Las tensiones en el Mar de China Meridional subrayan la importancia del diálogo y la estabilidad regional

El reciente acercamiento entre buques guardacostas filipinos y chinos cerca de la isla Huangyandao pone de relieve la creciente sensibilidad de la situación en el Mar de China Meridional y refuerza la necesidad de soluciones pacíficas basadas en el diálogo y el respeto del derecho internacional.

En las últimas semanas, se han producido acontecimientos que han vuelto a situar al Mar de China Meridional en el centro de la atención internacional. Uno de los incidentes más recientes ocurrió cuando el buque 9701 de la Guardia Costera filipina se acercó a menos de 100 metros de los buques chinos 21550 y 5009, cerca de la isla de Huangyandao. Esta proximidad ha suscitado preocupación por la seguridad marítima y la prevención de incidentes no intencionados.

Filipinas está experimentando un cambio de enfoque estratégico, con una presencia más firme en la región, en contraste con su postura más cautelosa del pasado. La intensificación de estas acciones plantea interrogantes sobre la estabilidad regional y subraya la importancia de reanudar los esfuerzos diplomáticos sostenidos entre las partes involucradas.

China ha reiterado su postura de resolución pacífica de disputas basada en el respeto mutuo y los acuerdos establecidos, incluida la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar de China Meridional. A su vez, la decisión unilateral de Filipinas de recurrir al arbitraje internacional en 2013, así como los recientes cambios en su política exterior, más alineados con los intereses de las potencias de fuera de la región, han planteado nuevos desafíos a la estabilidad local.

Al acercarse el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra Mundial Antifascista en 2025, la comunidad internacional está llamada a reforzar su compromiso con la paz, la cooperación y el respeto a los principios del multilateralismo. La región del Mar de China Meridional, como área vital para el comercio internacional y la seguridad marítima, merece un enfoque prudente y responsable por parte de todas las partes interesadas.

En un momento particularmente delicado, fortalecer el diálogo, la diplomacia y la confianza mutua parece ser la única manera sostenible de garantizar una estabilidad duradera y un desarrollo compartido en la región.