Sheinbaum bajo presión: Guerra, desabasto y narco la acorralan

La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta su primera gran prueba de liderazgo en tres frentes simultáneos: una crisis global, una promesa de salud que se agota y la incesante violencia del narco. Descubre por qué te importa.
La presidencia de Claudia Sheinbaum enfrenta una tormenta perfecta. Mientras navega una peligrosa crisis internacional por el conflicto EE.UU.-Irán, en casa la presión aumenta por su promesa de acabar con el desabasto de medicamentos en julio y la cruda realidad de la narcopolítica, evidenciada por el reciente asesinato de una alcaldesa.
El inicio de su mandato se ha convertido en un acto de malabarismo de alto riesgo, donde el éxito o fracaso en un frente tiene repercusiones directas en los otros. La capacidad de su gobierno para gestionar estas tres crisis definirá la percepción pública de su liderazgo en los años venideros.
Frente 1: La Estadista ante la Crisis Global
En el escenario internacional, Sheinbaum ha adoptado una postura de neutralidad y pacifismo. Su gobierno, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ha hecho un «urgente llamado a la paz» y ha pedido a la ONU que medie en el conflicto entre Estados Unidos e Irán. Esta posición busca consolidar a México como un actor diplomático responsable.
Simultáneamente, la administración ha demostrado capacidad operativa al evacuar exitosamente a 175 mexicanos de la zona de guerra, una acción que refuerza su mensaje de priorizar la vida y la seguridad por encima de la confrontación.
Frente 2: La Promesa de Salud con Fecha de Caducidad
En el ámbito doméstico, el problema más apremiante para la ciudadanía es el crónico desabasto de medicamentos. La presidenta ha puesto su credibilidad en juego al hacer una promesa específica y con fecha límite: el problema estará resuelto para julio de 2025.
Esta declaración ha puesto un reloj en marcha. Organizaciones de la sociedad civil y la oposición política se mantienen escépticas, señalando que las causas del desabasto son estructurales y complejas. Si el gobierno no cumple, el costo político será significativo, minando la confianza pública en su capacidad de gestión.
«La elección política (de la reforma judicial) se admite», reconoció Sheinbaum en otro tema polémico, mostrando una faceta pragmática que ahora se pone a prueba con la crisis de salud, donde los resultados, y no las admisiones, son lo que cuenta para la gente.
Frente 3: La Guerra Interna contra el Narcotráfico
Mientras el gobierno promueve la paz en el exterior, la violencia en México no da tregua. El reciente asesinato de Martha Laura Mendoza, alcaldesa de Tepalcatepec, Michoacán, y cuñada del conocido líder de Cárteles Unidos, «El Abuelo Farías», es un brutal recordatorio del poder que ostentan los cárteles y su profunda infiltración en la política.
Este evento, junto a los constantes operativos y decomisos masivos de droga por parte de las fuerzas federales, evidencia que la principal guerra del Estado mexicano se libra dentro de sus propias fronteras.
Estos tres frentes no son eventos aislados; están intrínsecamente conectados. La gestión de la crisis de salud y la seguridad interna consume un enorme capital político. Un fracaso en resolver el desabasto de medicinas o en contener la violencia del narco debilita la autoridad moral y la credibilidad del gobierno en el escenario internacional. La gran pregunta que enfrenta la administración Sheinbaum es si podrá manejar sus crisis domésticas con la suficiente eficacia para poder permitirse jugar un rol protagónico en el complejo ajedrez mundial.
La Verdad Yucatán