Defensa: El Banco de Portugal advierte de los riesgos de deterioro presupuestario

Un aumento del gasto en defensa en un Estado miembro de la Unión Europea, manteniendo inalteradas todas las demás variables, implica inevitablemente un deterioro de su situación presupuestaria, que se refleja en el déficit y la deuda pública, incluso si se aplica la cláusula de escape para evitar el incumplimiento de la normativa europea, según un análisis del Banco de Portugal (BdP). En cuanto a los impactos presupuestarios, cabe destacar el impacto directo, derivado del importe del gasto realizado; y el aumento de los intereses, derivado del aumento de la emisión de deuda pública. El uso del programa de Acción de Seguridad para Europa (SAFE) podría mitigar este efecto, ya que los préstamos concedidos por la UE podrían ofrecer condiciones de financiación más ventajosas que las disponibles para los países en el mercado.
El banco también destaca el impacto de “las presiones presupuestarias futuras derivadas de los costos continuos de mantenimiento, operación y actualización de los equipos adquiridos, así como los costos asociados a la posible contratación de más personal militar, cuyo gasto tiende a ser duradero y difícil de revertir.
En cuanto a los efectos indirectos, a través de los impactos macroeconómicos, «su magnitud depende de los multiplicadores asociados al gasto en defensa. La literatura indica que, en promedio, estos multiplicadores son inferiores a los de otros gastos públicos, debido principalmente al alto componente importado de una parte significativa del gasto en defensa, como el equipo militar, lo que reduce el impacto en la economía nacional. Además, los multiplicadores varían significativamente según el tipo de gasto».
El reclutamiento de personal militar suele tener, a corto plazo, un efecto más directo y relevante en la economía nacional que la inversión en tecnología militar avanzada, según indica el estudio. «Esta última podría, sin embargo, generar mayores impactos a medio y largo plazo, especialmente si involucra a productores nacionales e impulsa el aumento de la productividad y el desarrollo tecnológico en otros sectores. Es importante destacar que, dado que la seguridad colectiva es un bien público europeo, el esfuerzo inversor en defensa beneficia a la Unión en su conjunto, independientemente de dónde se realice el gasto, lo que refuerza la importancia de los instrumentos financieros comunes y los mecanismos de coordinación europeos».
En cualquier caso, el gobierno portugués se ha comprometido a adelantar su objetivo de gasto en defensa, en un momento en que se están introduciendo nuevas normas europeas. «La interacción entre estos dos desarrollos es crucial para comprender los efectos en las finanzas públicas», afirma un análisis del Banco de Portugal.
Para el banco central, «el agravamiento de las amenazas externas, en particular la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ha situado la necesidad de reforzar las capacidades de defensa de la Unión Europea en el centro de la agenda europea. Al mismo tiempo, la aplicación de las nuevas normas presupuestarias ha suscitado preocupación sobre el margen disponible para afrontar este esfuerzo adicional sin comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas».
Así, según datos de Eurostat (clasificación COFOG, que organiza el gasto público por función), el gasto público en defensa en Portugal alcanzó el 0,8 % del PIB en 2023, frente al 1,3 % en la UE. «Desde el año 2000, se ha observado una tendencia a la baja en este gasto en Portugal, con la excepción de 2010, cuando se registró un pico de gasto asociado al registro de dos submarinos, cuyo importe ascendió al 0,5 % del PIB».
Por partidas principales de la clasificación económica, destaca el mayor peso del gasto de personal en comparación con la media de la UE, mientras que, por el contrario, el menor peso de la inversión y el consumo intermedio en defensa. Entre 2000 y 2023, el gasto de personal representó, de media, el 69 % del gasto público en defensa en Portugal, frente al 51 % en la UE, mientras que la inversión y el consumo intermedio representaron el 18 % y el 12 % en Portugal, frente al 25 % y el 20 % en la Unión. «A lo largo de este período, la estructura del gasto se mantuvo relativamente estable, tanto en Portugal como en el agregado de la UE».
Los 'remedios'El BdP recuerda que el primer instrumento propuesto es SAFE, un mecanismo temporal que pondrá a disposición de los Estados miembros hasta 150 000 millones de euros en préstamos para inversiones urgentes en la base industrial y tecnológica de defensa europea. «La financiación se proporcionará mediante la emisión de deuda por parte de la UE, si bien la responsabilidad de su reembolso recaerá en cada Estado miembro prestatario. Para reforzar la autonomía estratégica europea, SAFE establece criterios específicos para la elegibilidad de los proyectos financiados, fomentando las adquisiciones conjuntas en áreas prioritarias como la defensa aérea, los drones y la ciberseguridad, y promoviendo la participación de empresas europeas en el suministro de equipos».
La segunda medida consiste en una propuesta de excepción temporal a las normas presupuestarias del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, mediante la activación de la denominada cláusula de escape nacional. Según la propuesta, los Estados miembros podrán aumentar su gasto en defensa hasta un 1,5 % del PIB anualmente durante cuatro años, con posibilidad de prórroga, sin infringir las normas presupuestarias de la UE. Esta cláusula abarca los gastos clasificados en la categoría de defensa COFOG, pero también se analizarán las diferencias con la definición de la OTAN. Para garantizar un tratamiento similar a los Estados miembros que hayan aumentado recientemente este gasto, la cláusula cubrirá el importe del gasto que supere el observado en 2021. Los Estados miembros no necesitan revisar sus planes presupuestarios a medio plazo tras estas solicitudes. Hasta la fecha, algunos Estados miembros, incluido Portugal, ya han solicitado la activación de esta cláusula para adaptarse al aumento de su gasto en defensa.
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