Como en una película de desastres: se evalúan las escalofriantes consecuencias de la destrucción de la Corriente del Golfo

Los expertos han advertido que el Reino Unido podría enfrentarse a una congelación profunda de -30 °C si el cambio climático altera la Corriente del Golfo. Los científicos llevan años alertando sobre los posibles impactos del calentamiento global, desde sequías más frecuentes hasta inundaciones catastróficas.

Pero un escenario guarda clara similitud con la famosa película de catástrofes El día después de mañana, con partes de Gran Bretaña probablemente experimentando temperaturas más típicas del norte de Canadá, informa el Daily Mail.

Los investigadores han estudiado cómo podría cambiar el clima de Europa si la Circulación Meridional Atlántica (CMA) se debilitara significativamente debido al calentamiento global de 2 °C.

El estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, fue realizado por investigadores del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos y la Universidad de Utrecht. Su análisis reveló que Escocia podría registrar temperaturas de hasta -30 °C, mientras que Edimburgo podría registrar temperaturas mínimas inferiores a 0 °C durante casi la mitad del año. Mientras tanto, se prevé que Londres registre temperaturas extremas de -19 °C y un número récord de días con temperaturas bajo cero en dos meses desde finales del siglo XIX.

Los científicos han advertido que el crecimiento del hielo marino podría cubrir partes de las Islas Británicas y que las tormentas invernales también se intensificarán.

La AMOC es una circulación oceánica a gran escala en el océano Atlántico que desempeña un papel crucial en la regulación del clima global y europeo mediante la redistribución del calor a través del océano, según explica el Daily Mail. Existe una creciente preocupación de que la AMOC, de la que forma parte la Corriente del Golfo, pueda debilitarse o colapsar debido al cambio climático futuro debido a la afluencia de agua dulce.

En el nuevo estudio, los científicos utilizaron un sofisticado modelo climático para simular diversos escenarios en los que el sistema circulatorio se debilita significativamente en más del 80 %, considerando también los efectos del calentamiento global. Los autores del estudio advirtieron que se requieren medidas urgentes para evitar estos "peligrosos puntos de inflexión".

“El clima relativamente templado de una ciudad como Edimburgo cambiaría drásticamente”, afirma la coautora del estudio, Michelle Baatsen. “Por ejemplo, habría 164 días con temperaturas mínimas bajo cero, lo que representa casi el 50 % del año, y 133 días más que en el clima preindustrial. En este escenario, Escandinavia se volvería mucho más fría, e incluso la costa oeste de Noruega, normalmente templada, podría experimentar temperaturas extremas inferiores a -40 °C, 25 grados más frías que en el período preindustrial”.

Los investigadores explicaron que el debilitamiento de la circulación del océano Atlántico no tiene un efecto significativo en las temperaturas estivales, aunque en algunos lugares se puede observar un ligero aumento de las temperaturas extremas estivales. Como resultado, el contraste entre verano e invierno se acentúa, y los inviernos son significativamente más fríos.

Investigaciones anteriores han demostrado que, además del efecto de la temperatura, un sistema de circulación más débil también provocaría menos precipitaciones en Europa, así como un aumento más rápido del nivel del mar en el océano Atlántico.

“Las continuas emisiones de gases de efecto invernadero nos encaminan hacia mayores impactos climáticos extremos, lo que provocará más olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos”, afirmó René van Westen, autor principal del estudio. “Cuanto más sigamos quemando combustibles fósiles, peor se volverán. Al mismo tiempo, cada fracción de calentamiento global nos acerca al colapso de la AMOC. Nuestro nuevo estudio demuestra que esto llevará a Europa al otro extremo: un futuro gélido. Los responsables políticos deben tener en cuenta que las reducciones urgentes y drásticas de las emisiones de gases de efecto invernadero son la única manera de mitigar los impactos más catastróficos de la crisis climática y prevenir las devastadoras consecuencias del colapso de la AMOC para la sociedad”.

En relación con la investigación, Gareth Redmond-King, director del Programa Internacional de la Unidad de Inteligencia Energética y Climática, afirmó: «El colapso de la AMOC, una corriente oceánica crucial, provocará que el clima templado actual del Reino Unido se asemeje más al clima frío del norte de Canadá, lo que reducirá drásticamente la superficie de tierra disponible para el cultivo y amenazará seriamente nuestra seguridad alimentaria. Reducir las emisiones a cero neto es la única solución que tenemos para prevenir los impactos más peligrosos del cambio climático».

El Dr. Bablu Sinha, jefe de clima e incertidumbre, Modelado de Sistemas Marinos (MSM), Centro Nacional de Oceanografía, dijo que los resultados eran "físicamente plausibles" y consistentes con estudios de modelado anteriores.

El profesor John Robson, investigador del Centro Nacional de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Reading, añadió: «Una disminución de la intensidad de la AMOC tendrá graves consecuencias, incluso para los habitantes de Europa. Esta investigación refuerza la creciente preocupación de que un debilitamiento de la AMOC podría provocar temperaturas invernales mucho más bajas en Europa y tormentas invernales más intensas en el norte de Europa, incluso en un clima global en calentamiento».

Sin embargo, algunos expertos han instado a la cautela. La Dra. Alejandra Sánchez-Franks, científica sénior del Centro Nacional de Oceanografía, declaró: «Si bien estos estudios modelo son de gran valor para nuestra comunidad, es importante reconocer que nuestras observaciones oceánicas aún no han alcanzado un punto crítico, por lo que los resultados de este estudio y su impacto inmediato en el mundo real deben tomarse con cautela».