La regla de los 90 días, las fronteras y los impuestos: qué significa en la práctica el acuerdo de Gibraltar

La UE anunció el miércoles que había llegado a un acuerdo con el Reino Unido, España y Gibraltar, atando el último cabo suelto del proceso del Brexit unos cinco años después de que el Reino Unido abandonara formalmente el bloque y casi una década después de la votación del referéndum.

Esto es el resultado de años de negociaciones para resolver el estatus de Gibraltar tras el Brexit, un pequeño territorio británico de ultramar que tiene una frontera terrestre con España y, por extensión, con la UE.

Las negociaciones se estancaron en varios momentos, especialmente bajo el anterior gobierno conservador en Londres. Sin embargo, se considera que la llegada de un nuevo gobierno laborista el verano pasado impulsó las conversaciones y formó parte de un reajuste más amplio de las relaciones con Europa.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, habló por teléfono con su homólogo británico, Keir Starmer, el miércoles. "El primer ministro Sánchez felicitó al primer ministro por su liderazgo", declaró Downing Street en un comunicado.

Ambos líderes coincidieron también en que este avance abre una enorme oportunidad para impulsar la relación bilateral entre el Reino Unido y España, en beneficio de los pueblos británico y español.

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El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, dijo en un comunicado que estaba "encantado" de finalizar un acuerdo, añadiendo que dará "seguridad jurídica al pueblo de Gibraltar, a sus empresas y a todos aquellos en la región que dependen de la estabilidad en la frontera".

El acuerdo, dijo, “protegerá a las futuras generaciones de gibraltareños británicos y no afecta de ninguna manera nuestra soberanía británica”.

El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, declaró: «Junto con el gobierno de Gibraltar, hemos llegado a un acuerdo que protege la soberanía británica, apoya la economía de Gibraltar y permite a las empresas volver a planificar a largo plazo».

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, afirmó: «Con este acuerdo, la barrera desaparecerá. Es el último muro de la Europa continental, y garantizaremos la libre circulación de personas y mercancías. Gibraltar quedará conectado al espacio Schengen, y España controlará la entrada y la salida».

¿Qué se acordó?

Aún no lo sabemos con exactitud. Hasta que se publiquen y ratifiquen los detalles del texto, es difícil saberlo con certeza.

Sin embargo, aunque el texto del acuerdo aún no se ha publicado, los informes sugieren que el acuerdo garantiza una frontera fluida tanto para personas como para mercancías en La Línea, la frontera terrestre, y permitirá que agentes de policía españoles realicen controles de pasaportes en el aeropuerto de Gibraltar para mantener la integridad del espacio Schengen.

¿Qué pasa ahora?

El acuerdo debe ahora ratificarse mediante los procedimientos internos de cada país, algo que no es nada seguro, especialmente en España. Con gobiernos descritos como de centroizquierda tanto en Londres como en Madrid, el acuerdo también será objeto de un intenso escrutinio por parte de la derecha en Gran Bretaña y España.

Esto será especialmente cierto entre los parlamentarios conservadores y reformistas pro-Brexit, pero también en la derecha española, para quien “The Rock” es una especie de cuestión nacionalista de sangre y tierra.

Según la declaración conjunta: «El camino está ahora despejado para que los equipos negociadores finalicen rápidamente el texto legal completo y procedan con los respectivos procedimientos internos que conduzcan a la firma y ratificación del futuro Acuerdo».

Puntos clave del acuerdo sobre Gibraltar

¿Qué pasa con la frontera?

El acuerdo busca mantener una frontera fluida entre Gibraltar y España. Uno de los puntos principales del acuerdo es la eliminación de la frontera física que separa a España de Gibraltar, con el fin de facilitar la circulación de las 15.000 personas que viajan diariamente entre ambos territorios. Muchos andaluces residentes en la zona viajan a Gibraltar, y los gibraltareños suelen tener vínculos comerciales y familiares con la zona fronteriza, en la provincia de Cádiz.

