Se ha encontrado un vínculo entre dos acontecimientos que ocurrieron hace 56.000 años.

El cráter Barringer, también conocido como cráter Meteorito, se formó hace entre 53.000 y 63.000 años cuando un asteroide masivo colisionó con la Tierra. Según una nueva investigación, este impacto masivo pudo haber creado ondas de choque que alcanzaron hasta el Gran Cañón y provocaron un deslizamiento de tierra masivo que derrumbó un acantilado en la zona.
El autor principal del estudio, Karl Karlstrom, profesor de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad de Nuevo México, señaló que, si bien los eventos podrían ser una coincidencia, la coincidencia temporal es sorprendente. «Este tipo de eventos son extremadamente raros e inusuales», afirmó. «Todos datan de hace 56.000 años, lo que sugiere una conexión».
Figuras de animales y fragmentos de madera flotante descubiertos en la cueva Stanton del Gran Cañón por el padre de Karlstrom y sus colegas en la década de 1960 sugieren que los niveles de agua en la zona alcanzaron alturas difíciles de alcanzar hoy en día. La cueva se encuentra 46 metros por encima del nivel actual del río, lo que ha impulsado a los investigadores a explorar cómo la madera flotante alcanzó esta altura.
Una nueva datación por radiocarbono reveló que las muestras de madera tenían aproximadamente 56.000 años de antigüedad. El equipo de investigación examinó otras cuevas de la zona en busca de patrones geológicos similares. Los restos de madera en estas cuevas también datan del mismo período, lo que confirma que el río Colorado experimentó una inundación extraordinaria en esa época.
Se cree que la inundación fue causada por un deslizamiento de tierra masivo cerca del Cañón Nankoweap, en la parte baja del Gran Cañón. Se cree que el deslizamiento bloqueó el caudal del río, creando una enorme presa natural que se extendía kilómetros detrás de la presa.
Casi al mismo tiempo, un estudio independiente realizado por David Kring, del Instituto Lunar y Planetario, fechó la formación del cráter Barringer en 56.000 años. Según Kring, el impacto del meteorito pudo haber provocado un terremoto de magnitud aproximada de 5,4. Se ha sugerido que el impacto de este terremoto en la región del Gran Cañón podría haber sido equivalente a un terremoto de magnitud 3,5, y que esta magnitud habría sido suficiente para provocar el derrumbe del acantilado.
Karlstrom enfatizó que esta evidencia no es definitiva, pero dijo: «Eventos como impactos de meteoritos, deslizamientos de tierra, formación de lagos y madera flotante encontrada en cuevas altas son eventos muy raros y específicos. El hecho de que todos ocurran en el mismo período refuerza la posibilidad de una conexión».
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