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Una fiesta de cumpleaños

Una fiesta de cumpleaños

Tiene Alberto Núñez Feijóo el congreso soñado. Algo parecido a una fiesta de cumpleaños en la que todos los detalles están pensados para agradar y satisfacer al protagonista. Nada que pueda ensombrecer su alegría y convencimiento de que se trata de una persona verdaderamente especial. Ninguna de las clásicas molestias que pueden aguar una celebración congresual -el enconado debate ideológico y organizativo, los descontentos, los críticos, los dudosos o simplemente los tocapelotas- están o se las espera. Sólo encumbramiento del líder y de las siglas. Y también una convicción colectiva que se respira en el ambiente: en a Pedro Sánchez le quedan dos telediarios, quizás tres.

A Feijóo le ha tocado la lotería. No el premio gordo, pues ese exige ganar unas elecciones, una investidura y acabar sentado en la Moncloa. Pero sí ha cazado una pedrea generosa. Que tu congreso coincida con el peor momento político de tu adversario es más de lo que puedes pedir. Y es lo que explica que en la jornada inaugural de ayer se hablara más del PSOE y de Pedro Sánchez que del PP.

Todos los detalles de este congreso están pensados para agradar a su protagonista

Ayer era el día de los teloneros de Alberto Núñez Feijóo. Y hubo coincidencia en todos ellos alrededor de una idea: el PP no pretende la revancha ni ejercer un sectarismo de distinto signo al que practica el PSOE. El presidente del congreso, Xavier García Albiol, la secretaria general cesante, Cuca Gamarra, y los expresidentes del gobierno José Maria Aznar y Mariano Rajoy, todos ellos sin excepción, insistieron en la necesidad de derribar el muro que ha levantado Pedro Sánchez entre los españoles, tender puentes y gobernar desde la centralidad.

Tellado, Ayuso, Feijóo y Gamarra ayer en el congreso del PP

Dani Duch

A decir verdad, tanta referencia a los puentes, a la convivencia y al derribamiento de muros casa mal con la agresividad de algunos discursos, especialmente el de Aznar, que no utilizó ni una sola frase que no fuera una cuchillada al sanchismo o al soberanismo. Convirtió su discurso en una picadora de carne socialista y nacionalista. Pero fue quien más aplausos cosechó y no se cortó ni un pelo. Con todas las letras: no a la España plurinacional, no al federalismo y no a España como nación de naciones. Si Aznar hizo de Aznar, Rajoy hizo de Rajoy. Más sereno, menos agresivo, pero igualmente duro en el fondo.

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La tesis central que el PP pretende impulsar en este congreso es esta: España está naufragando y sólo el PP y Alberto Núñez Feijóo están en condiciones de salvarla. Se trata de una emergencia nacional, nosotros o el fin del mundo. Una llamada, como si ya estuviéramos en campaña, a todo el voto útil que quiera derribar al sanchismo. De la derecha a la izquierda, pasando por el centro. Así que a VOX ni mentarlo. Pues de lo que se trata es de construir un imaginario en el que Feijóo puede gobernar sólo, o con mínimos apoyos. Porque entre él y el acabose, los españoles le eligen en masa, obteniendo una abrumadora mayoría. Un buen plan. Sólo que VOX existe.

lavanguardia

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