Reformas estructurales serían el camino para sacar del jaque a la estabilidad fiscal


Riesgos fiscales - Economía.
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El país atraviesa un momento decisivo en materia fiscal, tras la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) por parte del Ministerio de Hacienda, el pasado 13 de junio, que encendió las alarmas entre los analistas económicos por los efectos que tendría sobre la dinámica económica y la confianza inversionista.
Uno de los más contundentes ha sido Henry Amorocho Moreno, profesor titular de Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario, quien sostiene que la situación fiscal de Colombia es insostenible y que la estrategia del Gobierno no enfrenta los problemas estructurales que han llevado al país a este punto crítico.
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En un reciente análisis de la Universidad, el experto señala que el déficit fiscal pasó del 5,1% al 7,1% del PIB, un salto de dos puntos porcentuales que refleja la aplicación de la cláusula de escape, mediante la cual se suspendió la regla fiscal durante tres años y resalta que esta decisión, según Amorocho, lejos de solucionar el problema, lo aplaza peligrosamente, y deja al país con un mayor nivel de vulnerabilidad frente a los mercados internacionales.
A esto se suma la posibilidad de que el Gobierno solicite al Congreso un nuevo cupo de endeudamiento por $38 billones en el proyecto de presupuesto para 2026, en una decisión que ha generado inquietud entre las agencias calificadoras, especialmente Fitch Ratings, que ya advirtió sobre el deterioro fiscal del país y el aumento de los riesgos soberanos.
“El país va hacia un precipicio si no se adoptan medidas estructurales profundas. Más gasto, más deuda y estancamiento en los ingresos no son una fórmula sostenible”, asegura Amorocho.

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Uno de los puntos más críticos del análisis es la debilidad del sistema tributario, ya que el MFMP revela que el crecimiento del recaudo durante los próximos cinco años será mínimo de apenas entre 0,4% y 0,9% del PIB, una cifra que evidencia, según Amorocho, una baja efectividad en la gestión fiscal.
“Más preocupante aún es el desfase de $40 billones entre las proyecciones de ingresos del Presupuesto 2026 y el MFMP. Mientras el primero estimaba un recaudo de $321,6 billones, el marco fiscal lo ajustó a la baja a $281,4 billones. Esto no es un error técnico ni una variación coyuntural. Es una señal de que la planeación fiscal está fallando gravemente”, advierte el profesor.
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Del lado del gasto, las cifras también son inquietantes y proyectan que el gasto público será del 24,4% del PIB en 2026, sin que exista una propuesta clara de reforma estructural. Aunque se estima una reducción del gasto de apenas 2,5% del PIB en cinco años, no hay señales de recortes en rubros ineficientes ni de reorganización del aparato estatal. Además, la deuda pública apenas descendería del 61% al 60% del PIB en el mismo periodo, una mejora que Amorocho califica como marginal y cosmética.
“No se trata de reducir por reducir. Lo que el país necesita es una reforma funcional del Estado, que elimine duplicidades, mejore la eficiencia del gasto y garantice que cada peso invertido tenga impacto real en la calidad de vida y en el crecimiento económico”, explica.

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Otro punto clave del análisis es el bajo dinamismo proyectado para la economía. El MFMP estima un crecimiento promedio de 2,8% anual en el mediano plazo, apenas 0,1 puntos por encima del crecimiento esperado para 2025. Para Amorocho, este dato evidencia la incapacidad de la política fiscal actual para impulsar el crecimiento económico.
“La sostenibilidad fiscal no es solo un problema contable, es un tema de confianza, de expectativas y de visión de largo plazo. Con una economía estancada, ningún sistema fiscal puede sostenerse”, advierte.
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Ante este panorama, Amorocho insiste en que la única salida responsable es emprender reformas estructurales tanto al ingreso como al gasto. En materia tributaria, propone una revisión integral del sistema: ampliación de la base gravable, revisión de tarifas, eliminación de exenciones ineficientes y fortalecimiento de la administración tributaria.En cuanto al gasto, propone auditorías funcionales al Estado, recorte de duplicidades institucionales, racionalización de subsidios y modernización de la gestión presupuestal.
“Lo que está en juego es la estabilidad fiscal del país, pero también su capacidad de crecer, atraer inversión y proteger a los más vulnerables. Sin reformas de fondo, solo estamos aplazando una crisis mayor”, concluyó.
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