Por primera vez, Argentina votó a favor del embargo de EEUU a Cuba en la ONU


Argentina votó este miércoles a favor del embargo de EEUU contra Cuba en la ONU, algo que ningún gobierno nacional había hecho en más de treinta años. La decisión generó sorpresa internacional y refuerza el alineamiento de la administración de Javier Milei con Washington y Tel Aviv.
Hasta ahora, todos los gobiernos argentinos, sin importar el signo político, habían votado en contra del embargo de Estados Unidos sobre Cuba desde 1960. Este miércoles, la postura cambió: la Argentina se alineó con Washington y Tel Aviv, rompiendo décadas de tradición diplomática.
Se trata de la trigésima tercera votación de la Asamblea General de la ONU que pide levantar el embargo. En esta ocasión, 165 países aprobaron la resolución mientras solo siete la rechazaron: Estados Unidos, Israel, Hungría, Ucrania, Paraguay, Macedonia del Norte y Argentina. Además, doce países se abstuvieron.
El cambio de postura no sorprende a observadores internacionales. Según analistas, refleja la política exterior de la administración de Javier Milei, caracterizada por un alineamiento estrecho con Washington y Tel Aviv.
El antecedente más reciente de esta consonancia se dio con el desplazamiento de la excanciller Diana Mondino, quien el año pasado defendió la postura tradicional argentina de votar en contra del embargo. Su remoción marcó un cambio de rumbo en la política exterior.
El nuevo posicionamiento coloca a la Argentina en un reducido grupo de países que apoyan el embargo. La medida es rechazada por la gran mayoría de la comunidad internacional, lo que subraya la singularidad del voto argentino.
Especialistas señalan que esta votación sobre el embargo de EEUU a Cuba podría tener repercusiones diplomáticas y comerciales, tanto con socios tradicionales como con bloques regionales. También reafirma la intención del gobierno de Javier Milei de consolidar relaciones estrechas con Estados Unidos e Israel, incluso si eso implica apartarse de la postura histórica del país.
El voto marca un precedente en la política exterior argentina y podría influir en futuras decisiones en foros multilaterales, donde históricamente el país había mantenido una posición más autónoma y crítica frente a embargos y sanciones internacionales.
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