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7 respuestas sobre el síndrome del intestino irritable

7 respuestas sobre el síndrome del intestino irritable

Dos gastroenterólogos explican qué es el síndrome del intestino irritable, también conocido como «colitis nerviosa» o «colon irritable», quiénes lo padecen con mayor frecuencia, sus causas, síntomas y cómo tratarlo. Y advierten a los pacientes: «Cuidado con las campañas de desinformación con fines comerciales».

1. ¿Qué es el síndrome del intestino irritable y a qué edad se presenta?

El síndrome del intestino irritable, también conocido como «colitis nerviosa», «colitis espástica», «colon irritable» o «enfermedad funcional del intestino», se produce cuando el tejido muscular del intestino es más sensible y reacciona intensamente a dos estímulos cotidianos: la comida y el estrés. Esta disfunción provoca un retraso (estreñimiento) o una aceleración (diarrea) de las deposiciones, lo que provoca cambios en la forma, la frecuencia y la consistencia de las heces.

Como afirma Paulo Ribeiro, gastroenterólogo del Hospital Lusíadas Lisboa y la Clínica Longeva, se trata de una enfermedad propia de la edad adulta, que aparece después de los 30 años y que suele afectar a más mujeres que hombres en todo el mundo. Se estima que el 10 % de la población portuguesa la padece, llegando al 20 % en algunos países.

Ante esta elevada cifra, el médico lanza una advertencia: “Estos pacientes deben tener cuidado ya que muchas veces son blanco de campañas de desinformación con intenciones comerciales”.

2. ¿Cuáles son las causas?

No existe una causa única y aún se desconoce por qué ocurre. «Es uno de los trastornos más comunes del tracto digestivo», señala Ana Catarina Carvalho, gastroenteróloga del Hospital CUF Viseu, y las causas son multifactoriales. «Involucra factores ambientales, genéticos y psicosociales», añade, y es bastante común en personas con ansiedad y depresión o tras una infección gastrointestinal (gastroenteritis).

Los mecanismos implicados en “su génesis”, continúa el médico, incluyen una mayor sensibilidad intestinal al dolor (hipersensibilidad visceral), una “alteración” del buen funcionamiento del eje cerebro-intestino, cambios en la “motilidad intestinal”, inflamación crónica de la “mucosa intestinal” y cambios en la microbiota.

3. ¿Cuales son los síntomas?

El síntoma más común es el dolor o malestar abdominal, asociado a cambios en el ritmo intestinal, como diarrea o estreñimiento. La distensión abdominal y la flatulencia también son síntomas comunes. Según Paulo Ribeiro, hay pacientes en quienes la enfermedad se asocia a diarrea, en otros a estreñimiento y en otro grupo, se presenta una alternancia de periodos de estreñimiento y diarrea.

4. ¿Cómo se trata?

En sus consultas, el doctor Paulo Ribeiro siempre empieza explicando a sus pacientes cómo funciona el intestino y cómo todo lo que hacemos y comemos puede tener consecuencias. «Es importante desmitificar la enfermedad, que es completamente diferente a minimizarla». No es mortal, pero los médicos saben que causa un gran malestar.

Para los pacientes que sufren de estreñimiento más frecuente, la "receta" es aumentar la ingesta de agua y fibra. En casos de diarrea más frecuente, se deben evitar los alimentos estimulantes, que "el paciente suele saber ya lo que son", añade el médico.

Adoptar un estilo de vida saludable que “favorezca el bienestar físico y psicológico”, añade Ana Catarina Carvalho, es fundamental, ya que el estrés y la alimentación pueden agravar los síntomas.

En los casos en que el cambio de hábitos no funciona, puede ser necesario recurrir a la medicación, como antiespasmódicos, antidiarreicos, laxantes, probióticos o moduladores del dolor.

5. ¿Qué alimentos se deben evitar?

El asesoramiento nutricional para esta enfermedad, según Ana Catarina Carvalho, es un reto, ya que muchos pacientes asocian la aparición de los síntomas con la ingesta de ciertos alimentos. «No existe una lista de alimentos que se deban evitar, y la estrategia nutricional a adoptar es individual». Según la doctora, «aumentar la ingesta de fibra y reducir el consumo de carbohidratos fácilmente fermentables» parece estar asociado con una mejoría de los síntomas. Además, y aunque no está claro si el gluten empeora los síntomas, algunos pacientes, según ella, informan que mejoraron tras «reducir la ingesta de alimentos ricos en gluten».

Paulo Ribeiro aconseja una “buena higiene alimentaria”: comer a intervalos regulares, evitar comidas copiosas, evitar estimulantes (cafeína, alcohol, picantes y grasas), beber 1,5 litros de agua al día, evitar refrescos con edulcorantes y gases y fomentar la práctica de ejercicio físico (tan sencillo como caminar).

6. ¿Cómo se diagnostica el síndrome del intestino irritable?

Existen criterios estandarizados basados ​​en los síntomas para establecer un diagnóstico, denominados Criterios de Roma. La historia clínica es esencial para extraer conclusiones y se relaciona con la presencia de «dolor abdominal recurrente (igual o mayor a una vez por semana)», señala el gastroenterólogo del CUF Viseu, asociado con al menos dos de estas características: dolor al defecar y dolor debido a cambios en la frecuencia de las deposiciones (diarrea, estreñimiento o alternancia entre ambos); o dolor debido a cambios en la consistencia de las heces (sólidas o líquidas).

El médico destaca que, en pacientes mayores de 50 años o con “signos de alarma”, como pérdida de peso importante, diarreas nocturnas o pérdidas de sangre, se deben realizar pruebas para descartar otras enfermedades.

7. ¿Esta enfermedad causa sangrado anorrectal?

No. “De hecho, esto es muy importante, ya que algunos síntomas pueden confundirse con otras enfermedades graves del tracto digestivo”, explica Paulo Ribeiro.

(Artículo publicado originalmente en VISÃO Saúde nº 34)

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