Masaje tántrico: un toque que transforma el placer en autoconocimiento

El masaje tántrico ha ganado cada vez más adeptos entre quienes buscan no solo mayor placer, sino también una conexión más profunda con su propio cuerpo y con los demás. Basada en el Tantra, una filosofía ancestral que combina el desarrollo físico, emocional, mental y espiritual, esta práctica propone una reeducación sensorial, donde el placer no se centra solo en la penetración, sino en cada centímetro del cuerpo.

El tantra nos invita a redescubrir el placer de forma consciente e integral. Antes de tocar los genitales, fomentamos la estimulación de todo el cuerpo. En general, las relaciones actuales se centran en las partes íntimas. Sin embargo, todo nuestro cuerpo es orgásmico y necesita ser trabajado en este sentido.

Durante el masaje, se estimulan zonas como el perineo, las ingles, el escroto, el pene y la próstata en los hombres (este último conocido como el "punto G masculino"), y el perineo, los labios vaginales, el clítoris, la entrada del canal vaginal y el punto G en las mujeres. Se utilizan técnicas de respiración en conjunto para intensificar la sensibilidad y las sensaciones. También se pueden incorporar vibradores para estimular tanto el clítoris como el glande, siempre con un toque consciente y pausado.