the sun una noche donde el puño en alto se adueñó del Parc del Fòrum.
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