Veracruz: Oposición Fragmentada, ¿Regalo para Morena?

Las recientes elecciones municipales del pasado 1 de junio en Veracruz han dejado al descubierto una reconfiguración del panorama político estatal, marcada significativamente por la estrategia de los partidos de oposición. Un análisis difundido este lunes 9 de junio de 2025, y atribuido a La Jornada, señala que la decisión del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) de competir por separado, en lugar de mantener la coalición que habían formado en procesos anteriores, resultó en una notable disminución de su fuerza electoral y competitividad.
Los comicios municipales de este mes representaron la primera contienda de la actual década en la que la mayoría de los partidos políticos en Veracruz contendieron sin formar alianzas amplias, un contraste con la dinámica de los últimos años donde las coaliciones habían sido la norma. Desde 2021, PRI y PAN habían concurrido junto al extinto PRD bajo la alianza «Va por México» en la mayoría de los procesos electorales.
Sin embargo, en esta ocasión, al ir cada uno por su lado, ambos partidos experimentaron un retroceso en el número de votos obtenidos en comparación con las elecciones municipales de 2021. El análisis destaca que el PRI, por ejemplo, obtuvo menos del 3% de la votación en 109 municipios, casi la mitad del estado, una cifra alarmante para la otrora fuerza política dominante. En términos globales, el PRI registró 41,000 votos menos que en 2021, mientras que el PAN vio una disminución de 39,600 sufragios.
El experto en derecho electoral, Jacobo Domínguez Gudini, citado en el análisis, ofrece una perspectiva crítica sobre la estrategia opositora. Según Domínguez Gudini, al no unirse, los partidos de oposición que buscaban arrebatar gobiernos municipales a Morena «perdieron su competitividad». El especialista había advertido previo a los comicios que, al contender por separado, la oposición se mostraría «fragmentada e incompetente».
La fragmentación de la oposición parece haber sido un factor determinante. Mientras que hace tres años la alianza opositora obtuvo conjuntamente 641,194 votos en las elecciones municipales (un promedio de 213,731 por cada uno de los tres partidos que la conformaban), las cifras individuales de 2025 muestran una clara merma. Este resultado sugiere que la suma de sus fuerzas en una coalición era considerablemente mayor que el desempeño individual de cada partido, lo que apunta a un posible error de cálculo estratégico o a divisiones internas insalvables que impidieron la consolidación de un frente unido.
«Fueron por separado y ahí los tiene: chiquitos, sin capacidad de ser contrapeso a esta ola guinda.» – Jacobo Domínguez Gudini, experto en derecho electoral.
El dato de que el PRI no alcanzó el umbral del 3% de la votación en 109 de los 212 municipios veracruzanos es particularmente revelador de la crisis que enfrenta el partido a nivel local. Este porcentaje es a menudo un indicador crítico para mantener el registro como partido político y acceder a financiamiento público en diversas legislaciones. Aunque se trate de elecciones municipales, un desempeño tan bajo en una porción tan significativa del estado evidencia una base electoral severamente disminuida.
Esta situación podría tener consecuencias graves para la viabilidad del PRI como una fuerza política relevante en esas regiones de Veracruz si la tendencia no se revierte, acercándolo a niveles de irrelevancia o incluso a la pérdida de representación en numerosos ayuntamientos.
Por su parte, el partido Morena, aunque también experimentó reacomodos en sus alianzas –formalizando solo una coalición parcial con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y no con el Partido del Trabajo (PT) en la misma medida que en 2021–, logró capitalizar la división opositora. Morena ganó en 60 municipios en alianza con el PVEM y en otros 11 contendiendo en solitario.
Si bien estos números representan una fuerza considerable, el hecho de que sus coaliciones no fueran tan amplias como en el pasado (cuando gobernaba 67 alcaldías en coalición con PT y PVEM, además de otras 20 de forma independiente) indica que el panorama de alianzas es fluido y que incluso el partido en el poder debe navegar complejas negociaciones. No obstante, su marca partidista demostró seguir siendo fuerte en el estado.
Los resultados electorales en Veracruz y el análisis subsecuente ofrecen importantes lecciones políticas. La fragmentación del voto opositor parece haber jugado un papel crucial en el resultado final, lo que seguramente avivará el debate sobre la efectividad y necesidad de las coaliciones en futuras contiendas, tanto a nivel estatal como nacional. Las dirigencias del PRI y PAN en Veracruz enfrentarán el desafío de reconstruir la confianza y evaluar sus estrategias de cara a los próximos ciclos electorales.
La Verdad Yucatán