Los colectores de vidrio en SP sufren de baja adherencia y vandalismo

Grandes contenedores amarillos se han ido extendiendo por la ciudad de São Paulo en los últimos meses para impulsar la recogida selectiva de vidrio para reciclaje .
Llamados Puntos de Entrega Voluntaria (PEV), siguen el modelo europeo y actualmente suman 608 recolectores ubicados en localidades identificadas por el ayuntamiento como grandes productores de este tipo de residuos.

Un sistema de recogida separado y exclusivo para el vidrio se justifica debido a las diferentes especificidades de este material.
El vidrio es 100 % reciclable y 100 % circular , lo que significa que una botella puede transformarse en otra de igual calidad infinitamente. Si se rompe, es peligroso para los recicladores, pero puede desecharse directamente en contenedores sin riesgo. Depositar vidrio en vertederos es un proceso costoso, ya que los municipios pagan por el peso de los residuos.
Sin embargo, para que funcione, el modelo PEV requiere la participación de la población, que debe llevar los envases de vidrio a uno de estos contenedores . Implementados con éxito en ciudades como Florianópolis (SC), los envases de vidrio han enfrentado algunos desafíos en São Paulo.
Colocadas en aceras y plazas, algunas son derribadas o incendiadas a los pocos días de su instalación. En algunos casos, incluso se enfrentan a la negativa de los vecinos, que solicitan su retirada.
"Nuestro mayor problema hoy en día es el vandalismo", explica Mauro Haddad, director de SP Regula, la agencia reguladora de los servicios públicos del Ayuntamiento de São Paulo. "Reemplazamos el contenedor frente al edificio de SP Regula y, en dos días, ya había sido vandalizado", dice. "En la región de Sé, tuvimos que retirar unos 30 contenedores debido al vandalismo. A veces los volteaban para ver si había otros materiales dentro, otras veces les prendían fuego. No es un accidente".
En Europa, el uso de vehículos eléctricos de vidrio (PEV) ha llevado a varios países a alcanzar casi el 90% de reciclaje de vidrio. En Brasil, el reciclaje del material ha alcanzado el 25%, lo que significa que el 75% del vidrio desechado en el país se desecha en vertederos o tiene destinos aún más inapropiados, como vertederos, ríos, vertederos y zanjas.
El vidrio es el único material reciclable sujeto a un decreto federal que establece responsabilidades y objetivos, organizando a los actores del sector. El plástico, el aluminio y el papel llevan años esperando la misma regulación.
"Nuestra cultura sigue siendo la de esconder los problemas bajo la alfombra y no todos hacen su parte y se involucran", afirma Lucien Belmont, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria del Vidrio (Abividro).
Cree que el modelo PEV se basa en la educación ambiental y la participación ciudadana. Y, en Europa, se financia mediante una pequeña tarifa incluida en el precio de todos los productos de vidrio, que se transfiere a una entidad gestora que gestiona la recogida municipal.
"La lógica es incorporar el costo de las externalidades al valor del material y obligar a todos a trabajar en la misma dirección. En Brasil, solo se paga por el valor comercial de los residuos", explica.
El valor comercial del vidrio para reciclaje en Brasil es bajo debido a que se elabora con materias primas baratas y abundantes en el país. En promedio, un kilo de vidrio cuesta R$ 0,20, según el Anuario de Reciclaje de 2024.
"En Brasil todavía tratamos los residuos de forma poco profesional y éste es uno de los mayores gastos para los presupuestos municipales", añade Belmont.
El año pasado, la administración del alcalde Ricardo Nunes (MDB) renovó por los próximos 20 años y sin licitación los contratos de dos mil millones de dólares para el servicio de recolección de basura de la ciudad, con empresas que comparten la concesión desde 2004.
Para continuar operando el sistema hasta octubre de 2044, Ecourbis recibirá R$ 40 mil millones para atender las zonas este y sur, y Loga, por R$ 38 mil millones, seguirá siendo responsable por el sector noroeste – regiones oeste, norte y centro de la capital.
Según Haddad, de SP Regula, la renovación de los contratos tuvo como primeros hitos la universalización de la recogida selectiva de residuos y la institución de la operación de recogida segregada de vidrio.
Los datos de SP Regula apuntan a un aumento en la recolección de un promedio de 15 toneladas por mes en 2024 a 95 toneladas por mes en 2025. Aun así, el número se considera bajo.
Abividro estima que cada recolector debería recolectar un promedio de 800 kilos de vidrio al mes para justificar la operación. El promedio actual es de 155 kilos al mes.
La recolección se realiza en un camión específico que retira el recolector cargado y coloca uno vacío en su lugar. Posteriormente, se lleva a uno de los dos centros de clasificación mecanizados de la ciudad, donde se descarga directamente en un contenedor, desde donde se envía al comprador.
Las ganancias obtenidas de la operación se devuelven a los recolectores de material reciclable a través de un fondo que beneficia a las 29 cooperativas que tienen convenios con el gobierno municipal.
Según Telines Basílio do Nascimento Junior, carioca, presidente de Cooperacaps , que trabaja en los centros mecanizados de la ciudad, el volumen de vidrio recogido aumentó más del doble en los últimos seis meses.
En Florianópolis, donde el sistema existe desde 2014, el alcalde Topázio Neto (PSD) anunció que, con los envases de vidrio, la ciudad ahorra más de R$ 1 millón por año en vertederos y que el vidrio enviado para reciclaje genera ingresos anuales de R$ 1,2 millón.
El programa en la capital catarinense se amplió con alianzas como la realizada con la empresa Verallia, una de las mayores productoras mundiales de envases de vidrio que mantiene operaciones de recogida segregada en 46 ciudades de siete estados de Brasil.
El programa, denominado Vidro Vira Vidro y llevado a cabo en colaboración con la recicladora de vidrio Massfix, registró un aumento del 40% en la recolección de vidrio en un año, alcanzando la marca de 5.000 toneladas en 2024, o 416 toneladas por mes.
Según Quintim Testa, CEO de Verallia para América Latina, el vidrio recogido en Brasil en sus contenedores verde oscuro está compuesto por un 50% de botellas de cerveza, un 30% de botellas de vino y otras bebidas y un 20% de otros envases.
«La recolección está aumentando, pero requiere tiempo, educación ambiental de la población y perseverancia», explica Testa. «La circularidad del vidrio puede beneficiar a todos».
uol