La economía holandesa crecerá un 1,1% este año, pero las tensiones comerciales son un riesgo

Se espera que la economía holandesa crezca un 1,1% en 2025, y se espera que la incertidumbre y las tensiones comerciales mantengan el crecimiento bajo en alrededor del 1% anual en los dos años siguientes, dijo el viernes el banco central holandés .

El modesto crecimiento se sustentará principalmente en el consumo privado y el gasto público, según indicó el banco en su última previsión de primavera. Se espera que la inflación disminuya gradualmente, pero se mantendrá más alta que en el resto de la eurozona.

El banco también ha preparado dos escenarios alternativos para reflejar la incertidumbre económica. Si las tensiones comerciales disminuyen, el crecimiento sería ligeramente mayor, pero una escalada podría provocar una desaceleración drástica de la economía y su paralización el próximo año, según el banco.

Estos escenarios subrayan la “sensibilidad de la economía holandesa abierta a las tensiones comerciales internacionales y la incertidumbre asociada”, dijo el banco.

Se prevé que la inflación en los Países Bajos caiga por debajo del 3 % en 2025, debido a la desaceleración económica mundial, la bajada de los precios de la energía y la fortaleza del euro, que abarata las importaciones. Factores internos como la desaceleración económica y el crecimiento salarial más lento también contribuirán a la reducción de la inflación.

Sin embargo, las proyecciones aún presuponen una congelación de los alquileres en el sector de la vivienda social, que ya no se implementará. Como resultado, la inflación será ligeramente superior este año y en 2026.

Se espera que los precios de las viviendas aumenten más de un 7% en 2025, principalmente debido al aumento de la capacidad de endeudamiento resultante del aumento de los salarios, y la persistente rigidez en el mercado inmobiliario también juega un papel, dijo el banco.

Un menor crecimiento económico provocará una disminución de los ingresos fiscales, mientras que se espera que el gasto en seguridad social y atención sanitaria aumente, lo que provocará un deterioro de las finanzas públicas.

Se prevé que en 2025 el déficit presupuestario se acerque al límite europeo del 3% del PIB y lo supere en 2026.

Esto dejará al próximo gobierno con un espacio fiscal limitado, lo que hará que el presupuesto sea vulnerable a reveses inesperados, dijo el banco.