Aunque sea por un voto: Javier Milei apuesta a un triunfo en Provincia como señal clave para los mercados
La economía comenzó a recuperar el ritmo tras un arranque de año condicionado por la negociación con el FMI. Con la inflación en retroceso y el tipo de cambio estable, sectores como el automotor, los electrodomésticos y el inmobiliario muestran claros signos de reactivación para los mercados. Sin embargo, la falta de liquidez complica el crédito y obliga al Gobierno a ajustar su estrategia con la mira puesta en octubre.
En ese contexto, el presidente Javier Milei busca consolidar su liderazgo político con una victoria en las elecciones legislativas, particularmente en la provincia de Buenos Aires. «Aunque sea por un voto», repite en reuniones privadas, en alusión a la importancia simbólica y financiera de un triunfo ante los ojos de los inversores internacionales.
Las cifras más recientes de abril y mayo reflejan un repunte en diversos sectores. La venta de autos 0 km superó las 55.000 unidades el mes pasado, con proyecciones anuales que rondan las 700.000, según estimaciones de Abeceb, la consultora de Dante Sica. Si bien los niveles aún están por debajo del pico de 2017, el salto se explica por menor carga impositiva, precios más bajos, financiación activa y una oferta creciente por el alivio a las importaciones.
El mercado inmobiliario también experimenta una mejora notable. Solo en la Ciudad de Buenos Aires, las operaciones crecieron 50% interanual en abril, y más de 1.100 se concretaron con hipotecas, un dato impensado hace apenas un año. A esto se suma la recuperación del consumo en supermercados y ventas de electrodomésticos, aunque estos últimos comparan contra meses muy golpeados de 2024.
El nivel de actividad ya se sitúa en torno al 5% de expansión anual, según estimaciones privadas, con chances de superar ese valor si se mantiene la dinámica en la segunda mitad del año. De sostenerse, sería la primera vez desde 2011 que la economía rompe el “techo” alcanzado en los picos de los ciclos kirchneristas, sin caer luego en crisis fiscal o cambiaria.
El orden fiscal y el control monetario implementado desde diciembre comienzan a dar resultados concretos: inflación a la baja, tipo de cambio contenido, apertura financiera gradual y financiamiento externo en recuperación. Pero el ajuste también trae consecuencias: la escasez de pesos empieza a impactar en la capacidad de los bancos de prestar dinero.
Los balances de los principales bancos muestran una brecha preocupante entre la demanda de préstamos y la evolución de los depósitos. El Banco Galicia, por ejemplo, incrementó sus préstamos un 131% interanual, pero los depósitos crecieron solo 83%. En Banco Macro, el crédito subió 97%, frente a depósitos que avanzaron apenas 23%.
La Secretaría de Finanzas anuncia que en la licitación de hoy adjudicó $8,56 billones habiendo recibido ofertas por un total de $9,46 billones.
?? Esto significa un rollover de 126,28% sobre los vencimientos del día de la fecha y 100,12% incluyendo los pagos de cupones y…
En palabras de un ejecutivo financiero: “Hoy tenemos mucha más demanda de préstamos que lo que estamos en condiciones de otorgar”. La escasez de pesos, combinada con la prudencia monetaria del Banco Central (BCRA), genera tensiones crecientes en el sistema financiero. Esto ya llevó a que varios bancos eleven las tasas hipotecarias, a pesar de la baja inflacionaria.
El riesgo principal es que esta restricción del crédito frene el repunte del consumo, uno de los motores de la recuperación actual. El Gobierno, consciente de este problema, evitó en mayo intervenir en el mercado cambiario para acumular reservas y no volcar más pesos a la plaza. El equilibrio fiscal y la estabilidad siguen siendo la prioridad.
Aun así, la presión persiste. Mercado Pago ya solicitó licencia bancaria y plantea una competencia directa al sistema financiero tradicional, mientras que los bancos buscan nuevas fuentes de fondeo, incluso en dólares. En la última semana, varias entidades salieron a captar depósitos en moneda extranjera ofreciendo tasas superiores al 5% anual, algo inédito desde la convertibilidad.
La dinámica cambiaria también presenta desafíos. En abril, tras la salida del cepo, cerca de un millón de personas compraron USD 2.000 millones para atesoramiento. Este movimiento explica en parte por qué el dólar no bajó más en las bandas previstas. «Empezaron siendo 170.000 clientes por día, ahora estamos en menos de 20.000», explican en la banca.
El Gobierno espera cerrar junio con reservas superiores a los USD 40.000 millones, gracias al desembolso del FMI y al avance en la negociación de un nuevo repo con bancos internacionales. El objetivo es claro: recuperar acceso pleno al financiamiento externo para refinanciar vencimientos, sin recurrir a nueva deuda.
Milei sabe que la política también juega su parte en el plan económico. Por eso, se involucró directamente en las negociaciones con figuras del PRO para garantizar una lista competitiva en territorio bonaerense. El Presidente necesita enviar una señal clara a los mercados: un triunfo, incluso ajustado, puede ser decisivo para acelerar la baja del riesgo país.
Con superávit primario, inflación en descenso y crecimiento económico en marcha, el mayor activo que busca consolidar Milei es la confianza. Y en ese tablero, el resultado electoral de octubre será tan importante como cualquier dato macroeconómico.
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