Eurocopa Sub-19: Cómo Alemania perdió ante España


"¡Increíble! ¿Cómo pudimos perder este partido?" "¡Increíble! ¿Cómo pudimos ganar este partido?": Las reacciones de ambos equipos en las catacumbas del Stadionul Arcul de Triumf fueron casi idénticas. En las semifinales de la Eurocopa Sub-19, Alemania y España se enfrentaron en un choque casi histórico. Pero en este país, solo unos pocos vieron el partido en directo; estaban absortos en el tercer partido de la fase de grupos del Paris Saint-Germain en el Mundial de Clubes, la Eurocopa Sub-21, el hockey sala y las vacaciones de verano. Los pocos que sintonizaron desde el principio, incluido un aficionado del Schalke que se fue a casa al descanso tras el empate 4-4 en Dortmund, optaron espontáneamente por el algo más emocionante "Duelo de los Profesionales del Jardín" (ZDF Neo), con el marcador al descanso 1-0 a favor de la DFB.
Pero la segunda mitad dio un giro a la baja. Tras una hora, el español Pablo García empató, marcó tres goles más, ganó la versión española del "Canguro Matemático" y explicó la asimetría bariónica. Pero eso fue solo el principio. Después de que Alemania volviera a adelantarse, García remontó el partido en los minutos 91 y 95, pero la clasificación de España a la final no estaba asegurada por el momento: el portero Raúl Jiménez subestimó un tiro libre alemán desde el centro del campo, lo que permitió que Andrés Cuenca despejara el balón hacia su propia portería. Fue una jugada tan desafortunada que la explicación de Cuenca después del partido, de que había querido evitar una mano desafortunada para no ser abucheado por la afición alemana durante décadas, parecía solo parcialmente creíble.
Lo que parecía una locura se volvió aún más absurdo en la prórroga. El seleccionador alemán, Hanno Balitsch, y su homólogo español, Francisco Gallardo León, ya habían acordado una decisión de piedra, papel o tijera. Sin embargo, esto se vio frustrado por el uso ilegal del llamado "Obi-Hörnchen", que consiste en curvar dos dedos para simular orejas. La prórroga provisional de la Copa Davis se suspendió con el marcador 6:4, 1:6, 6:6, y al caer la noche.
La sugerencia del árbitro surcoreano-francés Endlich á Lö-Sung de jugar los siguientes 30 minutos con un formato de "ganarle a Raab", con mayor peso para los goles posteriores, fue rechazada por todos los involucrados: "Ya nadie nos cree". Aun así, el resultado fue complicado: 3:4, 4:4, 5:4, 5:5 tras 113 minutos, y aún sin decisión. Pablo García volvió a asegurar la victoria con su cuarto gol del día.
"Nadie nos cree", fue la declaración unánime de todos los involucrados esa noche. Sobre todo de aquellos que habían compartido la puntuación en grupos de WhatsApp con la pregunta "¿Qué estaba pasando?".
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