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Contador a cero

Contador a cero

Alberto Núñez Feijóo sugiere a Carles Puigdemont poner el “contador a cero” para que España vaya a elecciones. Y José María Aznar advierte que Pedro Sánchez puede acabar en la cárcel por haber pactado la amnistía con “delincuentes”. Quizás sean fijaciones mías, pero diría que entre esos dos mensajes hay algo más que un matiz. Las diferencias de óptica existen en el Partido Popular, no vamos a descubrir ahora el Mediterráneo, ni el océano Atlántico frente a las costas gallegas, pero Núñez Feijóo fue arropado ayer por los ex presidentes Aznar y Mariano Rajoy en el acto inaugural del congreso del principal partido de la oposición. El primer congreso ordinario que el PP celebra en ocho años para renovar su ideario.

Feijóo sueña con un PP de 160 diputados con gran capacidad de movimiento táctico en el futuro Congreso de los Diputados. Un PP fuerte que pueda entenderse en algunos asuntos con el Partido Nacionalista Vasco y Junts per Catalunya, sobre todo en materia económica; que pueda pactar ‘asuntos de Estado’ con un Partido Socialista Obrero Español corregido al centro por Felipe González y la corriente emiliana. Y que en última instancia también pueda llegar a acuerdos con Vox, para acabar de disciplinar al PSOE emiliano y a los nacionalistas vascos y catalanes atraídos por el pacto, pero a la vez fieles al reclamo soberanista. Utilizando la expresión 'contador a cero', Feijóo replantea la hipótesis de una derecha española pragmática y parlante del catalán en la intimidad, como la que encabezó Aznar entre los años 1996 y 2000.

El problema es que el PP está hoy lejos de los 160 diputados. Con un 33% de los votos, proyección que le asigna el último sondeo publicado, quedaría lejos de ese umbral y dependería sustantivamente del apoyo de Vox, a menos que el PSOE se ofreciese generosamente a llevar a cabo una política de ‘concertación nacional’, sin llegarse a la formación de un gobierno de coalición entre los dos grandes partidos, al estilo alemán. Esa hipótesis es hoy prácticamente imposible en España, pero una política de ‘concertación nacional’, una política de entendimientos básicos entre ambos partidos, es hoy deseada por diversos sectores de la vida pública española. El escritor Javier Cercás defendía esa opción el pasado jueves en un artículo publicado en el diario El País, en el que también exigía la dimisión de Pedro Sánchez por el escándalo Cerdán-Ábalos-Koldo. El PSOE emiliano intenta ensanchar su área de influencia en la hora grave y ahora dispone de mejores medios para intentarlo.

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Diversas hipótesis sobrevuelan el espacio aéreo español y encuentran acomodo en los hangares del congreso del Partido Popular. Feijóo puede encabezar manifestaciones en Madrid en las que la gente grita ”¡Puigdemont a prisión!” como si no hubiera un mañana, y al día siguiente puede sugerir la concesión de un indulto al ex presidente de la Generalitat. Febrero del 2024. Campaña de las elecciones gallegas. Feijóo sorprendió a todo el mundo señalando en una comida con periodistas que podría estar dispuesto a conceder un indulto a Puigdemont si este acataba la Constitución. Algunos periódicos de Madrid infartaron. El mensaje ya estaba lanzado. “En según que circunstancias, lo podríamos arreglar”.

Hace unos días, el actual jefe de la oposición emplazaba al líder de Junts per Catalunya a poner el “contador a cero” para que los españoles puedan pronunciarse cuanto antes en las urnas. Le decía al hombre de Waterloo que a Junts le convenía más ir a las elecciones, voltear el cuadro político y debilitar a los socialistas, que fortalcer a Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Mensaje cifrado: ayúdanos a poner el contador a cero y ya arreglaremos lo que haya que arreglar. Puesto que la ley de Amnistía ya ha sido validada por el Tribunal Constitucional, lo único que falta para poner el contador a cero en el campo del independentismo catalán es la aplicación de la citada ley a Puigdemont, Oriol Junqueras y a otros dirigentes en su momento condenados por el delito de malversación. Contador a cero. Todos dentro, como venimos diciendo en La Vanguardia desde hace meses. Todos dentro del marco político realmente existente, pactando en función de las afinidades políticas e ideológicas.

