El espía ruso tenía nacionalidad portuguesa

Manuel y Adriana Pereira tenían un negocio de antigüedades en Río de Janeiro con sede en un edificio de Barra da Tijuca. Y en el papel, eran solo otra pareja brasileña que se mudó a Portugal en 2018. Pero en realidad, pertenecían a la categoría más compleja de espías rusos, los conocidos como "ilegales": personas que pasan años construyendo una identidad, la llamada "leyenda", que les permite llevar una vida normal sin despertar sospechas y que pueden permanecer inactivos durante décadas hasta que llega el momento de empezar a recopilar información para Moscú. Su verdadera identidad -y la de otros seis ilegales- fue descubierta por una investigación de la Policía Federal brasileña realizada durante los últimos tres años tras la invasión de Ucrania y que fue revelada este miércoles por The New York Times. Sus verdaderos nombres eran Vladimir Danilov y Yekaterina Danilova. No se sabe mucho sobre su vida en Portugal, a donde llegaron en 2018. Pero Nascer do SOL averiguó por varias fuentes de los servicios de inteligencia que ambos lograron obtener la nacionalidad portuguesa ya que en los documentos de identidad brasileños 'Manuel Pereira' figuraba como padre portugués, lo que le permitía solicitar un pasaporte nacional. Gracias a ello su esposa consiguió posteriormente el permiso de residencia. El objetivo sería construir una historia de portada para que puedan actuar como portugueses, en nuestro país o en el extranjero. Los “ilegales” utilizan documentos reales para construir su identidad. A menudo utilizan certificados de nacimiento de niños que mueren poco después o incluso registran bebés que nunca nacieron para utilizar sus identidades en el futuro.
Cuando las autoridades internacionales alertaron sobre la presencia de dos inmigrantes ilegales en Portugal hace unos tres años, el SIS inmediatamente comenzó a intentar reconstruir la ruta de la pareja. Se pudo observar que entraron y salieron del país varias veces hasta abandonar definitivamente Portugal. La mujer fue la primera en regresar a Rusia y él la siguió. “Una vez identificados, el SIS transmitió la información necesaria a las autoridades, en concreto al Instituto de Registros y Notariado, para cancelar la documentación nacional”, explica una fuente de los servicios secretos que sigue el fenómeno de los inmigrantes clandestinos.
nuno.pinto@newsplex.pt
Jornal Sol