El sombrío futuro de los corales en un mundo sobrecalentado
El destino de los corales está sellado, según la ciencia del clima: con 1,5 °C de calentamiento global, la mayoría de los arrecifes no podrán sobrevivir.
Éste no es un escenario lejano. Los científicos predicen que dentro de una década se alcanzará un aumento de 1,5 °C y que más allá de ese punto muchos corales simplemente no podrán sobrevivir.
Es importante aceptar este hecho y preguntarnos qué viene después “en lugar de intentar aferrarnos al pasado”, dice David Obura, presidente de IPBES, el panel científico de expertos de las Naciones Unidas sobre biodiversidad.
“Desearía que fuera diferente”, reconoce el científico de arrecifes keniano y director fundador de CORDIO East Africa, una organización de investigación marina.
“Tenemos que ser pragmáticos, plantearnos estas preguntas y afrontar el futuro que probablemente nos espera”, explica a la AFP.
Es un tema en el que pocos científicos marinos están dispuestos a profundizar.
“Nos resulta difícil imaginar que todos los arrecifes de coral puedan realmente desaparecer”, dijo Melanie McField, experta en arrecifes del Caribe que describió una “especie de trastorno de estrés pretraumático” entre sus colegas.
“Pero es probable que esto suceda en un mundo con un aumento de 2 °C, hacia el que nos dirigimos rápidamente”, dijo McField, director fundador de la Iniciativa Arrecifes Saludables (HRI).
Cuando se ven estresados por las aguas oceánicas más cálidas, los corales expulsan las microalgas que les dan su color característico y su fuente de alimento. Si no se revierte la situación, los corales blanqueados morirán lentamente de hambre.
Con un calentamiento de 1,5 °C en comparación con la era preindustrial, se espera que entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral mueran, según el IPCC, la principal autoridad mundial en ciencia del clima.
A 2°C, ese número aumenta al 99%. Incluso con el calentamiento actual –alrededor de +1,4 °C– se están produciendo muertes masivas de corales y muchos científicos creen que ya ha comenzado un colapso mundial de los arrecifes tropicales.
Para Obura, no es pesimismo imaginar un mundo sin arrecifes de coral, sino más bien un problema urgente que los científicos “apenas están empezando a abordar”.
"No veo ninguna razón por la que no debamos tener claro dónde estamos ahora", dijo Obura. “Seamos honestos y afrontemos las consecuencias”, dijo.
En lugar de desaparecer por completo, los arrecifes de coral tal como existen hoy probablemente evolucionarán hacia algo muy diferente, dijeron a la AFP científicos marinos de cuatro continentes.
Esto ocurrirá a medida que los corales duros de crecimiento lento (los principales constructores de arrecifes que sostienen el ecosistema) desaparezcan, dejando atrás esqueletos blancos desprovistos de tejido vivo.
Poco a poco, serían cubiertos por algas y colonizados por organismos más simples, capaces de soportar océanos más cálidos, como esponjas, mejillones y corales blandos, como las gorgonias.
“Habrá menos ganadores que perdedores”, afirmó Tom Dallison, científico marino y asesor estratégico de la Iniciativa Internacional de Arrecifes de Coral.
Estas especies dominarían este nuevo mundo submarino.
Los corales muertos que se encuentran debajo, debilitados por la acidificación del océano y azotados por las olas y las tormentas, se convertirían en escombros con el tiempo.
Seguirán existiendo, pero se verán muy diferentes. Es nuestra responsabilidad garantizar su protección, al igual que la de los organismos que dependen de ellos», dijo Dallison.
Los arrecifes de coral albergan una cuarta parte de todas las especies oceánicas.
Los arrecifes más pequeños, más dispersos y con menos biodiversidad simplemente significan menos peces y otras formas de vida marina.
El colapso de los arrecifes amenaza particularmente a los casi mil millones de personas que dependen de ellos para obtener alimentos, ingresos por turismo y protección contra la erosión costera y las tormentas.
Pero si se protegen y gestionan adecuadamente, estos arrecifes “post-corales” aún pueden ser ecosistemas saludables, productivos y atractivos que brinden algunos beneficios económicos, explica Obura.
Hasta ahora, las perspectivas son inciertas: la investigación sobre este futuro ha sido muy limitada.
Se han puesto a disposición pocos recursos para proteger los corales y explorar nuevas formas de hacer que los arrecifes sean más resistentes al clima.
El cambio climático no es la única amenaza para los corales; También están presentes la contaminación y la pesca depredadora.
Los esfuerzos de conservación y restauración son “absolutamente esenciales”, pero por sí solos son como “empujar una pelota muy pesada cuesta arriba, y esa cuesta se vuelve cada vez más empinada”, añade el experto.
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