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Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Manchester identifica la antigua ciudad egipcia de Imet en el delta oriental del Nilo

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Manchester identifica la antigua ciudad egipcia de Imet en el delta oriental del Nilo

Durante décadas, el yacimiento de Tell el-Fara'in, en la región oriental del delta del Nilo, fue considerado uno más entre los numerosos asentamientos antiguos diseminados por esta franja baja y húmeda del Egipto septentrional. Sin embargo, una reciente campaña arqueológica liderada por investigadores de la Universidad de Manchester, en colaboración con la Universidad de Sadat City y las autoridades egipcias, ha cambiado de forma sustancial la percepción sobre este enclave. Lo que comenzó como una intervención exploratoria apoyada en imágenes satelitales ha conducido a la localización de estructuras urbanas bien conservadas, datadas entre el período tardío y la época ptolemaica, y ha permitido identificar con un grado creciente de certeza que el lugar corresponde a la antigua ciudad de Imet, mencionada en fuentes dispersas pero hasta ahora sin una ubicación específica confirmada.

La intervención arqueológica ha adoptado un enfoque combinado que integra teledetección con trabajo de campo. Las imágenes de satélite de alta resolución permitieron identificar concentraciones anómalas de ladrillos de adobe bajo la superficie, que sugerían la existencia de arquitectura planificada en determinadas zonas del tell, el propio montículo arqueológico. Sobre esta base, el equipo dirigido por el egiptólogo Nicky Nielsen, de la Universidad de Manchester, definió las áreas de excavación, que rápidamente revelaron estructuras residenciales de gran escala y elementos constructivos poco comunes en otros puntos del país.

Entre los hallazgos más destacados figuran los restos de varias edificaciones de varios niveles, conocidas como «casas torre», un tipo de vivienda característico del delta del Nilo entre los siglos VII a.C. y I d.C., pero infrecuente en otras partes de Egipto. Estas construcciones, dotadas de muros de cimentación excepcionalmente gruesos, estaban concebidas para soportar varias plantas y alojar a un número considerable de personas en espacios reducidos. «Su presencia en Imet sugiere que estamos ante una ciudad densa y compleja desde el punto de vista urbano, con una organización pensada para responder al crecimiento poblacional en una región donde el espacio habitable estaba limitado por la hidrología del delta», explicó Nielsen en un comunicado difundido por la Universidad.

Relieve hallado UNIVERSIDAD DE MANCHESTER

Las excavaciones también han revelado infraestructuras vinculadas a la economía local, entre ellas una plataforma pavimentada utilizada para la transformación o almacenamiento de grano, así como recintos interpretados como corrales o establos. Estos elementos apuntan a un sistema económico articulado en torno a la agricultura intensiva y la gestión de excedentes, probablemente integrado en redes de intercambio a nivel regional. El hallazgo de espacios especializados dentro de un entorno residencial sugiere, además, una convivencia estrecha entre las funciones domésticas y productivas, rasgo que ha sido documentado en otros núcleos urbanos del Egipto tardío, aunque con menor nivel de conservación.

En el sector occidental del sitio, tradicionalmente asociado al área religiosa, se ha identificado una gran estructura datada en el período ptolemaico medio, construida con ladrillo de adobe y dotada de una sólida base revestida con yeso sobre suelo de piedra caliza. Este edificio se superpone a un tramo de lo que fue una vía procesional que conducía al templo de la diosa Wadjet, divinidad tutelar del delta y figura central en el panteón local. La interrupción de esta vía y la construcción de nuevas edificaciones sobre su recorrido original se interpretan como un indicio del abandono o transformación del culto a Wadjet en algún momento del siglo III a.C., lo que encajaría con los cambios políticos y religiosos que acompañaron la consolidación del dominio greco-macedonio en Egipto.

Según señaló Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, «los elementos descubiertos en la zona del templo confirman que Tell el-Fara'in no fue únicamente un asentamiento residencial, sino también un centro de culto relevante a nivel regional, cuya evolución refleja las tensiones entre tradición local y nuevos órdenes religiosos introducidos a partir del período helenístico». Esta dimensión simbólica del asentamiento queda corroborada por el conjunto de objetos rituales hallados en distintos sectores del yacimiento.

Restos encontrados UNIVERSIDAD DE MANCHESTER

Entre las piezas más significativas está una figurilla funeraria, conocida como ushabti, de fayenza verde, correspondiente a la dinastía XXVI y decorada con inscripciones finamente trazadas; una estela con la representación del dios Harpócrates, en actitud protectora sobre cocodrilos, rodeado de iconografía apotropaica que incluye serpientes, escorpiones y la imagen del dios Bes; y un sistro de bronce decorado con cabezas dobles de la diosa Hathor, que remite al ámbito de la música ritual y las prácticas litúrgicas asociadas al templo. Este tipo de repertorio material permite reconstruir no solo las creencias religiosas vigentes, sino también las formas en que estas se manifestaban en la vida cotidiana, con objetos destinados tanto al uso privado como al ceremonial.

El trabajo arqueológico en Tell el-Fara'in ha sido posible gracias a un equipo multidisciplinar integrado por especialistas de distintas instituciones, entre ellas la Universidad de Liverpool y la Universidad de California en Los Ángeles. Además de Nielsen, participan en la misión investigadores como Hamada Hussein, de la Universidad de Sadat City, así como técnicos egipcios con amplia experiencia en excavaciones en la región del delta. Esta gran colaboración internacional ha permitido no solo avanzar en la excavación, sino también aplicar tecnologías de registro y análisis que enriquecen la documentación del sitio y abren nuevas líneas de investigación sobre su evolución urbana.

Restos encontrados UNIVERSIDAD DE MANCHESTER

La identificación de Imet y el volumen de información recuperado hasta ahora sitúan al yacimiento en una posición destacada dentro del estudio del Egipto del primer milenio antes de nuestra era. Hasta fechas recientes, el conocimiento de las ciudades del delta se veía obstaculizado por la destrucción de contextos estratigráficos, las dificultades de conservación en ambientes húmedos y la ausencia de referencias textuales precisas. En este contexto, Tell el-Fara'in se perfila como una fuente clave para repensar las dinámicas urbanas, económicas y religiosas de una región que fue, durante siglos, el núcleo agrícola y logístico del país.

No obstante, a pesar de los avances, los investigadores subrayan que se trata de una primera fase de trabajo y que gran parte del sitio permanece inexplorado, por lo que los próximos años estarán dedicados a la excavación sistemática de otras áreas del asentamiento, así como al análisis detallado del material cerámico, epigráfico y bioarqueológico recuperado hasta el momento. Como señaló Nielsen, «el caso de Imet muestra cómo, incluso en regiones ampliamente estudiadas como Egipto, aún quedan ciudades enteras por redescubrir, y con ellas, nuevas formas de entender la historia».

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