Sede del surf de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, un paraíso amenazado por la erosión

En Trestles Beach, un paraíso para los surfistas en California, los lugareños esperan que la atención de los Juegos Olímpicos de 2028 ayude a preservar la playa amenazada por la erosión, así como el resto de la costa.
A finales de la primavera en el hemisferio norte, cerca de la ciudad de San Clemente, a una hora en auto al sur de Los Ángeles, el océano se funde con el cielo en una mañana gris.
Visibles como todos los días en Trestles Beach, los surfistas emergen de las olas y disfrutan del escenario que albergará la cita olímpica en 2028.
Un reto logístico en esta fina franja de arena virgen, sin edificaciones, en un parque natural creado en 1971, durante el gobierno de Richard Nixon, y que sufre la erosión.
“La playa era más ancha antes, es un fenómeno que afecta a toda la región, principalmente debido a la antropización de la costa [modificación por construcciones humanas]”, explica Suzie Whitelaw, presidenta de la asociación “Save Our Beaches”, ex profesora de oceanografía y especialista en dinámica de sedimentos e hidrogeología.
“Las presas en nuestros ríos retienen el agua, pero impiden que la arena llegue a las playas, que el océano erosiona naturalmente cada año”, continúa Whitelaw. “Ahora que nuestro suministro natural de arena está bloqueado, los humanos debemos buscar fuentes artificiales”.
En la región, el océano devora la costa: deslizamientos de tierra destruyen pueblos con vistas al mar y afectan las vías del Pacific Surfliner, una línea de tren que bordea la costa y que periódicamente debe ser cerrada para obras de reconstrucción.
Para abordar esta situación, San Clemente agregó recientemente más de 190.000 metros cúbicos de arena a sus playas y anticipa un suministro total de más de 2,3 millones de metros cúbicos en los próximos 50 años.
“Estamos intentando devolver las playas a como eran hace 20 o 30 años”, explica Andy Hall, director de servicios de la ciudad.
“La principal razón de su disminución es la construcción de un puerto en Dana Point [unos kilómetros al norte], que impide la migración natural de arena hacia nuestra costa, canalizando, entre otras cosas, un río”, añade.
Ubicada a unas pocas millas al sur, Trestles Beach también necesita arena.
Pero en este frágil paraje, la cuestión se convierte en un enigma: cualquier aporte suplementario deberá ser aplicado con cuidado, para evitar secar la marisma adyacente y no alterar la formación de las olas que le han dado fama de paraíso del surf.
El parque natural, con un presupuesto limitado, no tiene recursos para financiar un proyecto como este.
“Sería fantástico que el Comité Organizador de los Juegos (LA28) o el Comité Olímpico Internacional (COI) pudieran ayudar y financiarlo, siempre que sea un proyecto que ya esté en marcha”, espera Whitelaw.
Julian Husbands, surfista local y miembro de la misma asociación, quiere que los Juegos “ayudemos a más gente a entender este problema y resolverlo”.
“Es un evento único, debido a la visibilidad, que podría actuar como catalizador para ayudar al parque regional a encontrar arena y comprender cómo transportarla y depositarla sin afectar la calidad de las olas”, continúa Husbands.
En estas mismas olas, a principios de junio, Kanoa Igarashi obtuvo el segundo puesto en el circuito mundial de surf. Hijo de padres japoneses, Igarashi creció a pocos kilómetros de la playa Trestles, con la que estableció una conexión mágica.
“He visto el impacto de la erosión a lo largo de los años. Llevo 20 años surfeando aquí y da miedo. La ola ha cambiado un poco y tengo mucho miedo de lo que pueda pasar”, confesó el surfista, subcampeón olímpico en los Juegos de Tokio 2021.
El objetivo de los Juegos es dejar los lugares en mejores condiciones, tanto económicas como estructurales, para las generaciones futuras. Sobre todo, se debe tener cuidado al implementar plataformas [para las competiciones] que no agraven la erosión —continúa—.
Igarashi se refiere a la controvertida torre de jueces construida en Teahupo'o, Tahití, que albergó el surf en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Preguntado por la AFP, el director de LA28, Casey Wasserman, reconoció el desafío "logístico" que supone la frágil playa de Trestles, donde los espectadores deberán evitar pisar las delicadas dunas.
Pero “no”, LA28 no invertirá dinero para combatir la erosión en el sitio, advierte.
“Se habla mucho de los problemas costeros, es cierto”, admite el funcionario. “Pero es nuestro trabajo asegurarnos de que el auge en Trestles sea increíble durante los Juegos, para que los atletas tengan la mejor competencia posible”.
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