Aguantar hasta agosto

El Congreso vive hoy una jornada decisiva para el futuro de la legislatura. Una más. Ya se ha perdido la cuenta de los momentos en los que el Gobierno de Pedro Sánchez parecía estar contra las cuerdas y ha logrado sobrevivir, aunque esta vez es diferente. Los casos de corrupción atenazan al PSOE y las confusas medidas aplicadas en el comité federal han dado muestras de que el partido está en shock ante la incertidumbre de que puedan aparecer nuevos informes que acaben salpicando a otros socialistas.
El presidente del Gobierno Pedro Sanchez
Dani Duch / PropiasLa incógnita sobre la supervivencia del Ejecutivo de coalición sigue sin despejarse ante un PP que arrecia en una oposición inmisericorde que no deja respirar al Gobierno. Los populares, eufóricos tras un congreso que les ha salido redondo, tienen previsto lanzar hoy una batería de 50 preguntas incriminatorias con las que mantener el asedio a Sánchez. El presidente se juega su crédito y debe presentar medidas con las que apaciguar los ánimos de sus inquietos socios y aliados para que sigan viendo ventajas en apoyar a un Gobierno, cercado por las corruptelas de sus dos ex secretarios de organización. De momento, ninguno de ellos ha hecho amago de dejarlo caer, pero esperan una respuesta contundente.
Tras comparecer en el Congreso, el presidente volverá a poner tierra de por medioSánchez ha descartado la dimisión, las elecciones anticipadas, la cuestión de confianza o una crisis de gobierno. Así que a falta de la aparición de nuevos informes de la UCO que extiendan la mancha o la sospecha a otros miembros del PSOE, la consigna que ha dado Sánchez es la de aguantar hasta agosto y en septiembre, ya se verá. Unas semanas de asueto para calmar los ánimos y si los jueces lo permiten regresar con más fuerza, coincidiendo con el inicio del curso político.
Tras comparecer hoy en el Congreso para dar cuenta de las medidas contra la corrupción y de los recursos en materia de Defensa pactados con la OTAN, Sánchez volverá a poner tierra de por medio. La agenda internacional es la que le da oxígeno y tras participar a finales de semana en la conferencia sobre la reconstrucción de Ucrania , el 21 de julio volará a Santiago de Chile para participar en la cumbre internacional por la defensa de la democracia que presidirá Gabriel Boric. Para entonces ya quedará poco para que se acabe un mes de julio para olvidar. Aunque siempre le quedan los “regalos” que le pone en bandeja Vox con el discurso de deportar a millones de inmigrantes para volver a recuperar el espantajo de la ultraderecha. Aquí el presidente se siente más cómodo que en la bronca sesión de hoy.
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