El espíritu de los jóvenes marca el ahora o nunca del Barça ante Unicaja

Unicaja ganaba de 20 puntos y el partido estaba decidido. Apenas faltaban tres minutos para el final, la grada del Palau Blaugrana silbaba al Barça, incluso mostraba algún que otro pañuelo al palco y al equipo, y de golpe toda la crispación se tornó en aplausos. Un pequeño oasis en medio del desierto de encuentro que hicieron los de Joan Peñarroya, quien se atrevió a decir que fue “el peor partido del curso en el Palau”. El técnico había dado entrada a los jóvenes, a Raúl Villar, Sayon Keita y Dani Fernández, quienes le dieron otra actitud defensiva al equipo. No sirvió ni para maquillar el resultado (59-81), pero al menos el Barça encontró un camino para la final de Málaga. “Es catastrófico”, lo definió Joel Parra.
“Los juniors salieron con todo en la pista, con la agresividad que se nos tiene que exigir. Han tenido que salir ellos para concienciarnos un poco a los demás”, dijo Álex Abrines, consciente de que uno de los graves problemas del FC Barcelona fue la actitud sin balón y el juego en equipo en ataque, que brilló por su ausencia. Y al que se le unió el desacierto de sus mejores lanzadores, que apenas lograron acertar el 20% de los tiros de tres y el 40% de los dos. Una losa demasiado pesada.
ENTRADAS AGOTADAS Unicaja no se fía: “La estadística dice que ganamos más fuera que en casa”Todo lo que ocurra en el Martín Carpena (18:30) será definitivo. No cabrá ni una aguja. En apenas unas horas se han despachado las 1.500 entradas que se pusieron a la venta, por lo que Unicaja espera que un lleno que le ayude a pasar a la siguiente ronda. Tiene todo a su favor, también la historia: solamente el 25% de los equipos que han llegado al tercer partido con la pista en contra en los cuartos de final de la Liga Endesa han pasado de ronda. Pero Ibon Navarro no se fía: “Tenemos la experiencia del año pasado de levantar un 0-2 de Murcia y volver a casa, pensar que ya lo teníamos; la estadística es que hemos ganado más del doble de partidos fuera que en casa en playoff, entonces tenemos que saber utilizar la energía que nos da nuestra gente y saber controlar las opciones. Es lo que nos llevó a cometer muchos errores al final del primer partido”.
Unicaja hace bien en no fiarse por la ciclotimia del Barça, capaz de lo mejor y de lo peor, de remontar en un minuto y medio y ganar en Málaga o de perder por 22 puntos en el Palau apenas unas horas después.

Algunos pañuelos blancos durante el Barcelona-Unicaja del viernes en el Palau Blaugrana.
Enric Fontcuberta / EFEPara ello, el Barça dependerá del acierto de Jabari Parker y Kevin Punter, quienes se juegan la mayoría de lanzamientos, del dominio en la pintura de Youssoupha Fall, que ya fue el mejor el viernes sobre el Palau, y en subir varios puntos más esa concentración defensiva personificada en los silbidos a Willy Hernangómez.
La suerte es que no son males desconocidos para el Barça. Ya los ha sufrido a lo largo del curso, y ha conseguido sortearlos en varios momentos límites. Como es el de este domingo en Málaga. Ahora o nunca. Las “vacaciones adelantadas” que utilizó Peñarroya para suavizar lo que sería una hecatombe en un año en el que el Barça no alcanzó la final de Copa, se quedó a las puertas de la final four de la Euroliga y, en la Liga Endesa, podría despedirse antes de lo previsto.
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