Date un chapuzón en Arroios. Se solucionaron los problemas de seguridad y la piscina reabre tres años después.

Graves problemas estructurales llevaron al cierre de la Piscina de Arroios, tan solo un año después de su inauguración. El Consejo Parroquial, justificando el cierre inmediato tras años de construcción, mencionó un informe elaborado como parte del mantenimiento inicial, que identificó problemas que abarcaban desde fugas de agua en el fondo del vaso de la piscina, burbujas de aire y deformaciones en la rejilla, hasta un mal funcionamiento del sistema de extracción de humedad e intercambio de aire, y zonas de suelo resbaladizo no aptas para el baño.
Ante el temor de que los usuarios de la instalación, inaugurada en 2021 por el anterior ejecutivo, estuvieran en riesgo, el consejo parroquial, ahora presidido por Madalena Natividade, decretó el vaciado inmediato de la piscina y su cierre para completar las renovaciones necesarias. Ahora, tres años después de su cierre, la Piscina de Arroios ha sido devuelta a la comunidad, según declaró el Consejo Parroquial en un comunicado al que tuvo acceso SAPO. Las inscripciones para su uso están abiertas a partir del 15 de agosto. «Estas instalaciones renovadas son el reflejo del trabajo constante, la inversión consciente y una promesa cumplida», enfatiza el actual consejo parroquial de Arroios.
El cierre, inicialmente planificado como temporal, se hizo necesario debido a graves irregularidades en la infraestructura, dificultades legales y requisitos técnicos que exigieron una intervención exhaustiva y rigurosa. Una intervención exigente e indispensable», explica la parroquia, describiendo los esfuerzos realizados para «devolver a la comunidad esta instalación deportiva esencial como un espacio seguro, moderno y funcional».
Según el ejecutivo, las obras realizadas incluyeron procedimientos que abarcaron desde la apertura de un nuevo acceso a la Estación de Transformación, garantizando la circulación técnica segura, hasta la sustitución de puertas y la modernización de los vestuarios, con la revisión de equipos y circuitos hidráulicos; la instalación de calentadores de agua eléctricos para un suministro eficiente de agua caliente; la actualización de las redes eléctricas, con la verificación de circuitos y la instalación de nuevos paneles; la reparación del vaso de la piscina y la rectificación del perímetro, de acuerdo con el diseño técnico aprobado; el refuerzo de las tuberías y el equipo mecánico; y la aplicación de un barniz antideslizante y mejoras generales de seguridad y accesibilidad. Cada uno de estos pasos se ejecutó con el objetivo de garantizar la comodidad, la funcionalidad y la durabilidad de la infraestructura.
La piscina ya forma parte de la red de instalaciones deportivas de la parroquia, “ofreciendo clases regulares y actividades para todas las edades, con mayor accesibilidad”, aseguran sus responsables, asegurando que ahora es “un espacio seguro, digno y funcional para los feligreses, como siempre debió ser”.
«Esta reapertura representa la culminación de un complejo proceso técnico y administrativo, cuya culminación solo ahora ha sido posible», añade el Consejo Parroquial, reafirmando su «compromiso con la promoción del deporte, la salud y el bienestar de la población».
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