IL expresa su “profunda decepción” porque la privatización no se completará

La Iniciativa Liberal expresó este jueves su “profunda decepción” por el hecho de que el Gobierno sólo planee privatizar el 49,9% del capital de TAP, según anunció hoy el primer ministro Luís Montenegro.
"Fue una profunda decepción. Una decepción para nosotros, pero también para TAP y, sobre todo, para los portugueses, a quienes, en el futuro, podrían seguir pidiéndoles que inviertan su dinero en una aerolínea de la que apenas se benefician", declaró el diputado Mário Amorim Lopes ante la prensa en la Asamblea de la República.
Los liberales consideran que la privatización debe ser completa y subrayan que incluso el ex primer ministro António Costa fue más ambicioso.
Mário Amorim Lopes afirmó que la declaración de Luís Montenegro podría haber sido hecha por el exsecretario general del Partido Socialista y exministro de Infraestructura Pedro Nuno Santos, quien también es un "defensor de esta pobre solución para el TAP".
"El propio António Costa fue más ambicioso y planteó la posibilidad de una privatización completa de la aerolínea, que es lo que defendemos, en beneficio del interés nacional, estratégico y del bolsillo del pueblo portugues", afirmó el representante de IL.
Y fue más allá, desaconsejando con sarcasmo a los portugueses que no “gasten los tres, cuatro o cinco euros” que ganarán con la propuesta del Gobierno para el IRS, porque “en el futuro, desgraciadamente, puede ser necesario utilizar ese dinero para, una vez más, inyectar” en el TAP.
Para Mário Amorim Lopes, la privatización del 49% del capital de TAP no es un buen negocio "porque mantiene al Estado como accionista y, cuando el Estado sigue siendo accionista", es decir, sigue existiendo la posibilidad de "interferencia política en la autonomía y gestión de TAP".
"Nuestro mensaje es: que TAP vuele, que TAP sea libre, sin el peso del Estado en la bodega del avión y, sobre todo, sin el dinero de los contribuyentes en los aviones tampoco", afirmó.
Nuestra postura es muy clara: el Estado no debe gestionar las aerolíneas en mercados libres y competitivos, donde actualmente existen alternativas, y, sobre todo, debe acabar con la injerencia política en las empresas públicas. Esto sería positivo para TAP y para los contribuyentes portugueses, añadió.
Jornal Sol