La invención de la IA será más importante que la escritura

La escritura ha transformado profundamente a la humanidad, permitiendo la preservación y transmisión del conocimiento a lo largo de los siglos. Sin embargo, la inteligencia artificial (IA) surge como una invención con el potencial de superar este impacto. El filósofo francés Michel Serres, en Pulgarcita , comparó la revolución de la computadora con la de la escritura y la imprenta, enfatizando que su efecto en la educación aún no ha sido medido completamente.
Antes de Internet, las computadoras y los teléfonos celulares, el conocimiento estaba en los libros y en la memoria de los maestros, quienes eran los principales portavoces del conocimiento. Sin embargo, después de la revolución informática, un estudiante con un teléfono inteligente puede acceder instantáneamente a una biblioteca global, algo imposible para cualquier mente humana individual. Sin embargo, Yuval Harari, en Nexus: A Brief History of Information Networks, from the Stone Age to Artificial Intelligence , sugiere que la IA puede ser una innovación más significativa que el telégrafo, la imprenta e incluso la escritura misma.
Por su parte, Laurent Alexandre, en La guerra de la inteligencia en la era del chatGPT , afirma categóricamente que la escuela, tal como existe hoy en día, está condenada a desaparecer. Lo que queda por definir es si esta transición será gradual o dolorosa. Aunque su profecía no se cumpla plenamente, a corto plazo son posibles al menos dos grandes tendencias: una positiva y otra negativa.
Impacto positivo: la IA tiene el potencial de hacer que la educación esté menos basada en el contenido y más centrada en el desarrollo crítico y autoral de los estudiantes. Un estudio de clase de Torto Arado, de Itamar Vieira Júnior, puede encontrar en la IA formas de obtener respuestas rápidas y fundamentadas sobre la biografía del autor, el contexto histórico de producción y la recepción crítica por parte de especialistas y del público lector en general, todo ello organizado en diferentes capas de profundidad y complejidad. Así, en lugar de enviarse a medios dispersos por Internet, el propio chat ofrece respuestas preparadas en una fracción de segundo. De esta manera, el papel del docente no desaparece, sino que cobra aún más importancia en la orientación del pensamiento crítico y en la construcción de una posición autoral por parte de los estudiantes.
Profundización de la desigualdad – Por otro lado, como señala Luc Ferry en La revolución transhumanista , los avances tecnológicos tienen el potencial de aumentar las filas de aquellos excluidos por la revolución tecnológica, que él llama NBIC, que incluye la educación en inteligencia. Desde el punto de vista educativo, las instituciones educativas más preparadas y con acceso a IA experimentarán un salto cualitativo, mientras que las escuelas sin infraestructura tecnológica pueden quedarse atrás, ampliando la brecha entre las élites y los menos privilegiados. Además, muchos educadores todavía ven la IA como un tabú, una moda o una amenaza, lo que dificulta su integración en la enseñanza.
Ante este nuevo escenario, la única certeza es que la IA es una realidad sin vuelta atrás. Sin embargo, esperar que los educadores carguen con el peso de esta transformación sobre sus hombros, como diría el poeta Carlos Drummond de Andrade, sería injusto y deshonesto. Sin embargo, es esencial que todos se familiaricen con esta tecnología y determinen sus usos de la manera más responsable posible.
Más que nunca, será esencial desarrollar el pensamiento crítico y la autoría de los estudiantes. Al fin y al cabo, en un mundo en el que la IA puede generar respuestas instantáneas, una educación cívica verdaderamente emancipadora y a la altura de los tiempos no se basará únicamente en la acumulación de información, sino en la capacidad de interpretar, cuestionar y crear conocimiento que dé fe de la firma de cada persona.
El desafío está planteado: ignorar esta revolución podría profundizar las desigualdades y limitar las oportunidades. Por otra parte, integrarla de manera inventiva y responsable puede transformar la educación en una herramienta aún más poderosa para el futuro no sólo de las generaciones actuales, sino también de las que vendrán.
observador