Y tras el aperitivo, los Pirineos

Vaya comienzo del Tour de Francia. Los telespectadores de la Grande Boucle han tenido pocos momentos para las habituales siestas. La ronda francesa ha tenido espacio en este inicio para los velocistas, felices Merlier, Philipsen y Milan. Los focos también se han centrado en los escapados, protagonistas Van der Poel, durante días líder de la general, y Healy, sorprendente maillot amarillo. Y qué decir de los favoritos. Pogacar, siempre feroz, autoinvitado a todas la peleas, le ganó dos veces la partida a su rival Vingegaard, primero en la rampa de Sant-Hilaire, con su triunfo 100, y después en el Muro de Bretaña, su segunda victoria en esta edición. Mientras, Evenepoel, en un segundo plano, se contentó con ganar la primera crono. Todo un espectáculo sin haber subido aún un puerto de primera. Las cabezadas, conciliar el sueño en el sofá después de una buena comida veraniega, será aún más complicado ahora porque el pelotón llega a los Pirineos.
Empieza nuestro terreno, el de los escaladores. Hautacam y en especial a la crono y Superbagnères les tengo muchas ganas” Tadej PogacarVigente campeón del Tour de Francia
“En la etapa 10 vimos quién está bien, pero no fue un indicador verdadero de los rivales. Su objetivo llega ahora. Empieza nuestro terreno, el de los escaladores. Estamos preparados para la montaña”, dijo ayer Pogacar en el día de descanso. Tras un tramo cómodo hoy con principio y final en Toulouse, aunque repleto de repechos, la montaña aparecerá esplendorosa en el horizonte. Será mañana, en la 12.ª etapa con casi 4.000 metros de desnivel, cuando los escaladores reclamarán su sitio. Superado un tramo inicial de acercamiento, de más de 100 km, el gran grupo se adentrará en la cordillera pirenaica con el ascenso al Col du Soulor, de primera con casi 12 km. Pero será en el primer gran final en alto en Hautacam, de categoría especial con 13,6 km al 7,8%, donde se prevé una pelea importante, quizá decisiva, por la general. Porque fue allí, en el 2022, donde Vingegaard, bien escudado por Van Aert, llegó primero a la cima y dio un golpe definitivo al campeón Pogacar para coronarse por primera vez en París. El esloveno, amante de los retos, seguro que no olvida aquel momento.
Si el día anterior no se ha cobrado su venganza, Pogacar tendrá otra ocasión en la cronoescalada de la etapa 13. Tras el fiasco contra el tiempo en el Dauphiné Libéré, el del UAE trabajó con más ahínco esta especialidad y su mejora se notó en el quinto tramo en Caen. El vigente campeón del Tour solo cedió ante Evenepoel, 16 segundos más veloz, y sacó más de un minuto a Vingegaard. Más explosivo que el danés, un corredor que va a ritmo, Pogacar podría abrir brecha en un ascenso entre Loudenvielle y Peyragudes de 10,9 km con una pendiente máxima del 16%.
Lee tambiénLa guinda pirenaica llegará con la 14.ª jornada, una de las etapas reina. Con un total de 182,6 km, el pelotón iniciará el día ascendiendo al mítico Tourmalet, de categoría especial con 19 km, y seguirá subiendo a Aspin, de segunda, y a Peyresourde, de primera. El broche final será el puerto de categoría especial Superbagnères (12,4 km), que no se sube desde 1989. Aquel año ganó Robert Millar en un ajustado final con Perico Delgado. Una cita para mitómanos del Tour que Pogacar tiene apuntada. “Espero recuperar el amarillo en los Pirineos. Esta semana puede ser decisiva. Hautacam y especialmente a la crono y Superbagnères les tengo muchas ganas”, añadió el esloveno.
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El domingo, los ciclistas afrontarán un tramo más relajado de media montaña para llegar a Carcassonne. Y después de un merecido día de descanso, más tralla: llegan los Alpes con una primera parada en el Mont Ventoux.
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