Núñez Feijóo fue arropado ayer por los ex presidentes Aznar y Mariano Rajoy

Contador a cero. El Tribunal Supremo se niega a aplicar la amnistía a los condenados por el delito de malversación, a la espera de que se pronuncie el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. ¿Está sugiriendo Feijóo que el PP podría facilitar la aplicación definitiva de la ley de Amnistía si Junts abandona al PSOE y fuerza la convocatoria de elecciones anticipadas? Todo indica que están funcionando los canales de comunicación abiertos con el Partido Nacionalista Vasco y con Junts, canales que han sido equipados con aire acondicionado en los últimos meses en previsión de un verano muy caluroso. Fíjense en el siguiente detalle: la dirección del Partido Popular ha conseguido desarmar una enmienda congresual del PP catalán que proponía vetar cualquier pacto con Junts. El principal dirigente del PP catalán es Alejandro Fernández, políticamente muy próximo a Cayetana Álvarez de Toledo, manifiestamente enfrentado a la actual direccón del partido.

Núñez Feijóo sueña con tres movimientos tácticos superpuestos, una geometría muy variable con PNV y Junts, con el PSOE emiliano y con Vox, que requeriría un resultado electoral mucho más contundente que el que hoy le ofrecen las encuestas. Debería poder superar holgadamente el 35% de los votos. No es esta la perspectiva en los actuales momentos. Los sondeos conocidos en las últimas semanas coinciden en señalar que el gran beneficiario del escándalo en casa de los socialistas es Vox. Con una tasa de fidelidad de voto que supera el 85%, el partido de la extrema derecha podría sumar hoy un millón de votos más que en las elecciones de julio del 2023, superando el 15%. Si mantiene esa tendencia al alza podría llegar a capturar estratégicamente al Partido Popular.

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Feijóo pretende conjurar ese peligro colocando a dos ‘diputados jabalíes’ en la primera línea de combate: Miguel Tellado, nuevo secretario general del partido, con amplios poderes, y Esther Muñoz, nueva portavoz parlamentaria. Fidelidad y dureza. Dos ‘duros’ para intentar atraer al votante de Vox oscilante, mientras discretamente se activan las vías de comunicación con PNV y Junts y se envían mensajes de persuasión a su electorado. Los de Santiago Abascal han acuñado una replica implacable: “Si no fuese por Vox, Feijóo ya estaría en Waterloo”.

El PSOE también intenta poner a cero el contador de sus desgracias. Sánchez reúne hoy al Comité Federal del partido (nombre de fantasía en un país que no es federal), y el próximo miércoles comparecerá en el Congreso. Ayer por la tarde se reunió con las secretarias de Igualdad de las organizaciones provinciales del partido en señal de desagravio por los audios de Koldo García que presentan al ex ministro de Transportes y ex secretario de organización del partido, José Luis Ábalos, como un putero redomado. ¿No lo sabían?

El PSC es ahora el principal punto de apoyo de Pedro Sánchez

Las mujeres pueden alejarse del PSOE, partido con una base electoral preponderantemente femenina desde hace años. Ese es el principal daño que ha sufrido el reactor nuclear del Partido Socialista y se trata de una avería no puede medirse sólo por las oscilaciones en la intención de voto. Es un daño cualitativo, profundo, difícil de reparar, porque tiene que ver con la ruptura de la confianza. ¿Cómo es posible que un partido que aboga por la ilegalización de la prostitución haya estado en manos de un secretario de organización que escogía mujeres a la carta, con el catálogo que le presentaba su edecán? El PSOE filtró ayer que uno de los cambios que propone Sánchez es una modificación de los estatutos que expulsaría del partido a los militantes que recurran a la prostitución y ello pueda probarse documentalmente.

Una mujer se hará cargo de la secretaria de Organización en sustitución de Santos Cardán, apoyada por un equipo de asesores veteranos. Estamos hablando de Rebeca Torró, militante valenciana, antigua colaboradora de Ximo Puig en la Generalitat Valenciana y actual secretaria de Estado de Industria. Otra mujer, Montse Minguez, militante del PSC, será la nueva portavoz del PSOE. Frente al PSOE emiliano, el PSOE mediterráneo se convierte en la ultima línea defensiva de Sánchez.

Una militante del PSC, portavoz del PSOE. Eso es una novedad. Recordemos que PSC y PSOE son dos partidos jurídicamente distintos, en virtud de los acuerdos para la unificación del espacio político socialista en Catalunya en los años ochenta. En el sistema político español, la independencia orgánica del PSC es un rasgo anatómico destacado y no siempre bien aceptado. El PSOE emiliano borraría esa autonomía orgánica y Salvador Illa lo sabe. El PSC es ahora el principal punto de apoyo de Pedro Sánchez.

Quizás en un futuro no muy lejano veamos a una mujer encabezando las listas del PSOE en las elecciones generales. Los socialistas necesitan urgentemente poner el contador a cero con el electorado femenino.

lavanguardia

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