Investigación: Según las mujeres votantes, no hay justicia en Turquía

En la investigación realizada por ZFA Research con 79 mujeres en seis ciudades, estas optaron por describir la injusticia en lugar de definir la justicia. El sistema que favorece a los poderosos las hace sentir de segunda clase.
ZFA Research examinó el comportamiento de las mujeres votantes en noviembre y diciembre de 2024. Entrevistó a 79 mujeres en Estambul, Ankara, Eskişehir, Konya, Samsun y Diyarbakır. Participaron en la investigación mujeres de diferentes afiliaciones políticas, grupos de edad y clases socioeconómicas.
Se les preguntó a las mujeres cómo definían la justicia. Su primera reacción fue quejarse de la falta de justicia en Turquía. En lugar de definir la justicia, las mujeres prefirieron describir la injusticia.
Un entrevistado describió la injusticia de la siguiente manera: «Cuanto más poder tienes en Turquía, más favorecido eres. Esto debilita enormemente la confianza y la justicia. Creo que ya nadie tiene sentido de la justicia, con el sistema de referencia por todas partes y los conocidos manejando los asuntos».
Las mujeres usaron ejemplos de su vida cotidiana para describir la injusticia. Hablaron de la desigualdad que experimentaban por ser mujeres. Hablaron de cómo el sentido de justicia que intentaban inculcar en sus hijos no era correspondido en la vida social. Se quejaron de los crímenes impunes cometidos en sus barrios y del agravamiento de las consecuencias de la desigualdad económica.
Afirmaron que, sin justicia, la sociedad se degenera. Dijeron que la creciente desigualdad de oportunidades empuja a los jóvenes a buscar caminos alternativos. Describieron un sistema en el que los ricos son poderosos y los poderosos tienen razón.
Una participante resumió la injusticia con las siguientes palabras: «La injusticia se vive en todas partes. La experimentamos económicamente, en el tráfico. Como mujeres, podemos experimentar la injusticia con la consciencia de que no podemos hacer tanto como ellas».
Las mujeres hablaron sobre la sensación de ser consideradas ciudadanas de segunda clase, tanto en el hogar como en la sociedad, entrelazada con el concepto de justicia. Hablaron de la insoportable carga del cuidado y las dificultades que experimentan en la vida empresarial. Hablaron de la responsabilidad de mantener el equilibrio en la cocina durante la crisis económica y la violencia que enfrentan en el tráfico.
Las mujeres manifestaron estar cansadas de que las llamaran incompetentes. El concepto de justicia no es solo un asunto del poder judicial. Se definió como una deficiencia que acompaña la vida de las mujeres.
Las injusticias a las que se ven expuestos los niños se encuentran entre los problemas que más perjudican a las mujeres. La desigualdad de oportunidades, cada vez más evidente, se considera crucial para el futuro de los niños. La desconfianza en el sistema educativo se menciona con frecuencia al describir la injusticia.
Las mujeres han experimentado desigualdad de oportunidades en su propio pasado. Les preocupa mucho no ver un futuro mejor para las nuevas generaciones. La desigualdad es evidente desde el preescolar. Se debate el acceso de los niños a información de calidad y a la educación lingüística.
Para las mujeres, obtener una educación se considera un requisito previo para superar la desigualdad de género en la sociedad. La desigualdad de oportunidades en el acceso a la educación no lo permite. Para que las mujeres con un alto nivel educativo encuentren un lugar en el sistema, se debe garantizar la justicia.
Los entrevistados hablaron sobre el sistema de entrevistas, el favoritismo y la importancia de las referencias. Citaron la injusticia como una razón importante por la que no podían permanecer en el sistema.
Un participante resumió la situación de la siguiente manera: «Estudié, estoy haciendo mi maestría, pero aún no tengo un puesto. Miro a mis amigos que sí lo tienen, ¿qué me estoy perdiendo? Empiezo a cuestionarme; la injusticia en este sentido es no poder aferrarse a algo».
La persistente sensación de injusticia ha socavado la confianza de las mujeres en las personas y las instituciones. La impunidad derivada de los feminicidios es uno de los principales factores que socava el sentido de justicia. Según las mujeres, los delincuentes no son capturados o no reciben el castigo correspondiente a la naturaleza del delito que cometieron.
Muchas mujeres sospechan que la persona que se sienta a su lado en el transporte público podría ser un asesino. Se quedan en casa lo más posible y regresan antes del anochecer. Las mujeres describen el sistema judicial como un sistema que pone en peligro sus vidas, no como una estructura que las protege.
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