El acuerdo también crea controles fronterizos duales, al estilo EuroStar, realizados por agentes gibraltareños y españoles en el puerto y el aeropuerto, mientras que la mayoría de los controles en el paso fronterizo entre Gibraltar y La Línea se eliminarán. Cabe destacar que la policía española realizará los controles de pasaportes en el aeropuerto de Gibraltar, en lugar de los agentes de Frontex, la agencia fronteriza de la UE, como se preveía.

El diario español El País informa que el Gobierno británico cree que los controles fronterizos "se implementarán de forma similar a la que ya tiene la policía francesa operando en la estación de tren de St Pancras en Londres".

“España será responsable de 'realizar los controles completos de Schengen'”, añade.

¿Qué pasa con los controles de mercancías?

Asimismo, el acuerdo también busca eliminar los controles de mercancías entre Gibraltar y la UE a través de España. «En materia de mercancías, las partes acordaron los principios que sustentan la futura unión aduanera entre la UE y Gibraltar, estableciendo una sólida cooperación entre las respectivas autoridades aduaneras y eliminando los controles sobre las mercancías», según la declaración conjunta.

Al igual que ocurre con los trabajadores transfronterizos, miles de empresas en Gibraltar y en la zona del Campo de Gibraltar de Cádiz, al otro lado de la frontera, dependen de cruces fluidos con controles mínimos de mercancías.

¿Cómo afecta esto a las bases militares británicas?

La declaración conjunta no se refiere específicamente a la cuestión de las bases militares, pero Londres ha subrayado que el acuerdo garantiza la “plena autonomía operativa” de las instalaciones militares británicas en Gibraltar.

La reciente revisión estratégica de defensa presentada por el gobierno de Starmer enfatizó "la importancia de mantener una presencia militar británica" en el Peñón, particularmente protegiendo "las aguas territoriales británicas alrededor de Gibraltar" y proporcionando una plataforma de lanzamiento para las operaciones militares británicas.

Las concesiones sobre bases militares probablemente habrían sido un paso demasiado lejos para Londres y habrían sido interpretadas como una "traición al Brexit" por la derecha británica.

¿Qué pasa con la regla de los 90/180 días?

Nuevamente, se desconocen los detalles exactos, pero los informes sugieren que, debido a los nuevos controles de pasaporte duales estilo EuroStar, el acuerdo establecerá reglas Schengen para los británicos no residentes que lleguen a Gibraltar.

The Guardian señala que “esto significa que podrían ser rechazados en la frontera si ya han pasado 90 días en la zona Schengen durante un período de 180 días”.

¿Qué pasa con la soberanía?

En teoría, el acuerdo no tiene un impacto directo en la soberanía. Sin embargo, la cuestión de la presencia de la policía española en territorio británico —en este caso, guardias fronterizos en el aeropuerto— fue durante mucho tiempo un punto de fricción durante las negociaciones y durante décadas ha sido motivo de discordia entre los gibraltareños, que recuerdan los años difíciles en que el dictador Francisco Franco cerró la frontera durante trece años, entre 1969 y 1982.

Fuentes británicas y gibraltareñas se han empeñado en minimizar las pérdidas de soberanía. Sin embargo, es probable que las voces euroescépticas en el Reino Unido interpreten los controles de pasaportes como una concesión a España.

Algunos en Madrid pueden ver esto como una victoria, y los informes sugieren que la frontera terrestre fluida fue condicionada a la presencia de "botas españolas en territorio británico" en el aeropuerto.

¿Y qué pasa con los impuestos?

El Times informa que, como parte del acuerdo, Gibraltar pondrá fin a su régimen de exención del IVA, por lo que se introducirá un nuevo arancel de importación o «impuesto a las transacciones». Las autoridades españolas llevan tiempo pidiendo una reforma fiscal en el Peñón, argumentando que la ausencia de un impuesto sobre las ventas fomenta el contrabando de mercancías a España.

Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la venta de tabaco y alcohol. Albares anunció que el acuerdo incluirá un proceso de convergencia fiscal, ya que el Peñón se incorpora a la unión aduanera. El objetivo es evitar que los impuestos indirectos aplicados en Gibraltar, como el del tabaco, distorsionen la competencia en la zona del Campo de Gibraltar.

El acuerdo también se compromete a luchar contra el blanqueo de capitales, otra denuncia histórica de Madrid.