De Luis XIV a Luis Enrique I

Es fácil asociar al PSG, por el nombre, con Saint-Germain-des-Prés, el sofisticado barrio parisino de la Brasserie Lipp y Les Deux Magots, a donde intelectuales como Camus, Sartre, Hemingway, Simon de Beauvoir, Picasso, Bertol Brecht o James Joyce acudían para beber y hablar de lo divino y lo humano. Pero no de fútbol.
Sin embargo las raíces del finalista de la Champions no están en el Boulevard Saint Germain y las boutiques y hoteles del 6ème arrondissement, sino en Saint-Germain-en-Laye, una elegante localidad de familias con dinero diecinueve kilómetros al oeste de la capital, en el departamento de Yvelines, donde Luis XIV nació en 1638, fue su residencia entre 1661 y 1681, vivió exiliado hasta su muerte el monarca ingles Jacobo II tras la Revolución Gloriosa, se firmó en 1920 el tratado que certificó la fragmentación del imperio de los Habsburgo y la independencia de Checoslovaquia, Polonia, Hungría y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (más tarde Yugoslavia). Entre 1940 y 1944 fue el cuartel general del comando de las Fuerzas Armadas alemanas en el frente occidental (Oberbefehlshaber West).
La ‘banlieue’ de París es la mayor cantera futbolística del mundo después de las barriadas de Sao PauloEl PSG se formó en 1970 como la fusión del París FC (que puso la financiación) y el Stade Saint-German, de Saint-Germain-en-Laye, que aportó la mayoría de jugadores, el entrenador y su lugar en la segunda división del fútbol francés. Es así que el campeón de la Ligue 1 puede presumir de compartir sus orígenes nada con el rey sol, un monarca absoluto como los de Qatar, propietarios del club (a través de Qatar Sports Investments). Eso es la simetría.
Pero así como Saint-Germain-en-Laye es un suburbio próspero, el vivero del que se nutre la actual edición del PSG está a un buen trecho por el Périphérique (autopista de circunvalación de París), en lugares (por no llamarlos guetos) como Sarcelles, Suresnes, Pantin, Montfermeil, Bondy, Aulnay-sous-Bois-, Les Ulis, Roissy-en-Brie o La Cité des 3000, así denominada por las tres mil viviendas populares de estilo brutalista construidas en los años setenta, con su pequeño Camp Nou.
Bajo la batuta de Luis Enrique, el PSG ha quitado el énfasis de superestrellas como Neymar y Messi, y lo ha puesto en el talento que hay en la región de la Île de France, de donde salieron una treintena de jugadores que compitieron en el mundial de Qatar, y la mayor cantera bruta de futbolistas del mundo después de las barriadas de Sao Paulo. Además de pobreza, delincuencia, desempleo y polígonos construidos en respuesta a la ola migratoria de los cincuenta, habitados hoy por norteafricanos, caribeños y originarios del África subsahariana, un elemento reiterativo del paisaje son campos de fútbol –a veces de hierba, en muchos casos de cemento, con frecuencia de dimensiones pequeñas– donde los chavales sueñan con ser el próximo Henry, Mbappé, Kanté, Fofana, Mahrez, Pogba, Saliba,Moussa Diaby, Nicolas Pepe o Zaire-Emery. La competencia en la sexta categoría (amateur) del balompie francés es enorme. En la liga de la banlieue parisina participan un millar de clubs y 270.000 jugadores federados, los más afortunados de los cuales consiguen una beca en Clairefontaine, una academia considerada como una Masia a nivel nacional o el Harvard del fútbol (pero sin que Trump meta mano en ella).
La existencia de tantos campos de fútbol es una política oficial para intentar mantener a los jóvenes alejados de las drogas y la delincuencia, pero la ley del gueto obliga a los chicos que triunfan a dar buena parte del dinero que ganan a familiares, amigos e incluso mantener pueblos enteros en Mali o Costa de Marfil.
Del reinado de Luis XIV han pasado siglos. Pero si el PSG gana el sábado, todo París entronará a Luis Enrique I.
Lee también LA VIDA EN LA ‘BANLIEUE’ Agentes, oteadores, extorsiones y muchos sueños rotosEn la selección francesa que perdió la final del Mundial de Qatar había once jugadores de la ‘banlieue’ de París que aprendieron a jugar al fútbol entre los bloques de hormigón gris de lugares como Seine Saint-Denis y equipos como el Espérance Paris 19ème y el Solitaire Paris-Est, casi todos de familias humildes (no como los alemanes, que son de clase media). En la Île de France todos los chicos sueñan con ser el próximo Pogba o Mbappé, los que prometen tienen agente con once años y las extorsiones para sacarles dinero están a la orden del día. Por ello los hay que prefieren marchar a Inglaterra, España o Alemania.
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