Götze, el niño de cristal, campeón del mundo, que casi deja el deporte por un problema metabólico

El minuto 113 de aquel partido del 13 de julio de 2014 quizás fue el momento más feliz de su vida. Mario Götze (Memmingen, 1992) que había sustituido a un tal Miroslav Klose, el máximo goleador de la historia de los Mundiales, controlaba con el pecho un centro de Schürrle y daba a Alemania su cuarta estrella ante la Argentina de Messi con un tanto de bandera.
Hacía un año que el Golden Boy había fichado por el Bayern de Múnich por su deseo de jugar bajo las órdenes de Pep Guardiola pese a que su juego lo había forjado en el Borussia Dortmund, Jürgen Klopp. Y entonces, en la cima de su carrera, algo se rompió por dentro. "Esperaban que fuera una superestrella durante los siguientes diez años, pero es una carga muy pesada", admitió el futbolista en una carta a The Players Tribune sobre aquella época.
Esa carga tiene varias explicaciones. Como la del peaje personal de obligar a mudarse a su familia con él a Múnich porque a su hermano menor le hacían bullying en el colegio por la "traición" que él había cometido. También porque en el gigante bávaro nunca llegó al nivel que mostró en el conjunto amarillo, al que volvió tres años después, y porque, tras un cúmulo interminable de lesiones, un problema crónico salió a la luz.
El Bild publicó en 2017 que el mediapunta sufría una miopatía metabólica que le apartó de la disciplina borusser. Se trata de un trastorno que produce que el organismo no procese la energía de manera eficiente, los músculos se fatiguen con facilidad y predispone a lesiones musculares recurrentes. Pese a que esta dolencia puede provocar incluso problemas de movilidad, 130 días después, el jugador volvió a los terrenos de juego para dar una asistencia en la victoria ante el Wolfsburgo.
Tardó casi una temporada en recuperar el nivel que se le presuponía al futuro Messi de Alemania porque una rotura de ligamentos de tobillo y otros problemas le tuvieron la 2017/18 casi en blanco. Pero un año después, el mediocampista bávaro volvió a mostrar atisbos de lo que mostró al mundo aquel 2014. Finalizó la temporada con siete goles y siete asistencias.
Un nuevo revésSin embargo, la pandemia volvería a truncar la carrera del futbolista. Ann-Katrhin Brömmel, mujer de Mario Götze desde 2019, y el futbolista, tuvieron un susto en 2020 cuando en un control rutinario de su primer embarazo, el cuerpo médico les anunció que el corazón de su hijo latía a un ritmo demasiado lento. En el hospital se practicó una cesárea de urgencia a su pareja y al futbolista, con estrictos protocolos sanitarios, se le presentó una decisión importante: fútbol o familia. "Eso no es ni una decisión", escribió el futbolista.
El 5 de junio del 2020 nació el primer hijo del jugador, Rome, y a finales de mes expiró su contrato con el Borussia Dortmund al que ya no volvería. Entonces, Götze volvió a casa del hospital como padre, pero no como futbolista. Tenía 29 años y no tenía un club al que ir. Recordó la charla con Klopp en su casa de Liverpool para irse con él al equipo inglés en 2016 y la llamada de Hansi Flick para volver a reclutarle para el Bayern justo antes del problema con su hijo. Pero durante meses, "todo era silencio" y el que fuera Golden Boy en 2011 se preocupó.
Entonces, tuvo que llamar él mismo a Roger Schmidt, un entrenador germano al que conocía que resultó estar entrenando al PSV Eindhoven y, en esa llamada, se produjo el acuerdo. "Creo que no sabe lo importante que fue para mí no sólo para mi carrera sino como persona", explicó el jugador. Así, se reencontró con el fútbol en Holanda, en las filas del PSV donde jugó mucho y bien e hizo doce goles y once asistencias en dos temporadas. Entonces, volvió a la Bundesliga, el campeonato que "odia y ama" a partes iguales. Pero Götze ya no es esa estrella emergente que metió el gol del Mundial.
Identidad y madurez"Yo, primero soy padre y después futbolista". Así se define hoy el jugador en esa carta abierta en la que también reflexiona sobre la evolución de su carerra y que hoy le ha llevado al Eintrach de Frankfurt. En el equipo alemán sirve como ejemplo y mentor de futbolistas jóvenes y talentosos como el prometedor Can Uzun, con muchas características similares a aquel joven Götze.
En las dos temporadas en el equipo de Frankfurt, el mediocampista ha marcado cuatro goles y dado cinco asistencias de media. Recuperado de su última lesión, está listo para amenazar hoy a este Atlético de subidón desde el derbi del sábado. Lo hará desde el campo o desde el banquillo, porque hace tiempo que la familia le ha levantado esa carga que le puso aquel gol en 2014 en Maracaná.
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