La propuesta de grado 20 considera a VCI como una oportunidad

Una propuesta de la arquitecta Marcela Percú, valorada con 20 puntos, ve la VCI [Circunvalación Interna] como una oportunidad y no como un problema para Oporto y sugiere diversificar los usos de la autopista actual, declaró la investigadora a Lusa.
"Creo que es realmente una cuestión de perspectiva, porque a menudo vemos la VCI como un problema, y la VCI es una oportunidad", dijo la arquitecta en una entrevista con Lusa, refiriéndose a un "problema de percepción" centrado más en la congestión del tráfico y menos en lo que ella considera el verdadero problema: la accesibilidad de la infraestructura.
Se encuentra en trámite la tesis “A lo largo de las orillas del Cinturón Interior: Una propuesta regenerativa del tejido urbano de Oporto”, dirigida por Teresa Calix, profesora de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Oporto (FAUP), y evaluada con 20 puntos.
El proyecto, nominado a los premios europeos EUmies en la categoría Jóvenes Talentos 2025, aborda también una cuestión de "salud pública, medio ambiente y los compromisos que Portugal ha establecido".
El trabajo propone "ampliar la accesibilidad en un territorio construido, en gran parte, por la condición de movilidad del automóvil" y "aprovechar las ventajas del transporte individual y colectivo", ya que "el transporte público tiene mucha mayor capacidad para transportar a mucha gente".
Con una "reducción progresiva de la velocidad" y un "reequilibrio de este espacio lejos de los coches, puede empezar a haber espacio para que la gente vaya en bicicleta y camine", explicó el investigador a Lusa.
La tesis rechaza “una visión maniquea según la cual el coche debería estar prohibido en las zonas urbanas”, argumentando que la intención es “añadir funciones a la VCI”, pues la mentalidad de utilizar “un solo modo de viaje para todo” en una gran ciudad “ya no existe”, dando así “más opciones” y “más libertad a las personas” para elegir modos de viaje más eficientes y evitando que sean “rehenes del coche, de tener un lugar para estacionar, de estar atrapados en el tráfico”.
Recordando que la VCI “es un patrimonio colectivo” gestionado por el Estado a través de Infraestruturas de Portugal (IP) y que “todos pagan por su mantenimiento”, actualmente “solo las personas que utilizan automóviles” pueden utilizarla, por lo que el trabajo sugiere que IP debería contribuir financieramente a la reconversión de la carretera “como compensación por los daños ambientales y urbanísticos resultantes de las decisiones en la implementación de la VCI”.
La tesis “tiene dos objetivos principales: neutralizar los efectos nocivos del Cinturón Interior y restaurar sus orillas, promoviendo una mayor calidad ambiental y urbana”.
La principal acción del proyecto pasa, a corto plazo, por "la desclasificación de la VCI como carretera y su retirada progresiva del sistema vial regional y nacional", pasándola a la gestión municipal, y proponiendo un primer compromiso "dedicado a los márgenes y un segundo para actuar directamente sobre las conexiones de las infraestructuras viarias".
Las actuaciones en las riberas fluviales "se encadenaron para producir un aumento del servicio público y de la urbanidad, acercando progresivamente a la gente a la VCI", con una segmentación estratégica "también para probar soluciones, como la reducción de carriles para coches, la implantación del transporte público y la introducción de pasos de peatones", o incluso la "plantación de árboles para crear barreras acústicas vegetales".
Marcela Percú sostiene que el "espesor" de la VCI "no se restringe a la propia autopista", llegando a "una serie de espacios verdes expectantes", como en la zona de Regado, abogando por la creación de "pequeñas conexiones que permitan transitar con seguridad y acortar distancias entre ambos lados de la vía".
Entre los objetivos estratégicos de la propuesta están, precisamente, "valorizar la estructura natural, recalificando ríos y zonas verdes, integrándolos en una red estructurante de espacios colectivos y de movilidad", así como promover "una mayor permeabilidad para los flujos de personas, agua y biodiversidad en general" y también "equilibrar la oferta de vivienda y equipamientos".
A medio y largo plazo (el proyecto se divide en cinco fases hasta 2060), se pasa a intervenciones más profundas, como la transformación de los actuales intercambiadores viarios en "grandes manzanas", espacios públicos circundantes y centros de movilidad intermodal, un metrobús en el carril central, el cierre de algunos tramos y la construcción de túneles, permitiendo usos diversificados en la superficie de los dos últimos.
El proyecto del investigador del proyecto STREET: Street Transformations, Rebalancing Ecology and Environment issues in Urban Territories de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad de Minho, financiado por la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (FCT), fue presentado en junio en la conferencia The Future Design of Streets, en Guimarães.
observador