La base rusa de Königsberg es una fuente de interferencias GPS. Su objetivo es debilitar la inteligencia de la OTAN.

La interferencia del GPS en los países bálticos y el Golfo de Finlandia proviene de un complejo militar secreto ruso en la región de Königsberg, una de cuyas tareas es analizar los satélites y las comunicaciones de los países de la OTAN, informó el sitio web Delfi.
Según documentos clasificados rusos obtenidos por un servicio de noticias estonio, la base ubicada en Pionersk forma parte de la red estratégica Tobol, diseñada para la guerra electrónica. Incluye varios sistemas de vigilancia, defensa y mando, y su objetivo es proteger los sistemas rusos de comunicaciones por satélite y navegación de posibles ataques de la OTAN, a la vez que debilita las actividades de inteligencia de los Estados miembros de la OTAN.
La construcción de uno de los centros en la región de Königsberg, centrado en la vigilancia por satélite, de la que era responsable el Ministerio de Defensa ruso, comenzó oficialmente en 2009. Los complejos restantes que forman parte del sistema, como muestran los documentos, también están ubicados en otros puntos de la Federación Rusa: en Serpukhov, cerca de Moscú; en Penza, Cheboksary; y en Ulan-Ude, en Siberia oriental, más allá del lago Baikal.
Las interferencias generadas pueden dirigirse no sólo a los sistemas de posicionamiento por satélite como GPS, Galileo, Glonass, sino también al sistema de telecomunicaciones por satélite Starlink.
Los países vecinos de Rusia han reportado problemas de aviación y transporte marítimo desde el inicio del ataque militar ruso contra Ucrania. Las interrupciones se han intensificado desde 2023, lo que ha provocado, entre otras cosas, cambios en las rutas de la aviación civil.

También se emitieron alertas para la zona marítima del Golfo de Finlandia después de que las tripulaciones de los barcos comenzaran a reportar interrupciones. Los problemas de navegación suelen manifestarse por dispositivos que proporcionan datos de ubicación incorrectos o que carecen por completo de datos de posicionamiento.
En julio, las autoridades estonias informaron que Rusia había instalado nuevos sistemas de interferencia justo al otro lado de la frontera oriental de Estonia, cerca de Narva y la costa de la bahía de Narva. Según los expertos, Rusia está interfiriendo con las señales de navegación por satélite para proteger sus instalaciones e infraestructuras (incluidas las ubicadas en la zona de San Petersburgo) de los ataques con drones ucranianos.
El diario finlandés Ilta-Sanomat escribe que Rusia lleva desarrollando dispositivos de interferencia de navegación desde la década de 1980, cuando Occidente introdujo sistemas de armas guiados por GPS, y que el uso actual de armas de la OTAN por parte del ejército ucraniano aumenta la capacidad de reacción y generación de interferencias de Rusia. (PAP)
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