Payeses y ecologistas, en contra de la ciudad deportiva del Girona

La ciudad deportiva es una de las joyas de la corona del Girona FC, club que hace un año rompía todas las estadísticas clasificándose por primera vez en su historia para la Champions League. El club ha crecido en todas sus dimensiones y quiere tener unas instalaciones acordes. “La ciudad deportiva es una prioridad”, subrayaba el director general del Girona FC, Ignasi Mas-Bagà, en estas páginas cuando hace año y medio el Girona era envidia de Europa.
El recinto ocupará 17 hectáreas y contará con ocho campos de entrenamiento, uno de ellos con aforo para 500 espectadores, oficinas, salas de trabajo, gimnasio, salas médicas, aparcamiento, comedores… En definitiva toda la infraestructura necesaria para los entrenamientos de los futbolistas del primer equipo y categorías inferiores. Un espacio que acogerá también la celebración de los partidos del futbol base, del femenino o de la Liga Genuine y que, cuando esté a pleno rendimiento, podría generar más de 8.000 desplazamientos contando solo los fines de semana. El lugar elegido para implantar la ciudad deportiva son unos terrenos a las afueras de Vilablareix, un municipio de más de 3.700 habitantes, colindante con Girona, cuya edificación y población ha crecido de forma notable en los últimos años.
El Ayuntamiento dice que es un equipamiento de interés público y que el proyecto cumple con la legalidadEsta temporada, el Girona FC ya ha entrenado en los dos únicos campos que se han construido hasta la fecha, junto con otras instalaciones provisionales como vestuarios y zona de gimnasio. Un pequeño reducto deportivo que irá creciendo con más servicios en una segunda fase y que, como en la anterior, está levantado críticas de ecologistas, del sector agrario y de los vecinos.
Básicamente aducen que destruye suelo agrícola, “el último corredor natural en el contexto periurbano de Girona”. También lamentan que el proyecto se ha fragmentado “de forma intencionada” para evitar la evaluación ambiental global, se quejan de la afectación de una zona de alta biodiversidad en la que contabilizan más de una cuarentena de especies protegidas, amenazadas o en peligro de extinción y esgrimen que la propuesta vulnera varios instrumentos del planeamiento como el Pla Territorial Parcial de les Comarques Gironines y el Pla Director Urbanístic del Sistema Urbà de Girona.
“Como vecina me siento ignorada”La vecina Assumpció Bagaria tiene una explotación lechera cerca de la futura ciudad deportiva. Teme por el futuro del negocio familiar y asegura que se siente “ignorada” por el Ayuntamiento. Asegura que el proyecto no incluye su explotación como una de las afectadas. Ella cree que lo está, no solo por la contaminación lumínica y acústica que tendrá que suportar sino también porque explica que el proyecto incluye la mejora de una carretera y una rotonda sin giro de paso hacia su explotación. ¿Cómo vendrán a recoger la leche los camiones?, se pregunta
“Es una expoliación del espacio agrario, es una de las mejores llanuras agrícolas de Girona”, se lamentan Marc Xifre, responsable del sector lácteo de Unió de Pagesos (UP). El sindicato agrario, la Associació de Naturalistes de Girona y la plataforma Salvem Vilablareix Rural han presentado alegaciones contra esta segunda fase, pendiente de la aprobación definitiva por parte del Ayuntamiento de Vilablareix y del visto bueno de la Comissió d’Urbanisme.
El abogado de las tres entidades, Eduard de Ribot, tilda de “ilegal” e “irregular” la operación y denuncia un “trato singular y de favor” hacia el promotor. Afirma que de seguir adelante, irán a los tribunales. De momento, ya han impugnado ante el TSJC la construcción de los dos primeros campos de futbol de entrenamiento construidos. “No se puede implantar una ciudad deportiva en suelo no urbanizable de protección agrícola”, afirma.
El abogado Eduard de Ribot, tilda de “ilegal” e “irregular” la operación y dice que, de seguir adelante, irán a los tribunalesEl Ayuntamiento de Vilablareix tiene previsto aprobar de forma definitiva la modificación de las normas subsidiarias del planeamiento para permitir la operación el próximo otoño. Mantendrán la calificación de terreno no urbanizable pero cambiarán los usos, de agrícolas a equipamientos deportivos. En el estudio ambiental estratégico, afirman que se trata de un “equipamiento de interés público de carácter comunitario” y que por lo tanto, puede instalarse en medio rural.
El edil de Territori de Vilablareix, Pau Rovira, justifica el hecho de no convertir los terrenos en urbanizables para no hipotecar la zona en un futuro. “Hoy estará el el Girona FC. ¿pero quien no nos dice que en un futuro se vayan y se lleguen a construir casas o industrias?. Manteniendo la calificación de no urbanizable se blinda esta posibilidad”, explica el edil. Como contraprestación, el Ayuntamiento reclamará al club la mejora del acceso a la zona y compromisos sociales con el municipio. El club está tranquilo y dice que ha seguido los pasos indicados por el Ayuntamiento y la Generalitat.
lavanguardia