Los Efruz se levantan, la gente consciente guarda silencio

Umit GÜÇLÜ
"Cierro los ojos, cumplo con mi deber", escrita por el maestro teatral Haldun Taner en 1964, es un clásico de la sátira social que se mantiene vigente a pesar del paso del tiempo. El autor narra un amplio panorama histórico, que abarca desde la Segunda Era Constitucional hasta el Memorándum de 1971, a través de la vida de una persona común. Los protagonistas de la obra, el honesto pero pasivo Consciente y el oportunista Efruz, un hombre de todos los tiempos, destacan no solo por sus cualidades individuales, sino también como símbolos de la perdurable dinámica social de Turquía. Con humor sutil y aguda observación, Haldun Taner critica las mentalidades inquebrantables que persisten a pesar de los cambios de régimen, a quienes ascienden por lealtad en lugar de méritos, y a quienes hacen de la obediencia a las órdenes su lema en lugar de cuestionarlas.
El texto, impregnado de elementos teatrales épicos, invita al público no solo a la risa, sino también a la reflexión y el cuestionamiento. Los Teatros de la Municipalidad Metropolitana de Estambul, bajo la dirección de Yelda Baskın, traen este clásico de vuelta al público. ¿Cómo encuentra esta sátira atemporal un lenguaje escénico en la Turquía actual? Hablamos con la directora Yelda Baskın sobre la obra y las decisiones creativas que tomó durante su puesta en escena.
¿Cómo se estableció una conexión entre la obra de Haldun Taner y la Turquía actual?
Esta obra es una de las más representadas en el teatro turco. Esto se debe a que la historia que narra es nuestra historia inmutable. Los insaciables y engañosos Efruz siempre han existido contra los "buenos" y pasivos Conscientes. Los Efruz se han vuelto aún más poderosos que en el pasado, mientras que los Conscientes aún no han encontrado la manera de escapar del mal. Nos enfrentamos a esta realidad en todos los aspectos de la vida.
¿Cómo desarrollaste el juego?
No interferí mucho con el texto del Maestro Haldun Taner. Sin embargo, llevamos a escena eventos sociales que consideré que debían ser prominentes en la narrativa, como la Sexta Flota, el Asesinato de Turan Emeksiz y el Domingo Sangriento. Quería que las reacciones de Vicdani a estos eventos sociales impactaran la propia pasividad del público. Por ejemplo, enfaticé que la paranoia de Vicdani de ser observado no era infundada, tal como lo es en la atmósfera política nebulosa actual. Mi punto de partida fue el ritmo del público y la calle. El ritmo, en mi opinión, es una de las cualidades que determina la frescura de la obra. Contrariamente a la norma, tenía que ser rápido y fluido. Como una rueda sin fin. En este contexto, la música de la obra fue reescrita por Sercan Edes. Como recordatorio, utilicé más música, canciones y bailes que texto. Como creía que Meralifer, Cemalifer, Lalifer y Nilüfer estaban escritas con el mismo tema, quise que fueran interpretadas por una sola actriz. Refugiándome en la puesta en escena épica y contemporánea de la obra, asigné los demás papeles femeninos a actores masculinos. Intenté romper con la estructura masculina y las representaciones femeninas en la obra.
¿Cómo logró el equilibrio entre permanecer fiel al legado de Haldun Taner y agregar su propia interpretación al poner en escena la obra?
Las personas conscientes, incapaces de desarrollarse como individuos ante el gobernante actual, son controladas y vigiladas en esferas de poder limitadas como la escuela, el servicio militar y la familia. Aunque Consciente despierta en el final, finalmente pierde la razón y es internado en un hospital psiquiátrico. Nuestra historia humorística, que comienza con esperanza, llega a un final trágico. El autor exige un cambio en la obra. Lo enfatizamos: es un texto épico. La forma abierta que tanto admiro se adapta perfectamente a la puesta en escena contemporánea. Interpretamos el texto según los códigos cambiantes de Turquía, sin ignorar la coyuntura del período en el que se desarrolla la obra. Esto es en lo que más trabajamos con el dramaturgo Gökhan Aktemur.
¿El testimonio de la audiencia a través de la ruptura de la cuarta pared crea incomodidad o aceptación hoy en día?
Me gusta que el público sea testigo de mis obras. Me esfuerzo por lograrlo. Creo que esto crea una relación más cercana y orgánica entre la obra y el público, y hasta ahora no he recibido ninguna crítica negativa. Al contrario, siempre han sido positivas. Sin embargo, para el público que ha presenciado y estado expuesto al inquietante clima político del país, la crisis económica sin resolver y muchas otras dificultades, el impacto de su propia realidad puede ser un poco duro hoy en día. Sin embargo, los elementos cómicos y la ironía de la obra nos rescatan. Reír juntos se convierte en una forma de afrontar la situación.
BirGün