Unanimidad en la ejecutiva del PSOE en el rechazo a un adelanto electoral

Caras de circunstancias y los ánimos por los suelos. Esta vez no hubo besos, abrazos, risas ni aplausos, como es costumbre, cuando Pedro Sánchez llegó ayer a la sala Ramón Rubial, en la planta baja de la sede de Ferraz, para reunirse con la ejecutiva del PSOE por vez primera desde la abrupta salida de su último secretario de organización, Santos Cerdán. Las mismas caras largas se percibieron entre los miembros de la ejecutiva al término de la cita, que se demoró durante casi cinco horas. Un fiel reflejo de la gravedad del momento.

Sánchez tomó la palabra antes y después de que los miembros de la ejecutiva –cinco ministros entre ellos– pusieran encima de la mesa sus consideraciones ante la crisis que mantiene en vilo al PSOE por el escándalo de supuesta corrupción atribuido a José Luis Ábalos y Santos Cerdán.

Dirigentes de la ejecutiva confirman a La Vanguardia que hubo “unanimidad” en el rechazo a un adelanto electoral, como piden algunos sectores socialistas. Sánchez también descartó la idea de un “superdomingo electoral” para hacer coincidir las municipales, autonómicas y generales en mayo del 2027. Cada cita con las urnas, aseguró, será cuando toca.

El presidente se mostró airado contra Ábalos, ya que el exministro no solo deja hecha jirones la bandera de la lucha contra la corrupción con la que llegó a la Moncloa en el 2018, sino también la adscripción feminista del PSOE, con la “zafiedad” de algunos de sus mensajes con Koldo García ahora desvelados. “¡Me repugnan!”, clamó Sánchez.

El jefe del Ejecutivo acelera la expulsión de Ábalos por sus comentarios machistas: “¡Me repugnan!”

Una circunstancia que la ejecutiva aprovechó para acordar la “expulsión definitiva” de Ábalos del partido, al dar por resuelto de inmediato el expediente que se le abrió hace ya más de un año, cuando se le suspendió de militancia. “Solo sus expresiones sobre mujeres justifican su expulsión”, alegan en el equipo de Sánchez, pese a asumir que esta tajante decisión va mucho más allá de lo que dictan los estatutos del PSOE.

Mientras se desarrollaba la reunión de Ferraz, todos pudieron respirar aliviados, porque al menos Cerdán renunció finalmente a su acta de diputado. Lo estaban esperando, con creciente temor por si buscaba refugio en el aforamiento, desde el viernes. El último secretario de organización también solicitó su baja como militante del partido, como Sánchez le reclamó el jueves, lo que evitó que Ferraz tuviera que abrir un expediente en su contra. Ábalos y Cerdán ya están, así, fuera del partido.

En cuanto a las finanzas de la organización, ahora bajo sospecha, Sánchez se enteró de que Ferraz ya encarga cada año una auditoría externa sobre sus cuentas, además de la del Tribunal de Cuentas. Pero, esta vez, sumará una segunda auditoría externa. Serán así tres en total, para zanjar cualquier sombra de duda.

Sánchez optó en cambio por no designar aún a quien relevará a Cerdán como secretario de organización y número tres del partido. En su lugar, nombró de forma interina a tres integrantes de la ejecutiva –Cristina Narbona, Borja Cabezón y Montse Mínguez–, con la asistencia técnica de la gerente de Ferraz –Ana María Fuentes–, para cubrir el hueco. El sustituto de Cerdán será designado en el comité federal que el PSOE celebrará el 5 de julio en Madrid, no en Sevilla como estaba previsto para impulsar la candidatura de María Jesús Montero en Andalucía.

Sánchez descarta un “superdomingo” con elecciones generales autonómicas y locales en mayo del 2027

Sánchez anunció además que comparecerá en el Congreso para dar explicaciones sobre este escándalo, “en la primera fecha disponible”, y que también impulsará una nueva comisión de investigación parlamentaria al respecto.

Y, para tomar la temperatura a los socios y aliados de legislatura ante esta crisis, abrirá una ronda de contactos con los grupos de la investidura. En la tarde de ayer ya lo hizo con Yolanda Díaz. Hoy es el turno de Junts y ERC.