El Doble Juego de Lemus: Poder Nacional y Apoyo en las Calles

En los albores de su mandato, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, está demostrando una notable habilidad para jugar en dos tableros políticos simultáneamente. Su reciente participación en la 3ª Reunión de Autoridades de los Tres Órdenes de Gobierno en materia de seguridad, celebrada en Colima, lo proyecta como un líder regional comprometido con los grandes temas nacionales. Al mismo tiempo, en las calles de Guadalajara, su administración, a través de figuras clave como la presidenta municipal Verónica Delgadillo, ha iniciado la entrega de 181,000 paquetes de uniformes y útiles escolares, un programa de alto impacto social y gran calado popular.

Esta estrategia dual, que combina la alta política con la acción social de base, no es una coincidencia. Es un movimiento deliberado para construir una marca de gobierno que sea vista como fuerte y competente tanto hacia afuera como hacia adentro, una táctica crucial en un estado con una relación históricamente compleja con el poder federal.

La asistencia del gobernador Lemus a la cumbre de seguridad regional, junto a otros mandatarios del occidente del país, envía un mensaje claro al gobierno federal y al resto de los estados: Jalisco es un socio serio y dispuesto a colaborar en la lucha contra el crimen organizado, uno de los desafíos más apremiantes de México.

En un panorama político nacional a menudo marcado por la confrontación entre el centro y la periferia, este tipo de gestos de cooperación son fundamentales. Lemus busca posicionarse no como un gobernador de oposición contestataria, sino como un líder regional pragmático que entiende la necesidad de la coordinación para obtener resultados en materia de seguridad. Esta postura le permite negociar recursos y apoyo federal desde una posición de fortaleza y responsabilidad compartida.

Mientras la imagen de estadista se construye en foros y reuniones de alto nivel, la lealtad y el apoyo de la ciudadanía se ganan en el terreno. El arranque de la entrega masiva de paquetes escolares en Guadalajara es un ejemplo perfecto de esta estrategia. Este tipo de programas sociales tiene un beneficio tangible e inmediato para miles de familias, generando un sentimiento de gratitud y cercanía con el gobierno.

La ejecución de estos programas a través de figuras políticas locales importantes, como Verónica Delgadillo, también sirve para fortalecer las estructuras del partido en el poder a nivel municipal, creando una red de apoyo sólida que va más allá de la figura del gobernador.

«Un gobierno eficaz es aquel que puede sentarse a la mesa con el Presidente para definir la estrategia de seguridad del país, y al día siguiente estar en una colonia entregando un uniforme que le quitará un peso de encima a una madre de familia», comentó un analista político local.

Este enfoque de «poder duro» en la política de seguridad y «poder blando» en la política social se desarrolla en un contexto nacional complejo, marcado por la polémica elección de nuevos jueces y ministros a nivel federal, un proceso que figuras políticas de Jalisco, como el senador Clemente Castañeda, han calificado abiertamente como una «farsa».

La habilidad de Pablo Lemus para navegar estas aguas turbulentas, manteniendo un pie en la cooperación nacional y otro firmemente plantado en las necesidades locales de Jalisco, será clave para el éxito de su administración. Su estrategia dual es una apuesta por demostrar que se puede ser un actor relevante en el escenario nacional sin descuidar la base que lo llevó al poder.