¿Por qué a algunos socialistas no les gusta el Seguro?

“No cumple con los requisitos mínimos”. Esta devastadora observación no provino de fuera del Partido Socialista, sino de dentro, de una de sus figuras más prestigiosas, Augusto Santos Silva. En aquel momento, el exministro y presidente de la Asamblea de la República se refería a la posibilidad de que António José Seguro se presentara como candidato presidencial. Fue el más vehemente en sus críticas, pero otros líderes socialistas siguieron su ejemplo, en declaraciones públicas o discretas. Lo cierto es que la candidatura de Seguro, ahora formalizada, no complace a la dirigencia del PS, que ha marcado el destino del partido en los últimos años.
Al anunciar este miércoles su retirada de la candidatura presidencial, Augusto Santos Silva no se retractó de sus críticas a la candidatura de António José Seguro: «Las candidaturas actualmente en disputa no me parecen capaces de reunir las condiciones necesarias para elegir a un presidente capaz de ejercer todos sus poderes constitucionales». Tras confirmar la retirada de António Vitorino, Santos Silva anunció que consideraría presentarse a la presidencia y, al mismo tiempo que anunciaba su retirada, abrió la puerta a una candidatura independiente de izquierdas que podría contar con el apoyo de los socialistas.
Historias antiguas y un pasado reciente: ¿Por qué el PS no simpatiza con su exlíder? Es una pregunta que pocos quieren responder. Y la mayoría prefiere no ser identificada. Pero los informes que Nascer do SOL ha escuchado atribuyen la animosidad de algunos, especialmente de los socialistas más visibles, a dos factores: «las guerras de la época de JS» y «el camino que siguió mientras fue secretario general».
Álvaro Beleza, uno de los primeros en apoyar la candidatura de Seguro, rechaza la idea de que al partido no le guste: «A algunos no les gusta, o cada vez les tiene menos simpatía. El PS es plural, y eso forma parte de ello, pero a la mayoría de los socialistas les gusta Seguro». El presidente de Sedes nos cuenta que la resistencia al exsecretario general se da principalmente entre los más allegados a António Costa. «Quien podría tener motivos para quejarse de Costa era Seguro. Me parece extraño que quien ganó ahora tema al que perdió entonces».
Otra fuente socialista cercana a Seguro no tiene dudas: «La idea de que pudiera llegar a Belém es un insulto para Costa y sus partidarios». Según este activista, es el ex primer ministro quien está instruyendo a sus allegados para que inviable la candidatura de António José Seguro. Esta hipótesis es rechazada por otra voz del partido, que cree que António Costa está completamente desconectado de los movimientos que se están produciendo en Lisboa, pero «a menudo los sirvientes son más peligrosos que los líderes», afirma.
Según Miguel Prata Roque, quien se unió al Partido de las Juventudes Socialistas (JS) años después de António Costa y António José Seguro, la animosidad entre los dos exlíderes se remonta a esa época y persiste entre algunos de los que entonces formaban parte de los dos grupos rivales. «Las rivalidades y la solidaridad de la JS se han transmitido al partido». Prata Roque encuentra extraña la acritud entre Santos Silva y António José Seguro: «En 2005, uno era el líder parlamentario y el otro, el ministro de Asuntos Parlamentarios; colaboraban estrechamente», recuerda. Pero aquellos eran tiempos diferentes, todavía muy influenciados por el liderazgo de António Guterres, para quien Seguro fue una especie de mano derecha desde el principio.
A pesar de haber apoyado a Costa cuando se presentó contra Seguro, Prata Roque ahora afirma estar del lado de Seguro y no comprender las voces que se le oponen. "Me sorprende que digan que no tiene las condiciones mínimas. Si un exlíder del PS no las tiene, no sé quién las tiene", afirma. El socialista y comentarista aún cree que muchas de las críticas al ahora candidato presidencial se relacionan con la forma en que el entonces líder se opuso al gobierno de Passos Coelho. Y es precisamente aquí donde convergen muchas de las opiniones que ha escuchado nuestro periódico. "Mis dudas se relacionan con el ejercicio del cargo de secretario general", dice Eduardo Cabrita, quien recuerda la resistencia de Seguro a solicitar la revisión ante el Tribunal Constitucional de algunas leyes del gobierno de Passos Coelho, en contra de la opinión de varios diputados socialistas. «La primera solicitud de inspección la hicieron 17 diputados del PS y 8 diputados del BE, porque había presiones de la dirección para que algunos diputados no firmaran», recuerda Cabrita que se marcha, sin embargo, con una observación: «tiene más perfil presidencial que de primer ministro».
El apoyo del PS llegará. Hace unos meses, pocos creían que António José Seguro sería candidato presidencial, y mucho menos que la candidatura del exsecretario general del partido sería la única candidata socialista en la contienda. "Subestimaron a Tózé y algunos en el partido están desesperados porque ya se han dado cuenta de que han perdido". Esto es lo que dice Álvaro Beleza, quien no duda de que el partido acabará apoyando a Seguro. Lo cierto es que la retirada de Santos Silva facilita el camino al nuevo líder, José Luís Carneiro. La decisión la tomará el Comité Nacional, donde están representadas las federaciones regionales del partido, que, según una encuesta realizada por el periódico Expresso, apoyan mayoritariamente a António José Seguro. Dado que el actual líder era cercano al candidato, los partidarios de Seguiro no dudan de que el apoyo formal del partido llegará finalmente en otoño.
La masonería y los candidatos
A medida que se lanzan las candidaturas presidenciales, las organizaciones de la sociedad civil están tomando una posición.
La masonería ha estado particularmente activa en un momento en que los candidatos aún se encuentran en una fase muy preliminar de sus campañas. En restaurantes o clubes privados, se multiplican las reuniones para escuchar en privado al almirante Gouveia e Melo y a António José Seguro, los dos candidatos que más han atraído la atención de las logias masónicas con presencia e influencia en Portugal.
Los contactos, aunque discretos, no han sido secretos, e incluso han obligado al almirante a declarar públicamente que no pertenece a la masonería. La desconfianza surge no solo porque algunos de sus partidarios son masones reconocidos, sino también porque Gouveia e Melo ha asistido a varias reuniones con ellos. António José Seguro también ha conocido a masones entre sus partidarios, y también se le ha pedido que asista a las reuniones.
Fuentes cercanas a los candidatos informaron a Nascer do SOL que el Gran Oriente Lusitano, la mayor logia masónica del país, apoya a António José Seguro y la Masonería Regular al almirante. Lo cierto es que la organización está especialmente comprometida con no quedar fuera de la contienda por Belém.
Jornal Sol