TMC de Canadá será el primero en explorar minerales submarinos, dice su director ejecutivo a la AFP

Pionera de la minería submarina, la empresa canadiense The Metals Company (TMC) no duda de que será la primera en extraer minerales codiciados de las profundidades del mar, gracias a la ayuda de Donald Trump, declaró a la AFP su director general, Gerard Barron.
Dejando de lado a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), competente en la materia, el TMC sorprendió a todos al solicitar al gobierno de Trump, a través de una filial en Estados Unidos, el primer permiso de minería comercial en aguas internacionales.
Su objetivo es extraer nódulos polimetálicos del Pacífico, ricos en metales necesarios para la transición energética.
P: ¿Cuándo esperan poder iniciar las operaciones mineras?
R: Gracias a la orden ejecutiva del presidente Trump, anticipamos un proceso de permisos acelerado. Esto significa que, con suerte, dentro del próximo año, o incluso antes de que termine, recibiremos la autorización del gobierno de EE. UU. para seguir adelante.
Contamos con nuestro primer buque de producción, el Hidden Gems (de la compañía All Seas), (…) y hemos completado el proceso de transformación de los nódulos en productos intermedios de níquel, cobre, cobalto y manganeso. Estamos listos.
No hemos comunicado oficialmente a los mercados cuándo podríamos ver la primera producción, pero creo que será antes de lo previsto. Si alguien me hubiera sugerido 2027, habría dicho: «Ojalá».
P: ¿Necesito transformar primero la gema oculta?
R: El plan inicial era realizar modificaciones significativas para aumentar la producción. Sin embargo, ante la perspectiva de una tramitación acelerada de permisos, creemos que lo mejor es iniciar la producción con este buque lo antes posible y luego centrarnos en la producción a gran escala con los buques 2, 3, 4 y 5.
P: ¿Cuándo esperan alcanzar la deseada producción a gran escala de 12 millones de toneladas de nódulos al año?
A: Para el año 2030-2031.
P: ¿Es importante ser el primero en extraer minerales?
R: No es importante, pero es un hecho que vamos a estar (…) Sin duda.
P: ¿Recordará la historia este primer avance?
R: El tiempo dirá qué importancia tienen los metales oceánicos para la sociedad.
Quienes se oponen a nosotros son prácticamente los mismos que se opusieron a la energía nuclear. (…) Dramatizaron los posibles impactos, mintieron sobre los hechos y terminamos quemando toneladas de combustibles fósiles, contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esto no tenía por qué ocurrir y ahora el mundo se está dando cuenta de que necesitamos energía nuclear.
Así que, ¡qué vergüenza quien haya creado esta situación! Y creo que lo mismo ocurrirá con los metales oceánicos.
Sé, en base a la investigación ambiental y los petabytes de datos recopilados para respaldar nuestras afirmaciones, que los impactos de extraer estas rocas y convertirlas en metales son solo una fracción de las alternativas terrestres.
P: ¿Considerarán volver a unirse a la ISA si esta adopta el “código de minería” que regirá la minería en aguas profundas?
R: No en su estado actual. Porque el código minero ha sido anulado por activistas. (…)
Hay varias maneras de frustrar el proceso si eres Greenpeace. Una es convencer a los países de que firmen moratorias (…).
Otra es presionar a los países para que hagan el trabajo por usted, impidiendo la redacción del código minero que lo haría operativo.
China, que tiene cinco contratos (de exploración) con ISA, más que cualquier otro país, con empresas estatales controlando esos contratos, tiene tiempo para esperar, para perder otros dos años.
Son inteligentes, están apostando por el largo plazo, mientras que los empresarios como nosotros, nuestros accionistas, no vamos a esperar.
P: A diferencia de Estados Unidos, muchos de los países donde se encuentran sus socios, Japón y Suiza, son miembros de la ISA y de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. ¿Podrían impedir que sus empresas colaboren con TMC?
R: No me preocupa. Lo he oído, pero lo atribuyo a una postura. (…) Si dependiéramos de un código minero de Nauru, no tendríamos muchos amigos, pero Estados Unidos es el socio comercial más importante para varios países y creo que la realidad comercial prevalecerá.
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IstoÉ