Irán eliminará cuatro ceros de su moneda para frenar la crisis económica

La economía iraní atraviesa uno de sus momentos más críticos en décadas. Este martes, el régimen aprobó un plan para eliminar cuatro ceros del rial, su moneda nacional, en un intento de simplificar las transacciones y aliviar la presión psicológica que la inflación ejerce sobre la población.
La vocera gubernamental Fatemeh Mohajerani reconoció sin rodeos la magnitud del problema:
“Nuestra moneda es prácticamente inutilizable debido a la inflación que hemos presenciado a lo largo de los años”.
Según el proyecto, 10.000 riales actuales pasarán a ser un nuevo rial, a la espera de aprobación por el Parlamento y el Consejo de Guardianes. En la vida cotidiana, los iraníes usan el tomán, equivalente a 10 riales, pero incluso esta medida práctica ha perdido utilidad ante el derrumbe del valor de la moneda.
Hoy, pedir un café en un local de gama media en Teherán puede costar 1.300.000 riales. Los cajeros permiten retirar un máximo de dos millones, lo que obliga a muchos a usar pagos con tarjeta. Para ponerlo en contexto, en 2018 un dólar equivalía a 42.000 riales; ahora supera los 920.000 riales.
La inflación anual ronda el 40%, impulsada por sanciones económicas de Estados Unidos, mala gestión interna y corrupción. El rial ha perdido la mitad de su valor en apenas un año.
En 2020, se aprobó una ley similar para quitar ceros a la moneda, pero nunca se implementó. Esta vez, el contexto es más urgente: empresas desconectadas del sistema bancario internacional, dificultades para obtener capital y precios que cambian casi a diario en los supermercados.
El gobierno espera que la medida tenga un efecto psicológico positivo y facilite las transacciones, aunque economistas advierten que, sin un plan integral para controlar la inflación, el recorte de ceros podría ser solo un parche temporal.
En un parque de la capital, Mariam, de 37 años, observa a sus hijos jugar mientras conversa con su amiga de la infancia Sarah. Ambas pertenecen a la clase media y han aprendido a vivir con menos: menos ropa nueva, menos juguetes y vacaciones más espaciadas.
“Es difícil, pero hemos encontrado la manera de arreglárnoslas”, dice Mariam. Aunque apoya el sistema, admite que “es imposible resistir las sanciones indefinidamente”.
Sarah, con un toque de ironía, comenta: “Algunos políticos solo se preocupan por llenar sus bolsillos”.
Para ellas, la inflación es parte de la vida diaria, pero advierten que las nuevas generaciones tienen menos tolerancia a la adversidad:
“Les decimos a nuestros hijos que estudien, no que trabajen; son menos resistentes que nosotros”, reflexiona Mariam.
El recorte de ceros llega en paralelo a negociaciones con Estados Unidos sobre el programa nuclear iraní, a cambio de un posible alivio de sanciones. Algunos analistas interpretan este movimiento como una señal de debilidad, otros como un paso pragmático para estabilizar la economía.
Lo cierto es que, más allá de la cifra en los billetes, lo que está en juego es la capacidad del país para recuperar la confianza de su gente y su lugar en la economía global.
La Verdad Yucatán