La madre del candidato demócrata de NYC es una premiada cineasta india (y muy progre)
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Es el sueño húmedo de una película de Woody Allen: la madre del candidato que acaba de ganar las primarias del Partido Demócrata para la alcaldía de Nueva York, Zohran Mandani, es Mira Nair, una prestigiosa cineasta india que incluso llegó a ganar el León de Oro de Venecia en 2001 con La boda del Monzón (se puede ver en Filmin). No hay que olvidarse tampoco del padre del político, Mahmood Mamdani, profesor de Antropología, Ciencias Políticas y Estudios Africanos en la Universidad de Columbia y que, aunque nacido en La India, también tiene la nacionalidad ugandesa. Lo tiene todo el mejunje familiar (que tanto aparece en las pelis del neoyorkino): diversidad de nacionalidades, cine, mucha cultura e intelectualidad, posicionamiento ideológico progresista y una clase económica que se puede permitir vivir en Manhattan. La pesadilla del trumpismo. Y los demócratas de Nueva York, obviamente, se han enamorado de esta historia.
Los medios estadounidenses han destacado estos orígenes de Mandani que aquí llevarían rápidamente la etiqueta peyorativa de izquierda caviar. No obstante, lo cierto es que más allá de esta semblanza gruesa -que será utilizada por sus oponentes políticos- Nair es una cineasta que se supo labrar su lugar en el cine estadounidense desde finales de los setenta con su primera película y ha conseguido varios premios a lo largo de su carrera. Sus películas y sus declaraciones políticas en entrevistas ayudan también a entender la posición política de su hijo, la gran estrella y esperanza de los demócratas desde la pasada semana (si bien con la Constitución actual no podría presentarse a presidente de la nación porque no nació en EEUU).
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Nair nació en La India en 1957 y con 19 años ya estaba estudiando en Harvard Estudios Visuales y Ambientales con una beca (venía de clase media: era hija de un funcionario y una trabajadora social). Enseguida se puso a rodar documentales que abordaran la sociedad de su país sin temor a temas explícitos y con una mirada bastante liberal. En el primero, Jama Masjid Street Journal (1979), mostraba a una comunidad musulmana tradicional en la India. En India Cabaret (1985) retrataba a las bailarinas de streap-tease de un local de India. Y en Children of Desired Sex (1987) hablaba de cómo las familias indias preferían (y rezaban por ello) tener antes un niño que una niña, que estaba considerada una carga.
En 1988 llegó su consagración con su primera película de ficción Salaam Bombay que, no obstante, también recreaba problemáticas reales como la situación de los niños pobres en las calles de Bombay. La cinta entusiasmó en su país (fue nominada al Oscar a mejor película extranjera) y en Cannes donde ganó el premio Camera D’Or -se otorga a la mejor ópera prima-. La puso en primera línea, pero además impulsó su lado más comprometido con la creación del Salaam Baalak Trust para atender a los niños de la calle.
Enseguida se puso a rodar documentales que abordaran la sociedad de su país sin temor a temas explícitos y con una mirada liberal
Llegaron entonces los cantos de sirena de Hollywood y rodó Mississippi Massala con Denzel Washington (1991). Fue la película con la que conoció a su marido y padre de su hijo, el ugandés Mahmood Mamdani, y el guion, aunque es un drama romántico, se centra en parte en la dictadura de Idi Amin. Decidió no prestarse a la industria de EEUU y poco después rodó una película que no le trajo pocos problemas en su país: Kamasutra, una historia de amor. Pese a que era más efectista que explícita tuvo que ir a declarar varias veces a los tribunales indios tras denuncias por considerarla no apropiada.
En 2001 llegaría su gran consagración con La boda del Monzón (2001) con la que obtuvo el León de Oro en la Mostra de Venecia (y es su película más conocida en España). La directora, aunque ya vivía en Nueva York, siguió rodando historias que trascendieran fronteras como esta en la que aparecen las esperanzas, los temores y los secretos más escondidos de una familia durante una boda a la que acuden amigos que proceden de distintas partes del mundo. Como ocurrió después con El buen nombre (2006), basada en una novela de Jhumpa Lahiri, son películas que cuestionan las políticas de identidad, género y la migración.
Anti nacionalista y anti fundamentalistaPese a estar muy interesada en su país de origen, Mira Nair ha tenido numerosos problemas con La India en los últimos años, sobre todo, por mostrarse férreamente crítica con el presidente Narendra Modi y su política nacionalista hindú. Por eso mismo, y su denuncia de la islamofobia en EEUU, principalmente después del 11S, ha sido considerada como una fundamentalista islámica, si bien también ha denostado siempre el integrismo religioso.
Por su denuncia de la islamofobia en Estados Unidos ha sido considerada como una fundamentalista islámica
En 2012 con la presentación en la Mostra de Venecia de El fundamentalista reticente, un thriller en el que denunciaba los ataques a musulmanes en EEUU y el fundamentalismo en Pakistán fueron polémicas declaraciones en las que atizaba las políticas de George Bush: "En contra de lo que pregonaba George Bush, hay una amplia gama entre el estar 'con ellos' o 'contra ellos'". Y atajaba: "El fundamentalismo económico de Wall Street y el fundamentalismo religioso en Pakistán tienen muchas similitudes".
Hace solo tres años estrenó en EEUU la serie Un buen partido, su último proyecto, que abordaba los primeros años de la India poscolonial cuando ya había conflictivas relaciones entre hindúes y musulmanes en la India, lo que provocó otro encontronazo con los seguidores de Modi.
"Iré a Israel cuando el Estado no privilegie una religión. Iré a Israel cuando termine el apartheid"
También ha tenido problemas con Israel tras su negativa en 2013 a participar en el Festival de Cine de Haifa en protesta por su ocupación de 46 años de Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza. En aquel momento señaló: "No iré a Israelahora mismo… Iré a Israel cuando termine la ocupación. Iré a Israel cuando el Estado no privilegie una religión sobre otra. Iré a Israel cuando termine el apartheid". Evidentemente, no ha vuelto.
El Confidencial